domingo, 24 de enero de 2010

Jóvenes Backberries solidarias.


Llego puntual al despacho, soy el primero. El anfitrión abre la puerta y se vuelve corriendo a su mesa para terminar de enviar unos correos. Escribe en el ordenador mientras comentamos algunos detalles de la reunión que ya debería haber empezado. Poco a poco van llegando los demás. Todos apresurados, uno hablando por la Backberry, saludando con un gesto mientras escucha. Otra con la cara arrebolada arrastrando la mochila con el portátil que de inmediato abre y enciende. Dos más, diez minutos después, con el montón de carteles y pegatinas. Todos comentamos cuánto nos gustan y el excelente resultado que ha dado la colaboración de quienes lo han hecho. Una más llega y se sonroja por los elogios que le dedicamos. Por fin el último, disculpándose por el retraso, mientras termina de escribir un mensaje en su terminal. Me llama la atención que todos tienen una Blackberry.

Suena el teléfono del despacho, llaman de la radio para entrar en directo, sale corriendo a otra sala a atender la llamada. Apenas si hay un minuto de relax entre las blackberries que pitan una tras otra y el portatil que no para de recibir mensajes. Vuelve el entrevistado. Por fin la cosa se serena y se entra en los detalles de la reunión, entre pitido, mensaje, llamada que no se coge o se contesta con un "luego te llamo". Dos horas después, nos levantamos y todos se vuelven al trabajo, algunos comerán algo de camino o tomarán un bocado mientras recuperan algo de tiempo en su mesa de trabajo. Y mientras gestionan su negocio, llamarán a un ayuntamiento para intentar que se sume a la iniciativa, comprobarán si ha llegado el correo que confirma que las huchas estarán a tiempo, enviarán unos cientos de mensajes más para intentar difundirla todavía más, actualizarán la página web, el perfil de Facebook o comprobarán que el diseño para imprimir las camisetas ha llegado y correrán al taller a ponerlo en marcha, mientras atienden la llamada de un cliente o hacen un pedido a un proveedor.

Así ha sido la vida de los organizadores de "Un Euro Por Haití" en las últimas dos o tres semanas. Jóvenes empresarios segovianos, dinámicos, con negocios en marcha, ocupados, volcados en la gestión de su negocio, que deciden poner toda su energía y toda la capacidad de sus negocios para una causa solidaria. Nadie ha mirado el coste de lo que ponen. Ninguno ha pensado en las horas de trabajo, propio y de sus empleados, que han aportado. Sólo han tenido en mente el conseguir el objetivo de obtener un euro por cada segoviano, al menos 164.441 € y se han movido para ello con el mismo empuje, o más aún, que lo hacen cada día en sus negocios para conseguir implicar a una larguísima lista de colaboradores.

Durante todo el tiempo han logrado sacar adelante la iniciativa intentando desatender el trabajo lo menos posible, de forma altruista y sin ánimo alguno de notoriedad. Les admiro, porque han hecho cábalas para hacer las dos cosas y lo han conseguido a fuerza de tirar de Blackberry, mientras tecleaban con la otra mano en el portátil y durmiendo poco o nada, sostenidos por una fuerza que, estoy seguro, sale de un corazón tan grande como el excelente trabajo que están haciendo en pro de la solidaridad con los damnificados de Haití.

sábado, 16 de enero de 2010

Un euro por Haití. Objetivo 164.441 €. Muévete, Contribuye, Colabora, Extiéndelo.




Bajo este lema y con mucha ilusión, la Asociación de Jóvenes Empresarios, AJE Segovia ha organizado una campaña de recaudación de Fondos para colaborar con la reconstrucción de Haití, donde un terrible terremoto ha truncado la vida de miles de personas. El objetivo es que cada segoviano done, al menos, un euro y por supuesto, conseguir mucho más.


Entre los días 22 y 24 de enero, la solidaridad será protagonista en Segovia, con la instalación de una gran carpa, espectáculos de magia, música en directo e implicación y participación de ciudadanos anónimos, turistas, empresarios, instituciones, asociaciones, etc.

Todo esfuerzo es necesario y tú puedes poner tu granito de arena con tu aportación, tu presencia y tu participación. Para seguir toda la información del evento, que persigue convertirse en una multitudinaria iniciativa de todos los segovianos se ha habilitado una página web para ir difundiendo las actividades que se están organizando. Además, a través del correo uneuroporhaiti@ajesegovia.com, puedes ofrecer tu colaboración y hacerte voluntarios. La iniciativa ya ha llegado a más de 2.000 personas mediante las plataformas y redes sociales, como facebook, twitter y tuenti.

Colabora en la difusión de la iniciativa imprimiendo el cartel de la convocatoria y poniéndolo en el escaparate, en la ventanilla de tu coche, en tu clase, en el cuaderno o carpeta, en tu puesto de trabajo, en el tablón de anuncios.

Ya están activos los números de cuenta para colaborar con la iniciativa. Los fondos recaudados serán para Cáritas y Cruz Roja. En la página web se ha puesto en marcha un eurómetro, para ir calculando todo lo que se va recaudando.
Caja Segovia: 2069 0001 94 0001894940
Caja Rural de Segovia: 3078 0100 94 2029242720


Muévete, Contribuye, Colabora, Extiéndelo.


(Imagen: AP)

jueves, 14 de enero de 2010

Un año de La Fuentecilla.


Hoy hace un año que empecé este blog. Un año puede ser muy largo o muy corto; suave o intenso; productivo o baldío y desde luego, la percepción fluctúa también a lo largo del año o con los estados de ánimo, así que quizá no sea tan importante sacar conclusiones, como repasar la evolución del blog (y la personal, claro) durante este tiempo.

Acabo de releer la entrada inicial del blog y sigo estando totalmente en sintonía con la sensación de inquietud que me movió a empezarlo y si bien es cierto que los contenidos han ido enfocándose hacia el análisis de la gestión empresarial y la situación de Segovia, -una clara influencia de mi desempeño profesional-, mi objetivo principal sigue siendo transmitir mi punto de vista y mi análisis desde la óptica de mi experiencia personal y mi bagaje profesional y siempre teniendo en cuenta el componente personal de los temas que abordo.

No estoy seguro de si los datos estadísticos del blog durante este año son buenos o malos y tampoco es un aspecto que me preocupe demasiado, por si alguien está interesado, algo más de 9000 visitas en el año y de 700 visitantes. En cuanto a los comentarios, que sin duda enriquecen y dan valor a un blog, pues..., eso, sin comentarios; parece ser que en Segovia es una dura batalla; sin embargo son muchos los que luego me comentan las entradas personalmente. Bien pensado, prefiero el contacto personal, porque creo que no hay nada como el intercambio de ideas y el contacto personal. Como curiosidad, sí me ha llamado la atención que las entradas de las que estoy especialmente satisfecho no siempre se corresponden con las que parecen ser las mejor valoradas.

Desde el principio de La Fuentecilla he tenido claro que éste no es un blog de los que haya que estar pendiente a diario, con varias entradas o continuo lanzamiento de ideas o comentarios, sino un espacio y un tiempo que aprovechar para reflexionar y tratar temas con calma y utilizando la extensión que sea necesaria. Dedicar unas horas a una entrada (sin contar el desarrollo de la idea, escribirla nunca me lleva menos de un par de horas e incluso más), supone emplear después unos minutos, más o menos una vez a la semana, en leerla y eso me parece un buen compromiso entre el esfuerzo y el interés de quién lo escribe y el esfuerzo y el interés de quien lo lee.

Si de algo sirve mi experiencia de este año como bloguero, trasmitir que un blog supone un esfuerzo pero sobre todo un compromiso, especialmente de continuidad. No escribo si no estoy convencido que tengo algo que decir que sea de utilidad para quien lo va a leer, y no siempre lo hay o tengo tiempo para desarrollarlo en condiciones, por eso los temas que trate puede que no sean de rabiosa actualidad, pero creo que ello asegura que sean de interés. Y ese es mi compromiso con todos vosotros.

Gracias por estar aquí, hay tarta para todos.