sábado, 4 de junio de 2011

El corte de digestión no existe.


A veces es muy difícil deshacerse de algunos tópicos que a fuerza de repetición acaban por perdurar a pesar de ser equivocados, como ocurre con el famoso "Corte de Digestión". ¿Quién no recuerda las aburridas horas de espera "para hacer la digestión" después de comer cuando éramos niños?.

Sin ir más lejos, esta misma semana dos periódicos publican sendas noticias cuyo titular incluye éste término como causa del ahogamiento: El Mundo y El Períodico de Aragón, aunque éste último incluye en el texto de la noticia una sucinta explicación: "...la muerte pudo deberse, muy posiblemente, a una hidrocución, familiarmente conocido como corte de digestión. Un shock provocado por la brusca diferencia de temperatura que se produce entre el calor que tiene un cuerpo que ha tomado el sol y el frío del agua. Y se caracteriza por un mareo que hace a la víctima hundirse rápidamente. De hecho, ayer fue un día muy caluroso en la zona.".

Una de las posibles explicaciones de que exista esta denominación es que no es infrecuente que una persona que sufre un ahogamiento tenga vómitos. Aunque la causa está casi siempre en que la víctima ha tragado una gran cantidad de líquido o que las maniobras de reanimación si no se realzian correctamente pueden provocarlo y no en que la digestión haya sido la causante del ahogamiento, contemplar los vómitos de un ahogado es siempre un suceso impactante en un contexto dramático, no es de extrañar que el nombre se haya popularizado y adquirido fuerza con la costumbre de repetirlo.

Aunque hay quienes, como el Dr. Fermin Mearin, especialista en Aparato Digestivo, sistemáticamente contestan a estos titulares, no es menos cierto que la explicación, o no se publica, o se hace de manera que pasa desapercibida frente a un titular con discutible gancho periodístico o simple morbo. Si bien es cierto que cada vez los casos son más esporádicos y que buscando en periódicos como El País, por ejemplo, no he encontrado que se utilice esta expresión, me parece adecuado volver a ofrecer la explicación de porqué se produce este fenómeno.

El Síncope de Hidrocución.


En general, se denomina "Síncope" a un proceso en el que debido a una falta o disminución momentánea del riego sanguíneo al cerebro se produce una pérdida parcial o total de consciencia. En el "Síncope de Hidrocución" se produce este mismo proceso al introducirse en el agua, con el resultado de que la persona no puede reaccionar y fallece por asfixia al quedar sumergida sus vías respiratorias. Lo que diferencia a la asfixia por sumersión de otras amenazas vitales (como una parada cardíaca en la calle o un accidente de tráfico, por ejemplo) es su inmediatez: si no se interviene antes de 5 minutos casi el 90% de las víctimas fallecerán o quedarán con secuelas neurológicas permanentes y esa es la principal razón de la existencia de Socorristas en playas y piscinas.


Hay dos procesos fisiológicos que son normales y que pueden combinarse para provocar un Síncope de Hidrocución, dependiendo de determinadas circunstancias.
El primer proceso normal es el llamado Reflejo de Inmersión. Cuando se sumerge la cara y la cabeza, disminuye la frecuencia cardiaca y se produce la contracción de los vasos más superficiales de la piel, un mecanismo de protección para que el cerebro tenga un aporte preferencial de sangre, este reflejo es más evidente en los niños y de hecho se han informado de casos de muerte súbita en niños por un reflejo extremo que provoca parada cardíaca. Además, la diferencia entre la temperatura corporal y la del agua favorece el reflejo de inmersión de modo que cuanto mayor sea aquella, mayor será éste, puesto que otra de sus finalidades es conservar la temperatura corporal ya que al contraer los vasos sanguíneos de la piel, disminuye la pérdida de calor corporal.

El segundo proceso normal es el proceso digestivo, que no sólo se produce en el estómago, sino que implica a todo el tracto digestivo y por tanto puede durar varias horas. Requiere un gran aporte sanguíneo por lo que los vasos sanguíneos de estómago e intestino se dilatan, lo que va en detrimento del aporte sanguíneo de otras partes del cuerpo, incluido el cerebro, de ahí que tras las comidas, en especial las copiosas, sintamos somnolencia.

Si ambos procesos se combinan, y además se ven favorecidos por otros factores, como una alta temperatura corporal, (por ejemplo, por haber permanecido largo tiempo al sol, haber realizado ejercicio físico); o el sumergirse en el agua de forma brusca, (zambulléndose, tirándose de cabeza o porque caemos o somos empujados), la persona sufre un Síncope de Hidrocución, ya que el cerebro no recibe suficiente riego sanguíneo sufriendo una pérdida de conocimiento de forma más o menos brusca que impide reaccionar ante la sumersión, lo que provoca la asfixia y la muerte por falta de oxígeno. Los niños y las personas mayores son especialmente sensibles a este riesgo.

Aunque el pronóstico de las víctimas de una hidrocución es similar al de una parada cardíaca fuera del agua, hemos de tener en cuenta que este tipo de víctimas es de difícil detección, incluso para un Socorrista experimentado y adecuadamente adiestrado que conoce este proceso y está alerta ante los signos que indican que una persona puede estar en riesgo de sufrirlo. La víctima no hace ruido, se queda inmovila en el agua o apenas se mueve y queda entre dos aguas o en el fondo, lo que hace aún más diíficil su localización.

¿Qué podemos hacer?.

La buena noticia es que la Hidrocución es fácilmente evitable. Los Socorristas están especialmente adiestrados para detectar las personas en riesgo y hacer una labor de prevención, aconsejando la conducta correcta para evitarla que consiste en no tirarse al agua de forma brusca, ducharse previamente para rebajar la temperatura corporal y, en general, no bañarse ni hacer una actividad física intensa (tanto fuera como dentro del agua) hasta que no pase un espacio de tiempo despues de las comidas.

¿Cuánto tiempo?. Dependerá de la cantidad y el tipo de alimento que hayamos ingerido. Un ejemplo: ¿cuáles son los consejos respecto a la alimentación cuando se va a correr?, apliquemos el mismo tipo de sentido común, que será siempre nuestro mejor consejero; vigilemos a los niños y hagamos que sigan todas las medidas de autoprotección en relación al agua.

En caso de duda, pregunta al Socorrista, no te dirá cuanto tiempo tienes que esperar por el bocadillo de tortilla que acabas de comerte, pero sí te aconsejará y te recordará las medidas de prevención.

viernes, 24 de diciembre de 2010

La manta. (Cuento de Navidad)

El nubio echaba de menos su manta y empezaba a notar esa conocida tirantez la espalda, allá dónde cruzaba una larga cicatriz. Habían sido muchos días seguidos atravesando las ásperas tierras de la Cisjordania, dando rodeos a pesar de que la luz del cielo marcaba la ruta apenas empezaba anochecer. Días de caminar por la noche y maldormir con la luz en los ojos. El gran hombre negro tenía además los pies helados y el frío le iba subiendo por las pantorrillas hacia la espalda. Para entrar en calor comenzó a bascular el cuerpo de un pie al otro, pateando con fuerza la arena. El camello miró de reojo, soltó un resoplido y se movió cansinamente buscando otro matojo que masticar. Uno de los jóvenes se movió entre las sombras de la noche y le tendió algo, tan invisible en su mano oscura como brillantes lucían los dientes de la sonrisa en su cara. Un poco de cecina para masticar y engañar al frío. El enorme nubio se lo agradeció con otra media sonrisa.

Aunque todos estaban cansados, a medida que los amos presentían que su destino estaba cerca, un ambiente extraño mezcla de euforia, alivio e intriga se había ido extendiendo entre la pequeña expedición. La componían los tres amos; tres jóvenes palafreneros; tres persas, mitad guerreros, mitad mayordomos y el enorme nubio, armado como un feroz guerrero cuya presencia imponía temor por dónde pasaban, asustaba y fascinaba por igual a niños y mujeres y amedrentaba a los hombres que bajaban la vista y desaparecían en cuanto podían.

A pesar de su imponente aspecto, y de ser el responsable de protegerla, el nubio se sentía solo y fuera de lugar en esa extraña comitiva. En las largas jornadas había cavilado mucho sobre los motivos que habían llevado a tan altas personas a realizar un viaje peligroso, con tanto sigilo y tan escasa protección. Sin lugar a dudas en caso de peligro poca ayuda podía esperar de los inexpertos persas y su ojo de soldado curtido no hacía más que confirmar su aprensión a pesar de que el viaje se había caracterizado por la ausencia de incidentes, algo tan deseable como extraño.

¿Que hacían los amos en aquél sitio tan pobre?. ¿Qué extraña alianza se traían entre manos?. ¿A quién habían ido a ver?. Desde luego no sería a aquellos pobres refugiados. Había insistido tozudamente en que se tomasen precauciones y él personalmente había entrado en el establo y revisado los pesebres uno por uno. La joven mujer le miró a los ojos, y el hombre se puso en pie, pero, extrañamente, no mostraba el miedo o el asombro que su presencia siempre provocaba. Abrió la boca para preguntar qué hacían allí, pero en ese momento un gemido salió del manto de la mujer, que acunó al niño con suavidad, envuelto en un gastado jubón. El nubio la miró a su vez y de pronto se giró, terminó su inspección y salió a la noche. Al rato volvió con bulto bajo el brazo, extendió su brazo musculoso hacia el sorprendido hombre con una manta de viaje pulcramente doblada y apenas éste la tomó, salió de nuevo sin apenas hacer ruido, ni darle tiempo siquiera a una palabra de agradecimiento.

Había informado a los amos y sus preguntas le habían desconcertado. Como buen soldado y explorador, el nubio era capaz de advertir numerosos detalles que para otro hubieran pasado desapercibidos. No entendía el interés por aquellos refugiados. ¿Qué importaba si el pequeño era niño o niña?. Al final, a pesar de su insistencia, los amos habían dado órdenes estrictas. Sólo ellos entrarían en el lugar y nadie debía molestarles. Partieron llevando bajo el brazo los bultos que tan cuidadosamente protegidos llevaban desde el inicio del viaje y se perdieron en la noche.

La luna había subido ya dos cuartas partes en la noche cuando el nubio empezó a inquietarse tanto por la tardanza como por el frío. Se enderezó, tomó la larga lanza y se perdió en silencio por la noche en dirección al establo notando que los músculos de sus piernas recobraban el calor. Faltaban unos metros cuando la puerta se abrió de pronto y apenas si tuvo tiempo para saltar a un lado y ocultarse tras una roca. Andando sin prisa, los tres amos pasaron junto a él sin verle. No llevaban los bultos, observó, mientras los veía alejarse.

Volvió sobre sus pasos, siguiéndoles, pero de pronto se detuvo. Se volvió, observó el establo y, sin pensarlo, se dirigió hacia la puerta entreabierta. Sin hacer ruido deslizó su enorme cuerpo por el vano y recorrió de nuevo los pesebres. Como antes, sólo los refugiados estaban allí. Un impulso extraño le hizo dirigirse a la mujer. El hombre se sorprendió de nuevo al verle aparecer como una sombra e hizo un ademán para proteger a la mujer y al pequeño. ¿Volvía a por la manta?. El nubio negó con un gesto seco y se acercó al pequeño que dormía tapado con su abrigada manta de viaje. Lo destapó con cuidado y miró a la mujer que le observaba con ojos tranquilos. “Es un niño”, dijo con suavidad. El enorme nubio volvió a colocar la manta, envolviendo al niño y sin más, salió tan sigiloso como había entrado.

Dando un pequeño rodeo llegó al pequeño campamento justo antes que los amos. El alba empezaba a despuntar y aclaraba el cielo. Los amos ordenaron un desayuno rápido y que se levantara el campamento lo antes posible, retornamos a casa. La carrera le había hecho entrar en calor el cuerpo, y mientras recogía su impedimenta supo que las noches de vuelta no iban a ser precisamente calurosas sin su manta. Su bella esposa tendría que tejerle una nueva y ese pensamiento hizo que su corazón también entrara en calor.

Que siempre tengamos un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar dónde ir y alguien a quien querer.
Con mis mejores deseos, Feliz Navidad y Próspero Año 2011.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Ponte música y sal a correr.

El viernes tuve el privilegio de participar como invitado a la Mesa Redonda del II Encuentro de Emprendedores patrocinado por Caja Segovia y organizado con tanto interés y cariño por Lola Romero, una persona indispensable su apoyo a los emprendedores segovianos durante los últimos años. Resultó emocionante ver a tantas personas explicar sus proyectos con tanta energía y pasión hablando de sus negocios y la mesa redonda sirvió quizá para que los invitados recopilásemos nuestras experiencias en torno al emprendimiento. Me parece interesante recoger el pequeño resumen que había preparado, y que se enriqueció enormemente con las aportaciones de mis compañeros de mesa, en la idea de que sea una ayuda para quien se está planteando iniciar un negocio propio o ya lo ha iniciado.


A mi modo de ver, lo primero que un aspirante a emprendedor debe hacer es un ejercicio de introspección y averiguar si tenemos el cuajo suficiente para abordar todo lo que supone montar un negocio propio y si estamos dispuestos a asumir todo lo que ello implica. María Coco apuntaba la importancia de haber vivido en una familia de emprendedores y también que hay caracteres que de por si son emprendedores, aunque también se puede aprender a ser emprendedor. Según eres como persona es el mejor termómetro de cómo serás como emprendedor. Si no lo sientes, no pasa nada, puede que tu seas mejor en otras funciones y las empresas están deseosas de contar con "emprendedores internos", y cada vez más valoran a personas con iniciativa y empuje.

En segundo lugar, buscar apoyos y utilizar todos los recursos de ayuda y asesoramiento disponibles; integrarse en las redes de apoyo al emprendedor y en grupos de emprendedores, insistir, preguntar y exprimir al máximo todas las opciones y facilidades que podamos obtener. Asistir a cursos de emprendedores que nos ayuden a afinar nuestra idea de negocio, crear nuestro plan de empresa y a analizar los aspectos que se nos escapan. Controlar el gasto, utilizar tácticas de “economía de guerra” y utilizar sólo los recursos que sean necesarios, creando estructuras que puedan redimensionarse con facilidad.

Todo ello nos ayudará a crecer como emprendedores y empresarios, descubriendo los puntos en que necesitamos mejorar y trabajándolos de forma activa, convertirnos en profesionales y posibilitando que podamos crear una base sólida, rodeándonos de personas valiosas que nos complementen y enriquezcan. Es interesante que todos los emprendedores que formaban la mesa redonda empezaron un negocio en singular y ahora, poco tiempo después, casi todos cuentan con empleados que forman parte del valor de su empresa.

Centrarse en el corazón de la idea de negocio. A veces es difícil de adivinar con certeza antes de arrancar si estamos acertados al respecto, pero en cuanto se inicie lo descubriremos con facilidad y podremos reorientarla o afianzarla. Innovar, mirar hacia delante y ser valiente con los pies en el suelo. Los emprendedores que arrancan en Segovia lo hacen pensando en desarrollar su negocio aquí, pero la realidad es que casi todos acaban encontrando negocio (y la mayoría de las veces, muchísimo más) fuera de Segovia. Audacia Comunicación, Iberzal.com o la Alquería de Segovia relataban la dificultad de abrirse camino y lograr la suficiente confianza para lograr encargos, precisamente de aquellos por los que el emprendedor está apostando, los propios segovianos. Se hace muy duro romper las barreras de entrada cuando además concurre la desconfianza en la capacidad del emprendedor.

Por ello es tan importante que entre los emprendedores de Segovia se haya creado una red, aunque todavía sólo ligeramente tejida. Es muy probable que tu primer cliente sea el emprendedor de al lado porque será el que sí que confiarán en tu proyecto, porque te entiende y su apoyo es, al tiempo, un apoyo para él mismo. Angel Luis Llorente utilizó el término “co-competencia” refiriéndose a que trabajar de modo conjunto en determinados proyectos es una manera de enriquecer a las dos partes y posibilitar que ambos sobrevivan en tiempos difíciles.

Plantearse que el futuro empieza hoy mismo y que obtener beneficios a corto plazo, sin el horizonte de varios años que predican en los cursos de emprendedores es otro excelente consejo de los emprendedores más avezados, ¿porqué no obtener beneficios el primer año?. También hay que tener muy claro cual es el punto de no retorno donde debemos crecer y cómo lo haremos. Más que pensar en un horizonte cercano, poner la vista en dónde queremos estar, por ejemplo, dentro de cinco años, y marcarnos unos hitos claros que nos vayan ayudando a conseguir nuestra visión de futuro desde el primer día.

Más difícil es saber qué marca el momento de abandonar. Cristina Torres explicaba que experiencia de La Linterna de Segovia nunca la había considerado como un fracaso, simplemente supo que era el momento de dejarlo y emplear el esfuerzo en otra cosa. Cuando los números no cuadran puede que sea fácil decidir, pero ¿y cuando la idea ya no te llena o el camino se ha desviado demasiado de la primera visión?. No son pocos los empresarios que, años después, con una posición consolidada, vuelven a retomar su primera visión, su proyecto primario.

A pesar de que siempre insisto en que no hay recetas milagrosas, ésta sí es una en la que todos coincidimos tanto en su eficacia como en que debe usarse a menudo, y que resumo con un consejo que citaba Iñaki Berzal: “cuando tengas que pensar, ponte música y sal a correr”. Los que me siguen en este blog saben que el dedicar tiempo de calidad para pensar es algo en lo que insisto a menudo y los estudiosos del cerebro saben que cuando uno se distrae haciendo cosas que le gustan o le relajan, como puede ser el correr, nadar, leer, ver una película o dar un paseo con los tuyos, facilita que los procesos mentales inconscientes trabajen y den paso a que la intuición nos ayude a abordar con éxito los retos.

Por último, contar con el espacio personal. El emprendedor, decía Iñaki, no es libre, está preso de su idea y ello puede convertirse en un lastre personal inasumible. La vida sigue adelante mientras luchamos por nuestro negocio y tenemos amigos, familia, parejas, hijos. No quiero dejar de añadir que, además de las dificultades, por desgracia muy reales que las mujeres tienen a la hora de emprender y como hombre, creo que no soy capaz de apreciar en su totalidad lo que supone el largo proceso de ser madre y empresaria y siempre me siento estimulado por la energía que despliegan a pesar de todo, o quizá debería decir precisamente por el hecho de serlo. Nuestra vida personal es la base que sustenta nuestro equilibrio como persona y como emprendedor y no puede sustituirse por nada.

lunes, 25 de octubre de 2010

Un Camino por recorrer.


A lo largo de los últimos seis sábados, he participado en las Jornadas del Camino de Santiago a su paso por por Segovia, tan estupendamente organizadas por la Diputación Provincial. El Camino de Santiago de Madrid, (como se conoce el tramo que va desde la capital del reino hasta Sahagún, donde enlaza con el Camino Francés) cruza la provincia desde la Fuenfría pasando por Segovia, Zamarramala, Valseca, Los Huertos, Añe, Pinilla Ambroz, Santa María la Real de Nieva, Nieva, Nava de la Asunción, Coca y Villeguillo.

Además de disfrutar con la actividad, el paisaje, la compañía y colaborar con la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Segovia, las horas de caminata dan para mucha charla y han surgido algunas interesantes sobre la importancia del Camino para Segovia y la trascendencia que está empezando a adquirir en los últimos años, como bien conocen la Diputación y otras organizaciones de dinamización zonal, como Aidescom o Segovia Sur.

¿Es el Camino una oportunidad para Segovia?. Lo cierto es que en otras zonas el Camino es un elemento que genera un importante movimiento social y económico que, además de un atractivo de primer orden, supone un impulso al desarrollo local y comarcal y contribuye a evitar la despoblación. En Segovia, además de los albergues que tímidamente, pero con fuerza, están surgiendo al amparo público desde el impulso de personas entusiastas, como en Nava de la AsunciónCoca o Villeguillo, otras iniciativas privadas empiezan a sacar partido del lento goteo de peregrinos que vienen de Madrid buscando dónde pernoctar. El Albergue de Santa María la Real de Nieva es un excelente ejemplo, y varias casas rurales que de pronto se han dado cuenta que están situadas en las inmediaciones del Camino, han empezado a considerar al peregrino como lo que es: un cliente que no gasta demasiado, pero que tampoco exige más que lo justo y que es siempre agradecido y difunde los lugares dónde es bien tratado.

Desde luego, el Camino no es ni la panacea ni la solución para muchos pequeños negocios que sobreviven duramente en nuestra provincia, pero puede que sea la gota que suponga la diferencia entre sobrevivir y tener que abandonar algunas iniciativas y desde luego, el boca a boca del peregrino, amplificado hoy por Internet, las redes sociales y las páginas de información del Camino, cada vez más influyentes y completas, puede ayudar de un modo decisivo a potenciar su interés tanto para los habitantes de Madrid y sus alrededores (hay madrileños para todo, apuntaba un compañero de andadura) como para el creciente número de personas, nacionales y extranjeras, que quieren completar los múltiples caminos que recorren la geografía española rumbo al Obradoiro.

¿Merece la pena invertir en el Camino segoviano?. Sinceramente creo que si, y que debe haber una combinación de iniciativa privada y respaldo público. Y quiero añadir un apunte que me preocupa: realmente, me parece cuando menos curioso que, durante gran parte de su recorrido, el Camino discurra casi paralelamente, sin juntarse, aunque cruzándose en algunos puntos, con la antigua vía férrea Segovia-Medina del Campo, desmantelada ya hace más de veinte años y de la que se lleva casi los mismos hablando de crear la via verde Valle del Eresma. Además de que se han abandonado infraestructuras de la vía, como las estaciones que podrían haberse aprovechado para crear albergues, alojamientos u otros equipamientos, hemos perdido veinte años. ¿Cuántos más seguiremos perdiendo si no hay nadie que lo impulse?.

Al igual que en el caso del Camino, que se mantiene, entre otros apoyos, gracias a la impagable labor de los integrantes de la Asociación de Amigos del Camino de Segovia y de otras provincias, que además de repintar las flechas amarillas, mantienen vivo el entusiasmo y el espíritu peregrino, es imprescindible que todos empecemos a apostar fuerte por revitalizar Segovia a través de este tipo de iniciativas que tienen valor añadido en sí mismas y no es necesario dotarlas de contenido, puesto que lo llevan implícito y lograr que, en lugar de una rémora y un olvido, sean motores (y no importa si son pequeños o grandes) que nos impulsen hacia el futuro.

viernes, 1 de octubre de 2010

Somos. Seremos.

Segovia pasa el primer corte para convertirse en Capital Europea de la Cultura 2016 y los segovianos tenemos razones para sentirnos orgullosos. La euforia que ayer mostró el equipo de la candidatura es merecida y supongo que expresa la satisfacción por el trabajo, la liberación de la tensión y la expectativa que se crea a partir de ahora.

¿Cuál es la expectativa?. ¿A que aspiramos?. ¿Qué esperamos de Segovia los segovianos?. Hoy me he sentido obligado a releer algunas de las entradas que he ido publicando desde el inicio de La Fuentecilla, hace ya casi dos años, como una manera de que la euforia no me impida ver el camino a través del bosque .

No está mal que en Segovia se extienda el "efecto selección" y que empecemos a creernos que somos capaces. Hoy, desde luego, ese era el tono principal de las conversación del día en todos los lados. El trabajo hecho se ha reconocido como muy bueno y por eso hemos estado entre los elegidos. A pesar de las críticas o interpretaciones que se han venido haciendo sobre la orientación o las actividades de la oficina de Segovia 2106, lo cierto es que el enfoque general parece acertado y en gran medida puede ser debido a que no se ha tratado de realizar grandes cosas, sino que se han programado eventos más cercanos a las personas y sobre todo se ha ido creando una imagen de ciudad cultural con gran oferta de ocio y gancho para el visitante en un entorno cercano, bien comunicado y sobre todo asequible, nada que ver con las dimensiones (en el sentido humano del término) de una gran ciudad como puedan ser Madrid o Valladolid.

Deseo de todo corazón que Segovia sea la Capital Europea del 2016 y tener un punto de mira en el horizonte ha de ser una gran ayuda. Corremos, sin embargo, el riesgo de que 2016 se convierta en un punto de destino, en lugar de una estación desde la que partir de nuevo. ¿Cómo es posible?, me decían esta mañana, hay que trabajar por que gane Segovia y luego ya veremos. Por supuesto, es ahora cuando la sociedad segoviana, las personas y las empresas tenemos que apoyar sin tibieza alguna, con todo nuestro calor, la transformación de Segovia; y la capitalidad cultural de Segovia es, como digo, una estación de tránsito hacia nuestro futuro.

Seguro que quienes están planificando esta transformación no encuentran esta idea novedosa, y a mi entender, ahora es precisamente el momento de explicar esa planificación de una manera mucho más detallada. No lo olvidemos, Segovia es, ante todo, de los que vivimos en ella y los que trabajamos y generamos actividad económica en Segovia y que apechugaremos con el coste personal y profesional de llevarlo a cabo, por muchos dineros e inversiones que lleguen ahora o en el futuro. No nos estamos jugando una capitalidad europea puntual, está en juego el futuro de nuestra ciudad. No hace falta buscar mucho, la propia historia de nuestra ciudad y provincia tiene ejemplos más que suficientes para darnos cuenta de cómo una ciudad puede prosperar y caer en picado en el plazo de unos pocos lustros y del coste que ello tiene. La prosperidad es rápida, de la pobreza (económica y social) cuesta mucho remontar el vuelo.

Es el momento de que los responsables abran cauces de comunicación y de que los segovianos los aprovechemos a raudales, rompamos nuestra natural tendencia a esperar a que el otro haga lo que debe, quizá porque somos serios y honestos y damos por hecho que el otro también lo será y cuando no es así, parece que nos lamentamos como un error de nuestro juicio, más que exigir el cumplimiento. !Ay!, la participación, cuanto nos cuesta, incluso cuando supone negocio.

Se trata del modelo de ciudad, pero sobre todo del modelo de vida que queremos tener y el horizonte de 2016 es tan bueno como otro para ponerse objetivos y tenemos la fortuna de que la ilusión es el elemento motivador por excelencia. Hace unos días tuve un interesantísimo debate sobre los modelos históricos de evolución de las ciudades y las pautas de crecimiento y desarrollo social y la conclusión fue que son un útil referente, como lo es la historia reciente de Segovia. Sin embargo, hoy tenemos la oportunidad de crear un nuevo modelo de ciudad y de sociedad aprovechando los muchos factores que no existían hace tan sólo unos años: la mejora en las comunicaciones que reduce las distancias físicas; el desarrollo de las telecomunicaciones que hace los mismo en las distancias personales y sociales; la crisis que ha ralentizado el crecimiento de nuestra ciudad y que como efectos secundarios positivos, está contribuyendo a que se pueda planificar con antelación, en lugar de a posteriori y también al aumento de los emprendedores que fomenta la fijación de actividad económica a través de la búsqueda de nichos de valor sostenibles a largo plazo.

Son días para sentirse alegre, para dormir tranquilo después de la fiesta y estar descansados abordar para lo que nos queda por delante con ilusión y alegría, pensando que los segovianos lo valemos, lo merecemos, lo queremos y lo conseguiremos; porque en gran medida ya lo somos.