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lunes, 7 de noviembre de 2011

Empezar en blanco.

Mirando hacia atrás, veo un año duro y difícil en el que el trabajo diario no me ha dejado espacio ni tiempo material, no ya para reflexionar y analizar lo que va ocurriendo, sino para sentarse a compartirlo a través del blog. Ya he comentado en otras ocasiones que escribir en el blog es también una actividad que me ayuda a ordenar, estructurar y enriquecer las ideas, pero un año sin entradas en el blog es tanto tiempo que ahora me parece increíble que haya pasado tan deprisa.
Si a un año largo de una actividad profesional extenuante, a la que se suma un final amargo por la imposibilidad de conseguir los resultados deseados, añadimos un ambiente que no incita precisamente al optimismo y a ser positivos, no es de extrañar que tenga la sensación de que ha sido un año en blanco, al menos en lo que al blog se refiere.
Desde luego no es que el año haya pasado sin hacer nada. Otros temas han absorbido mi atención durante este año. Además del cometido profesional, la preparación de una investigación en Socorrismo que he venido desarrollando durante los últimos años y que presenté en la 2011 Lifesaving Conference de Dublín el pasado Septiembre y otros proyectos relacionados, como el desarrollo de un nuevo texto docente para la Escuela Segoviana de Socorrismo, que todavía está en proceso, han ocupado la mayor de mi tiempo y esfuerzo. En realidad, han sido un agradable interludio en las reflexiones sobre el mundo empresarial que tantos quebraderos de cabeza nos están dando en los últimos meses, o quizá debería decir en los últimos años.
Segovia, por centrarme en lo más cercano, no es ajena a la tónica general y en algunos aspectos está mejor y en otros peor que el resto. Algunos de mis antiguos colegas de trabajo llevan más de dos años sin encontrar no ya un trabajo adecuado a su perfil, siquiera un empleo. De los emprendedores a los que asesore como Agente de Innovación en la FES, estimo que alrededor de un 40% han tenido que abandonar su aventura empresarial por falta de resultados; un 30% tienen serias dificultades y tan sólo un 40% están consiguiendo mantener sus negocios mejor o peor (y, hay que decirlo, algunos bien o muy bien) a base de trabajo, ingenio, agilidad y más trabajo.
Mucho más me preocupa, porque lo sufro en carne propia, la poca perspectiva que se aprecia respecto a las personas desempleadas y a lo que contribuye negativamente la anodina oferta de formación que, salvo excepciones, existe en Segovia y también a nivel general. Está claro que el sistema nacional de empleo y su correspondiente autonómico, ni dan abasto a atender y gestionar el ingente número de parados, solo hay que ver el creciente número de quejas por el funcionamiento del sistema de cita previa para prestaciones, ni parecen tener tiempo para gestionar los perfiles profesionales y encauzarlos adecuadamente. Sugiero una simple mirada al cuadro siguiente para que nos demos cuenta de hacia dónde se han ido agrupando los porcentajes. Muy sencillo: hacia los parados de larga duración.

Fuente: INE Encuesta de Población Activa 2011-2005
Hace unos días, comentaba con Álvaro, un compañero de trabajo, la dificultad de cambiar de sector económico o de encontrar trabajo en una actividad en un sector profesional diferente al que se ha trabajado en los últimos años. Aunque las habilidades necesarias sean las mismas y tengamos competencia suficiente, no es menos cierto que, al menos a partir de ciertos niveles profesionales, la clave no son las competencias, sino el conocimiento del sector, los contactos profesionales y la capacidad de resolver con éxito, en base a la experiencia profesional previa, los problemas cotidianos. No es raro que para los puestos se pida y se valore, opino que en demasía, "experiencia previa en puestos similares".
Sin embargo, la formación se sigue centrando en "capacitar" a las personas en las habilidades y competencias propias de determinados perfiles profesionales, -que por otra parte es sumamente necesario-, y se olvida de proporcionar los recursos que confieren valía profesional en el mercado de trabajo: contactos sectoriales, experiencia profesional directa y conocimiento de la realidad diaria de los sectores: clientes, proveedores, relaciones de valor, etc. algo que puede hacerse de muchas maneras: mediante prácticas en empresas, contacto con profesionales del sector, asistencia a ferias, etc.
En mi vida profesional he cambiado en tres ocasiones de sector profesional y en todas he tenido que aprender desde el principio, cogiendo la escoba y barriendo la casa, a desenvolverme en el sector. Bien es cierto que uno nunca empieza en blanco porque si se aplica a fondo a conocer lo nuevo y se tiene la habilidad de aprovechar lo aprendido en la vida profesional para detectar las necesidades y requisitos del nuevo desempeño con humildad y empeño, casi siempre se sale adelante.
Al igual que en otros aspectos hay que exigir que, desde nuestros gobernantes a los técnicos que están al pie de la calle y del día a día, sean capaces de dar un giro radical a las políticas de empleo e implementen acciones efectivas que las impulsen y, también, concienciarnos de que como trabajadores, debemos ampliar nuestras perspectivas profesionales y conocer nuevos sectores y cometidos profesionales, lo que sin duda nos aportará valor en el mercado de empleo.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Ponte música y sal a correr.

El viernes tuve el privilegio de participar como invitado a la Mesa Redonda del II Encuentro de Emprendedores patrocinado por Caja Segovia y organizado con tanto interés y cariño por Lola Romero, una persona indispensable su apoyo a los emprendedores segovianos durante los últimos años. Resultó emocionante ver a tantas personas explicar sus proyectos con tanta energía y pasión hablando de sus negocios y la mesa redonda sirvió quizá para que los invitados recopilásemos nuestras experiencias en torno al emprendimiento. Me parece interesante recoger el pequeño resumen que había preparado, y que se enriqueció enormemente con las aportaciones de mis compañeros de mesa, en la idea de que sea una ayuda para quien se está planteando iniciar un negocio propio o ya lo ha iniciado.


A mi modo de ver, lo primero que un aspirante a emprendedor debe hacer es un ejercicio de introspección y averiguar si tenemos el cuajo suficiente para abordar todo lo que supone montar un negocio propio y si estamos dispuestos a asumir todo lo que ello implica. María Coco apuntaba la importancia de haber vivido en una familia de emprendedores y también que hay caracteres que de por si son emprendedores, aunque también se puede aprender a ser emprendedor. Según eres como persona es el mejor termómetro de cómo serás como emprendedor. Si no lo sientes, no pasa nada, puede que tu seas mejor en otras funciones y las empresas están deseosas de contar con "emprendedores internos", y cada vez más valoran a personas con iniciativa y empuje.

En segundo lugar, buscar apoyos y utilizar todos los recursos de ayuda y asesoramiento disponibles; integrarse en las redes de apoyo al emprendedor y en grupos de emprendedores, insistir, preguntar y exprimir al máximo todas las opciones y facilidades que podamos obtener. Asistir a cursos de emprendedores que nos ayuden a afinar nuestra idea de negocio, crear nuestro plan de empresa y a analizar los aspectos que se nos escapan. Controlar el gasto, utilizar tácticas de “economía de guerra” y utilizar sólo los recursos que sean necesarios, creando estructuras que puedan redimensionarse con facilidad.

Todo ello nos ayudará a crecer como emprendedores y empresarios, descubriendo los puntos en que necesitamos mejorar y trabajándolos de forma activa, convertirnos en profesionales y posibilitando que podamos crear una base sólida, rodeándonos de personas valiosas que nos complementen y enriquezcan. Es interesante que todos los emprendedores que formaban la mesa redonda empezaron un negocio en singular y ahora, poco tiempo después, casi todos cuentan con empleados que forman parte del valor de su empresa.

Centrarse en el corazón de la idea de negocio. A veces es difícil de adivinar con certeza antes de arrancar si estamos acertados al respecto, pero en cuanto se inicie lo descubriremos con facilidad y podremos reorientarla o afianzarla. Innovar, mirar hacia delante y ser valiente con los pies en el suelo. Los emprendedores que arrancan en Segovia lo hacen pensando en desarrollar su negocio aquí, pero la realidad es que casi todos acaban encontrando negocio (y la mayoría de las veces, muchísimo más) fuera de Segovia. Audacia Comunicación, Iberzal.com o la Alquería de Segovia relataban la dificultad de abrirse camino y lograr la suficiente confianza para lograr encargos, precisamente de aquellos por los que el emprendedor está apostando, los propios segovianos. Se hace muy duro romper las barreras de entrada cuando además concurre la desconfianza en la capacidad del emprendedor.

Por ello es tan importante que entre los emprendedores de Segovia se haya creado una red, aunque todavía sólo ligeramente tejida. Es muy probable que tu primer cliente sea el emprendedor de al lado porque será el que sí que confiarán en tu proyecto, porque te entiende y su apoyo es, al tiempo, un apoyo para él mismo. Angel Luis Llorente utilizó el término “co-competencia” refiriéndose a que trabajar de modo conjunto en determinados proyectos es una manera de enriquecer a las dos partes y posibilitar que ambos sobrevivan en tiempos difíciles.

Plantearse que el futuro empieza hoy mismo y que obtener beneficios a corto plazo, sin el horizonte de varios años que predican en los cursos de emprendedores es otro excelente consejo de los emprendedores más avezados, ¿porqué no obtener beneficios el primer año?. También hay que tener muy claro cual es el punto de no retorno donde debemos crecer y cómo lo haremos. Más que pensar en un horizonte cercano, poner la vista en dónde queremos estar, por ejemplo, dentro de cinco años, y marcarnos unos hitos claros que nos vayan ayudando a conseguir nuestra visión de futuro desde el primer día.

Más difícil es saber qué marca el momento de abandonar. Cristina Torres explicaba que experiencia de La Linterna de Segovia nunca la había considerado como un fracaso, simplemente supo que era el momento de dejarlo y emplear el esfuerzo en otra cosa. Cuando los números no cuadran puede que sea fácil decidir, pero ¿y cuando la idea ya no te llena o el camino se ha desviado demasiado de la primera visión?. No son pocos los empresarios que, años después, con una posición consolidada, vuelven a retomar su primera visión, su proyecto primario.

A pesar de que siempre insisto en que no hay recetas milagrosas, ésta sí es una en la que todos coincidimos tanto en su eficacia como en que debe usarse a menudo, y que resumo con un consejo que citaba Iñaki Berzal: “cuando tengas que pensar, ponte música y sal a correr”. Los que me siguen en este blog saben que el dedicar tiempo de calidad para pensar es algo en lo que insisto a menudo y los estudiosos del cerebro saben que cuando uno se distrae haciendo cosas que le gustan o le relajan, como puede ser el correr, nadar, leer, ver una película o dar un paseo con los tuyos, facilita que los procesos mentales inconscientes trabajen y den paso a que la intuición nos ayude a abordar con éxito los retos.

Por último, contar con el espacio personal. El emprendedor, decía Iñaki, no es libre, está preso de su idea y ello puede convertirse en un lastre personal inasumible. La vida sigue adelante mientras luchamos por nuestro negocio y tenemos amigos, familia, parejas, hijos. No quiero dejar de añadir que, además de las dificultades, por desgracia muy reales que las mujeres tienen a la hora de emprender y como hombre, creo que no soy capaz de apreciar en su totalidad lo que supone el largo proceso de ser madre y empresaria y siempre me siento estimulado por la energía que despliegan a pesar de todo, o quizá debería decir precisamente por el hecho de serlo. Nuestra vida personal es la base que sustenta nuestro equilibrio como persona y como emprendedor y no puede sustituirse por nada.

lunes, 25 de octubre de 2010

Un Camino por recorrer.


A lo largo de los últimos seis sábados, he participado en las Jornadas del Camino de Santiago a su paso por por Segovia, tan estupendamente organizadas por la Diputación Provincial. El Camino de Santiago de Madrid, (como se conoce el tramo que va desde la capital del reino hasta Sahagún, donde enlaza con el Camino Francés) cruza la provincia desde la Fuenfría pasando por Segovia, Zamarramala, Valseca, Los Huertos, Añe, Pinilla Ambroz, Santa María la Real de Nieva, Nieva, Nava de la Asunción, Coca y Villeguillo.

Además de disfrutar con la actividad, el paisaje, la compañía y colaborar con la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Segovia, las horas de caminata dan para mucha charla y han surgido algunas interesantes sobre la importancia del Camino para Segovia y la trascendencia que está empezando a adquirir en los últimos años, como bien conocen la Diputación y otras organizaciones de dinamización zonal, como Aidescom o Segovia Sur.

¿Es el Camino una oportunidad para Segovia?. Lo cierto es que en otras zonas el Camino es un elemento que genera un importante movimiento social y económico que, además de un atractivo de primer orden, supone un impulso al desarrollo local y comarcal y contribuye a evitar la despoblación. En Segovia, además de los albergues que tímidamente, pero con fuerza, están surgiendo al amparo público desde el impulso de personas entusiastas, como en Nava de la AsunciónCoca o Villeguillo, otras iniciativas privadas empiezan a sacar partido del lento goteo de peregrinos que vienen de Madrid buscando dónde pernoctar. El Albergue de Santa María la Real de Nieva es un excelente ejemplo, y varias casas rurales que de pronto se han dado cuenta que están situadas en las inmediaciones del Camino, han empezado a considerar al peregrino como lo que es: un cliente que no gasta demasiado, pero que tampoco exige más que lo justo y que es siempre agradecido y difunde los lugares dónde es bien tratado.

Desde luego, el Camino no es ni la panacea ni la solución para muchos pequeños negocios que sobreviven duramente en nuestra provincia, pero puede que sea la gota que suponga la diferencia entre sobrevivir y tener que abandonar algunas iniciativas y desde luego, el boca a boca del peregrino, amplificado hoy por Internet, las redes sociales y las páginas de información del Camino, cada vez más influyentes y completas, puede ayudar de un modo decisivo a potenciar su interés tanto para los habitantes de Madrid y sus alrededores (hay madrileños para todo, apuntaba un compañero de andadura) como para el creciente número de personas, nacionales y extranjeras, que quieren completar los múltiples caminos que recorren la geografía española rumbo al Obradoiro.

¿Merece la pena invertir en el Camino segoviano?. Sinceramente creo que si, y que debe haber una combinación de iniciativa privada y respaldo público. Y quiero añadir un apunte que me preocupa: realmente, me parece cuando menos curioso que, durante gran parte de su recorrido, el Camino discurra casi paralelamente, sin juntarse, aunque cruzándose en algunos puntos, con la antigua vía férrea Segovia-Medina del Campo, desmantelada ya hace más de veinte años y de la que se lleva casi los mismos hablando de crear la via verde Valle del Eresma. Además de que se han abandonado infraestructuras de la vía, como las estaciones que podrían haberse aprovechado para crear albergues, alojamientos u otros equipamientos, hemos perdido veinte años. ¿Cuántos más seguiremos perdiendo si no hay nadie que lo impulse?.

Al igual que en el caso del Camino, que se mantiene, entre otros apoyos, gracias a la impagable labor de los integrantes de la Asociación de Amigos del Camino de Segovia y de otras provincias, que además de repintar las flechas amarillas, mantienen vivo el entusiasmo y el espíritu peregrino, es imprescindible que todos empecemos a apostar fuerte por revitalizar Segovia a través de este tipo de iniciativas que tienen valor añadido en sí mismas y no es necesario dotarlas de contenido, puesto que lo llevan implícito y lograr que, en lugar de una rémora y un olvido, sean motores (y no importa si son pequeños o grandes) que nos impulsen hacia el futuro.

viernes, 1 de octubre de 2010

Somos. Seremos.

Segovia pasa el primer corte para convertirse en Capital Europea de la Cultura 2016 y los segovianos tenemos razones para sentirnos orgullosos. La euforia que ayer mostró el equipo de la candidatura es merecida y supongo que expresa la satisfacción por el trabajo, la liberación de la tensión y la expectativa que se crea a partir de ahora.

¿Cuál es la expectativa?. ¿A que aspiramos?. ¿Qué esperamos de Segovia los segovianos?. Hoy me he sentido obligado a releer algunas de las entradas que he ido publicando desde el inicio de La Fuentecilla, hace ya casi dos años, como una manera de que la euforia no me impida ver el camino a través del bosque .

No está mal que en Segovia se extienda el "efecto selección" y que empecemos a creernos que somos capaces. Hoy, desde luego, ese era el tono principal de las conversación del día en todos los lados. El trabajo hecho se ha reconocido como muy bueno y por eso hemos estado entre los elegidos. A pesar de las críticas o interpretaciones que se han venido haciendo sobre la orientación o las actividades de la oficina de Segovia 2106, lo cierto es que el enfoque general parece acertado y en gran medida puede ser debido a que no se ha tratado de realizar grandes cosas, sino que se han programado eventos más cercanos a las personas y sobre todo se ha ido creando una imagen de ciudad cultural con gran oferta de ocio y gancho para el visitante en un entorno cercano, bien comunicado y sobre todo asequible, nada que ver con las dimensiones (en el sentido humano del término) de una gran ciudad como puedan ser Madrid o Valladolid.

Deseo de todo corazón que Segovia sea la Capital Europea del 2016 y tener un punto de mira en el horizonte ha de ser una gran ayuda. Corremos, sin embargo, el riesgo de que 2016 se convierta en un punto de destino, en lugar de una estación desde la que partir de nuevo. ¿Cómo es posible?, me decían esta mañana, hay que trabajar por que gane Segovia y luego ya veremos. Por supuesto, es ahora cuando la sociedad segoviana, las personas y las empresas tenemos que apoyar sin tibieza alguna, con todo nuestro calor, la transformación de Segovia; y la capitalidad cultural de Segovia es, como digo, una estación de tránsito hacia nuestro futuro.

Seguro que quienes están planificando esta transformación no encuentran esta idea novedosa, y a mi entender, ahora es precisamente el momento de explicar esa planificación de una manera mucho más detallada. No lo olvidemos, Segovia es, ante todo, de los que vivimos en ella y los que trabajamos y generamos actividad económica en Segovia y que apechugaremos con el coste personal y profesional de llevarlo a cabo, por muchos dineros e inversiones que lleguen ahora o en el futuro. No nos estamos jugando una capitalidad europea puntual, está en juego el futuro de nuestra ciudad. No hace falta buscar mucho, la propia historia de nuestra ciudad y provincia tiene ejemplos más que suficientes para darnos cuenta de cómo una ciudad puede prosperar y caer en picado en el plazo de unos pocos lustros y del coste que ello tiene. La prosperidad es rápida, de la pobreza (económica y social) cuesta mucho remontar el vuelo.

Es el momento de que los responsables abran cauces de comunicación y de que los segovianos los aprovechemos a raudales, rompamos nuestra natural tendencia a esperar a que el otro haga lo que debe, quizá porque somos serios y honestos y damos por hecho que el otro también lo será y cuando no es así, parece que nos lamentamos como un error de nuestro juicio, más que exigir el cumplimiento. !Ay!, la participación, cuanto nos cuesta, incluso cuando supone negocio.

Se trata del modelo de ciudad, pero sobre todo del modelo de vida que queremos tener y el horizonte de 2016 es tan bueno como otro para ponerse objetivos y tenemos la fortuna de que la ilusión es el elemento motivador por excelencia. Hace unos días tuve un interesantísimo debate sobre los modelos históricos de evolución de las ciudades y las pautas de crecimiento y desarrollo social y la conclusión fue que son un útil referente, como lo es la historia reciente de Segovia. Sin embargo, hoy tenemos la oportunidad de crear un nuevo modelo de ciudad y de sociedad aprovechando los muchos factores que no existían hace tan sólo unos años: la mejora en las comunicaciones que reduce las distancias físicas; el desarrollo de las telecomunicaciones que hace los mismo en las distancias personales y sociales; la crisis que ha ralentizado el crecimiento de nuestra ciudad y que como efectos secundarios positivos, está contribuyendo a que se pueda planificar con antelación, en lugar de a posteriori y también al aumento de los emprendedores que fomenta la fijación de actividad económica a través de la búsqueda de nichos de valor sostenibles a largo plazo.

Son días para sentirse alegre, para dormir tranquilo después de la fiesta y estar descansados abordar para lo que nos queda por delante con ilusión y alegría, pensando que los segovianos lo valemos, lo merecemos, lo queremos y lo conseguiremos; porque en gran medida ya lo somos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

La fortuna de ser audaz.


Audaces fortuna juvat, la fortuna ayuda a los audaces, esta famosa cita del filósofo romano Publio Virgilio la utilizamos a menudo cuando queremos dar a entender que quien asume riesgos es el que obtiene beneficios. Aunque ser audaz en muchas ocasiones conlleva incomprensión o envidia, lo cierto es que sólo quienes se deciden aciertan o se equivocan y es la decisión lo que quizá distingue al audaz.

Audacia y osadía no son lo mismo, aunque hay quienes afirman que la línea que las separa es muy tenue, yo más bien creo que distan un largo trecho. Entre ser audaz y ser osado hay la misma diferencia que entre la genialidad y la locura, o sea, la inteligencia. El audaz, además de inteligente, ha de ser reflexivo. Piensa y sopesa, valora y compara para tomar la mejor alternativa. Y la mayoría de las veces es un camino que hay que abrir, innovador, complementario o paralelo que cuando vemos pensamos ¿y cómo no se me ocurrió a mi?, o bien: ya se me había ocurrido, pero.... El pero es que no nos decidimos, ese el el problema.

No hay nada malo en decidir que no. A diario hablo con personas que no acaban de decidirse a arrancar un negocio; aprobar un pedido; tomar una vía alternativa. Y por supuesto que muchas han reflexionado y sopesado los pros y los contras y deciden no hacerlo porque el resultado del análisis no les empuja. Hacer lo contrario, es decir, lanzarse cuando todo está en contra, sería una osadía o una locura.

Si algo distingue a los audaces, es que cuando los escuchas entiendes perfectamente que su decisión es la más acertada para ellos y sus circunstancias y que aunque haya otras alternativas, suele estar bien fundamentada, basada en un análisis, que a menudo no se hace del todo conscientemente, como Punset tan bien explica, pero que es totalmente válido. Por definición, el audaz tiene los pies en el suelo, es consciente y respeta los límites de su análisis; sabe cuándo roza la osadía y debe parar o retroceder. Está convencido de lo que hace y lucha por conseguir sus objetivos. Como dijo Jackson Brown, lamentaremos más lo que no hicimos, que lo que sí llevamos a cabo.

Lo que quizá no nos demos cuenta es que la fortuna no siempre sonríe y que las lágrimas están presentes en el proceso en igual o incluso mayor proporción y que ambas son inseparables, vienen en el mismo paquete como se suele decir. Por ello tienen todavía más valor y me merecen respeto y admiración todos aquellos que, a pesar de que la realidad les encoja el estómago, deciden emprender aventuras empresariales y personales, tantas veces interconectadas, con la alegría puesta y el ánimo dispuesto a seguir adelante.

Redes 4: La Intuición no es irracional.

jueves, 2 de septiembre de 2010

El ojo alargado de Fernando.

Al igual que muchos otros segovianos, tengo algunos pequeños momentos relacionados con Fernando Peñalosa., ese convidado que siempre aparecía cuando había algo que mereciera la pena reflejar y a veces sin que valiese la pena, allí estaba con su bolsa y cámaras en ristre a levantar acta.

Hoy por fin he hecho tiempo para acercarme a ver con calma la exposición de la Alhóndiga y debo decir que me ha emocionado doblemente. En primer lugar porque, como una agradable sorpresa, entre las decenas de instantáneas, hay una de tres jóvenes emprendedores que nos lanzamos a la aventura de Tridimensional y he revivido la emoción de la visita del periodista de El Adelantado, de las fotos de Fernando que vino poco después y la alegría de ver publicado el reportaje de nuestra joven empresa en el especial de aquel jueves de Mayo de 1989.

Entre otros, tengo un recuerdo concreto de una ocasión, hace años, en que una persona que esperábamos para comenzar un acto anunció un pequeño retraso, que ocupamos compartiendo un café y aproveché para preguntarle sobre si merecía la pena comprarse una cámara digital, que entonces empezaban a popularizarse. Me sorprendió vivamente tanto su conocimiento del tema como la pasión que transmitía mientras hablaba. Tras una media hora, apareció el personaje, y volvimos cada uno a su labor. Puntualmente firmadas Foto: F. Peñalosa, por supuesto, El Adelantado al día siguiente publicó las fotos.

Visitando la admirable exposición que la Asociación de Amigos de Fernando Peñalosa han organizado con motivo de su aniversario, he intentado imaginar qué sienten las personas que están presentes en la vida cotidiana de la ciudad y sus personas, que todos sabemos quién son y, sin embargo, apenas conocemos. He pensado entonces en cuántas personas atesoran esos pequeños gestos, esas visitas fugaces de Fernando o de tantos de sus colegas. Ellos, a los que todos conocemos, aprendemos cómo se llaman, que les hemos pedido en innumerables ocasiones  "por favor, sácame esto o aquello""!que se vea el logo del patrocinador!". Ellos que a su manera, con su ojo profesional, han sabido cumplir su cometido con honradez y al tiempo entender y cumplir puntualmente esas peticiones.

Yo no tuve más relación con Fernando que las cordiales conversaciones de los momentos en que aparecía para hacer su trabajo e irse con igual sigilo. Y sin embargo, casi puedo recordar cada una de ellas, bien porque el momento era importante para mi, bien porque la presencia del fotógrafo hacía que lo fuera. No nos damos cuenta de la huella que tantos Fernandos van dejando en las personas, en la sociedad, en la ciudad, hasta que alguien nos pone delante de los ojos, nunca mejor dicho, esas fotografías que, al final, son como un espejo en las que nos vemos reflejados.

Por fortuna, en esta exposición sus amigos han conseguido reunir, aunque sólo sea una pequeña instantánea, lo que sentía Fernando al mirarnos por el ojo alargado de su cámara o a través de su discreta ventana de San Martín.

martes, 13 de julio de 2010

La Roja destiñe y el beso de Casillas.

Ayer estaba mi vecina tendiendo la colada y me fijé en que las prendas más claras tenían un cierto tono rosa. "Es que mi marido metió anoche la camiseta de la Roja en la lavadora y ha desteñido", me dijo. "Ya ves, hasta la ropa se ha contagiado de la euforia del Mundial", añadió sonriente.

La verdad es que hay una sensación general de que ya nos hacía falta algo que nos elevara la moral y pudiéramos hablar algo más allá del "que mal está todo ¿verdad?", que intercalamos en casi todas las conversaciones desde hace ni se sabe, que ni siquiera la meteorología tan proclive a comentarios que estamos teniendo últimamente nos vale ya de muletilla. Estos días, entre las repeticiones de los momentos del partido, el antes, el después, la llegada de la Selección y demás titulares, se intercalaban los comentarios sobre si la economía mejoraría o el PIB subiría el 0,7 por mil.

Soy simplemente escéptico acerca de los efectos reales que este acontecimiento tendrá en la economía o las cifras del paro o de su repercusión sobre la política española y los conflictos autonómicos. ¿Influirá algo?. Seguramente, porque como muy bien saben los de marketing, la selección es un gancho publicitario de inigualable valía. Además del efecto puntual y el aumento de ventas en determinados negocios, ha habido y habrá campañas, promociones y patrocinios; algunas empresas que así lo publicitaron nos devolverán el importe gastado (ojo a los detalles, pero algo es algo) y habrá una parte del movimiento de negocio que sin duda se aprovechará del tirón e intentará mantener el momento angular de esta sana euforia.

Sin embargo, yo apuesto que el efecto más importante y duradero va a ser lo que un amigo definió acertadamente el domingo como el chute emocional. La inteligente campaña de Cuatro TV "Podemos" es un ejemplo de utilización inteligente en forma de motivación colectiva que no apela a los bajos instintos de la furia española (que además hace referencia a un episodio histórico bastante poco edificante) sino al trabajo de un grupo trabajador, cohesionado, y seguro de sí mismo que, ante la adversidad, tiene la virtud de persistir. Y que se muestran naturales y dejan ver ese lado personal, que es capaz de conectar emocionalmente por igual a mujeres y hombres como el espontáneo beso de Casillas.

La imagen de España en el mundo (y también dentro de España) ha sufrido inevitablemente un importante cambio. De pronto todo el mundo se ha dado cuenta de que hay españoles en la primera línea de casi todo, además del deporte: ciencia, negocios, empresas, instituciones... No sólo la imagen de España va a subir muchos enteros, además se actualizará esa foto fija de sol, playa y pandereta, por la de de una nación moderna que lucha por estar en los puestos de cabeza saliendo de la crisis. De pronto las camisetas rojas que se han visto por todo el mundo empezarán a teñir de rojo muchas coladas y no sólo será en las casas. El campeonato del mundo tiene que darnos pie para aprovechar una oportunidad única que no debemos dejar pasar de ninguna manera para la promoción de España, sus empresas, su oferta de negocios y su capacidad para reinventarse y posicionarse en el mundo en un lugar que nos ganemos a pulso.

En muchas ocasiones me he referido a los cambios y a la capacidad de innovación como motor del crecimiento empresarial. Y también a que el motor empresarial no funciona sin que haya quien lo arranque, lo mantenga en marcha y cuide de que esté en perfecto orden de funcionamiento y que una de las partes más importantes son las personas y su relación con la cultura empresarial. Creo que todos querríamos que nuestra empresa funcionase como lo ha hecho la selección para todas, absolutamente todas las personas que la componen.

Claro que podemos. Y el excepcional grupo de personas jóvenes, dirigidos por un cincuentón experimentado y respaldados por todo el grupo de trabajo, han sido capaces de dar la imagen de lo que debe ser nuestro objetivo: convertir nuestras organizaciones en un conglomerado heterogéneo que coopera, trabaja en grupo, en dónde la creatividad personal enriquece a todos y en el que el resultado del conjunto está por encima de las individualidades.

miércoles, 30 de junio de 2010

Abordar los cambios.

Los motivos que impulsan la toma de decisiones en cada persona son, al tiempo, tan profundamente misteriosos y tan cristalinamente transparentes que, aunque la nuestra nos parezca meridianamente clara, a veces es muy difícil acertar con las decisiones que otro tomará en la misma situación y, querámoslo o no eso condiciona la manera en que presentamos las cosas desde cualquiera de los dos puntos de vista. En estas últimas semanas en que he estado inmerso en el arranque de un nuevo reto profesional, he tenido que responder en bastantes ocasiones a las inevitables preguntas acerca de los motivos que impulsan la toma de decisiones en un cambio laboral. Una respuesta basada en la combinación de una mejora que afecta al aspecto salarial y a los cometidos profesionales satisface la mayoría de las preguntas y muchas personas por cortesía no van más allá o quedan conformes con la respuesta afirmativa a la pregunta: ¿estás contento?.

Hablando con los amigos y conocidos, además de agradecerles los buenos deseos generales para con mi nueva andadura profesional, he podido comprobar que tanto mis explicaciones se adaptaban a la relación, más o menos personal o profesional, con cada uno de modo que, sin perder sinceridad ni veracidad, como que las respuestas y las interpretaciones de ambos lo hacían también de la misma manera. Y sin embargo, bajo todo ello subyacen de alguna manera una serie de premisas que quizá nos den algunas pistas acerca de cómo abordamos un cambio profesional.

La primera es que obviamente el cambio tiene que implicar una mejora en aspectos materiales como los que afectan a la retribución, coche de empresa, móvil, etc. La segunda es que uno debe tener la convicción de mejorar y esa sensación de "estar contento", de satisfacción con el cambio y aquí intervienen una multitud de factores.

Hace unas semanas en una conferencia Manuel Suarez, de Brain Trust, aportaba datos de un estudio empresarial en el que se indicaban las razones con mayor peso en la satisfacción laboral, entre las que, curiosamente, no se encontraba el salario, sino otras relacionadas con el desarrollo personal y profesional, la posibilidad de realización en ambos aspectos, la relación con los compañeros y compatibilizar con la vida personal. La retribución y los aspectos materiales, siendo muy importantes, no son los aspectos que tienen mayor influencia cara a la satisfacción de de una persona con su puesto de trabajo.

Fuente: Brain Trust
Tampoco el volumen, la carga de trabajo o el grado de responsabilidad en sí mismos son factores críticos, a menos que estén ligados con aspectos positivos o negativos que influyen de manera mucho más profunda y en función de la personalidad de cada uno y su respuesta al estrés laboral. Otros aspectos como la novedad, el impulso renovador que siempre se tiene cuando se aborda un nuevo proyecto profesional y hecho mismo del cambio puede que tengan también una influencia significativa.

Todo ello debe servirnos para orientar estos cambios de manera positiva en el ámbito personal y tenerlo en cuenta a la hora de gestionar las personas que están ese proceso. El cambio siempre es conflictivo y angustioso, máxime en momentos como el actual en que los cambios son pocos, a menudo negativos y se ven con renuencia. Buscar y minimizar los aspectos negativos y hallar y reforzar los positivos aportará garantías de éxito.

domingo, 16 de mayo de 2010

Empujar desde dentro

Es curioso comprobar que los empresarios y emprendedores que tienen dudas acerca de si asociarse a alguna agrupación empresarial o sectorial son bastante numerosos, y también es fácil entender sus razones para no hacerlo. Aunque esta actitud es, por desgracia, general en Segovia, el emprendedor tiende especialmente a ser todavía más receloso y da la sensación de que prefiere arrancar su negocio por sí mismo y a menudo sólo toma de las organizaciones lo que estima puede favorecerle, (normalmente algo de asesoramiento, información sobre ayudas y poco más) y no profundiza ni exprime todas las posibilidades que pueden ofrecerle para arrancar o mejorar su empresa.

Hace unos días comentaba con Carlos Besteiro la necesidad de saber emprender con una "economía de guerra", haciendo referencia a la necesidad de centrarse en los aspectos esenciales del negocio, deshechando todos los aspectos supérfluos que añaden costes dificilmente soportables y que son los que descuadran las cuentas de la lechera. Dentro de esta perspectiva, casi nunca se contempla adscribirse a una organización sectorial, empresarial o similar, a no ser que reporte ventajas evidentes en financiación, facilidades o trámites o sea prácticamente imprescindible por otras razones prácticas.

La decisión de asociarse, se relaciona con el pago de una cuota; un dinero que casi todos los emprendedores prefieren no gastarse o emplear en otra cosa más necesaria para su negocio, y también se tiene una cierta visión de las organizaciones como entes movidos por intereses u objetivos que no siempre se comparten. El emprendedor siente a menudo que está en otra onda y que puede desarrollar su idea de empresa mucho mejor al margen del status quo o intereses que percibe como poco conectados con su visión empresarial. La AJE segoviana lleva tiempo predicando en el desierto de los jóvenes emprendedores para aglutinar un grupo numeroso de personas con inquietudes similares en el arranque o consolidación de sus empresas y aunque Angel Luis Llorente ha conseguido conformar un grupo entusiasta de jóvenes empresarios, y la idea está calando fuerte, una cierta sensación sigue flotando en el ambiente.

Entiendo, pero no comparto en gran parte las razones para quedarse fuera de las organizaciones y colectivos que representan a los empresarios y emprendedores. Pasado el momento inicial en el que la economía es primordial y unos poco euros pueden comprometer la supervivencia de un negocio, la pertenencia a organizaciones tiene que plantearse como algo inherente a la propia actividad empresarial.

Ahora bien, también es cierto que un gran número de los asociados lo están sin realizar ninguna participación o sin obtener retorno. La queja habitual que va desde el desconocimiento a la desidia, pasando por la falta de información o proactividad, deja a ambas partes mal paradas en cuanto a las prácticas empresariales o la eficacia de las organizaciones. Desde luego, ambas deben mejorarse, pero algunas de sus causas: la falta de proactividad de los empresarios; la visión errónea de que quienes sí obtienen retorno o participan se están "aprovechando" del colectivo o pensar que las organizaciones son entes funcionariales o lobbies para el manejo de intereses, deberíamos desterrarlas para siempre y centrarnos en que ambas partes hagan un uso racional de sus objetivos al agruparse y de los intereses que representan, y la mejor manera de hacerlo es desde dentro.

Por descontado que la participación activa significa un esfuerzo y que quienes, además, se atreven a ocupar responsabilidades estan asumiendo que han de dedicar una parte preciosa de su tiempo profesional a los cometidos que dicha responsabilidad les obliga, pero estar atentos, recibir y leer las informaciones y recursos que generan las organizaciones son tareas que todo empresario o emprendedor debería tener muy arriba en su lista de tareas.

Cada cual que tome su decisión, pero creo que la mejor manera es estar y empujar desde dentro, manteniendo una participación proactiva en todo lo que las organizaciones generan a su alrededor. En realidad, no es nada que no hagamos en nuestro negocio. Solo así conseguiremos sustituir la sensación de no estar convenientemente representados por la de estar integrados en un grupo con sensación de pertenencia, espíritu de cooperación y transmitiremos adecuadamente y a través de los canales más efectivos nuestras necesidades y expectativas, al tiempo que aprovecharemos todos los recursos y oportunidades que nos brindan para desarrollar nuestros negocios.

domingo, 9 de mayo de 2010

Distinguir entre las voces.

Los domingos abro El País Semanal por la parte de atrás y busco la página de Almudena Grandes. Me enganchan sus pequeñas historias, tan cotidianas, tan bien contadas y cómo es capaz de redondearlas en tan pocas líneas. Hace un par de semanas me llamó la atención "El oficio de escribir", tan a cuento con el día del libro y aparentemente sobre la piratería que también afecta al libro, pero que en realidad es una reflexión bastante amarga de cómo todo lo que rodea al escritor y el negocio que genera y que le permite vivir de sus palabras, está cambiando de un modo tan radical que, en realidad se puede extrapolar a muchas de las realidades empresariales actuales. Y hoy, leo una noticia en la que Obama critica los dispositivos electrónicos, por la presión y la dispersión que la información ejercen sobre nosotros y la sociedad que me ha hecho recordar el otro artículo y reflexionar hacía dónde vamos y si podemos de alguna manera controlar el proceso.

Por desgracia, coincido con Almudena Grandes en que los cambios que se están produciendo en los sistemas de muchos negocios están produciendo revoluciones tan radicales que posiblemente harán desaparecer, incluso el propio modelo de negocio. Pensemos por ejemplo, en la Enciclopedia Britanica, el Larousse o la española Espasa que seguimos teniendo en casa, y que hace no muchos años eran la referencia para cualquier consulta. Hoy la referencia es la propia Red y, como bien señala Obama, la educación es clave para saber distinguir entre las voces.

Que el mundo y los sistemas de referencia han cambiado es evidente y se alzan voces criticando que nos empeñamos en seguir utilizando los mismos referentes en marcos en los que ya están desfasados. Pero ¿realmente los cambios son tan importantes?. ¿Hemos de subirnos ya a la marea que viene o podemos esperar a ver por dónde van las primeras olas?.

No comparto con Almudena Grandes que el escritor vaya a convertirse en poco menos que un esclavo de la venta al por menor de sus escritos en un mercado atomizado y competitivo, pero es cierto que el proceso de cambio ya se ha iniciado, aunque no sepamos claramente hacia dónde vamos. Quizá haya gurús o personas mejor informadas o con capacidad de avizorar más allá que puedan darnos pistas, pero no siempre aciertan, así que de momento la mejor recomendación es que debemos tener los ojos muy abiertos e intentar tener también la mente abierta. Ejemplos como el último libro de Jeff Jarvis Y Google ¿cómo lo haría? pueden ayudarnos a comprender cómo una nueva forma de pensar o de abordar determinados problemas saca partido de las posibilidades de la tecnología, la información contenida en Internet o los contactos de las redes sociales.

Desde luego que quien consigue atisbar las tendencias, a menudo puede sacar un enorme provecho. Si sabemos prever lo que va a ocurrir o dónde vamos a ir a parar, podemos discurrir cómo llegar hasta allí, pero por el camino seguramente seremos tentados por muchas voces de sirena entre las que nos tocará distinguir las que llevan a buen puerto. Mientras tanto, estar atentos, utilizar con inteligencia nuestros recursos, educación y formación y saber discriminar la información relevante, dedicando tiempo a su análisis, también debería proporcionarnos ventajas competitivas.

PD: Gracias a todos lo que habéis contactado conmigo durante el último mes interesándose por la ausencia de entradas, debido a diversas razones simplemente no he dispuesto de tiempo suficiente para escribir con la calma y reflexión que me gusta, agradezco la amabilidad y me anoto las sugerencias de incluir de tanto en tanto entradas más cortas o más inmediatas.

domingo, 4 de abril de 2010

Ideas para emprender

Un número apreciable de las consultas que recibo tienen que ver con emprendedores. Aunque las razones que les mueven son variadas, desde la realización de un periplo por todos los puntos de información disponibles, hasta la búsqueda de ayudas, pasando por la recomendación de amigos y conocidos, lo cierto es que por mi mesa pasan bastantes de quienes en Segovia tienen intención de iniciar un negocio y eso me ha llevado a ser un observador interesado en la personalidad y actitud de los emprendedores. Curiosamente, la gran mayoría se pueden encuadrar en tres grandes grupos.

Los primeros suelen explicarme en qué consiste su idea, los pasos que han dado, por qué se han decidido a dar el salto, los recursos con los que cuentan y, por lo general, tienen una idea bastante clara de lo que quieren conseguir, aunque las expectativas no lo estén tanto. Normalmente buscan corroborar que su análisis es correcto, sus decisiones están fundamentadas y agradecen que les manifieste mi opinión al respecto, se muestran muy proclives en repasar su análisis y ver qué otros puntos de vista o aspectos pueden no haber tenido en cuenta o proporcionarles oportunidades de negocio o crecimiento que no habían valorado lo suficiente o considerado siquiera. Buscan ayudas, subvenciones, posibilidades de financiación o impulso a su proyecto y no suelen desanimarse si no las hay, algo que es habitual; de hecho ya lo sabían, pero intentan agotar todas las opciones posibles. Algunos son personas muy preparadas, con ideas muy claras, y otros con menor preparación o nivel de elaboración de su negocio, pero todos tienen clara la "visión" de su negocio y mi intervención se centra en ayudarles en lo posible a definir la "misión", y sugerirles alternativas que pueden enriquecerla e impulsarla de alguna manera o a comenzar con poca tesorería..

El segundo grupo peregrina por los mismos lugares, solicitando información de las ayudas, las opciones de financiación y las posibilidades de ayudas al emprendedor que existen. Explican que tienen intención de iniciar un negocio y, aunque tengan ya una cierta visión, fundamentalmente vienen en búsqueda de un empuje para emprender. Independientemente de las circunstancias individuales de cada cual, y contrariamente al grupo anterior, un punto de desánimo suele aparecer en sus caras cuando no hay posibilidades de ayuda o de una financiación asequible. No tienen definida una idea de negocio, así que dificilmente tienen una "visión" desde la que partir, ni "misión" sobre la que podamos trabajar. Incluso aquellos que están en una buena posición personal y económica como para emprender, traen la carpeta llena de dudas y siempre preguntan: "¿Tienes alguna idea para poner un negocio?".

El tercer grupo muestra una curiosa mezcla. Como los anteriores, no tienen una idea definida pero, como los primeros, tienen muy claro que son emprendedores, lo que ocurre es que no han descubierto todavía la "visión" que les ilumine el camino. Estos también preguntan, pero no piden tanto ideas, como informarse de todas las opciones para poder estar preparados si surge la luz. Y cuando lo hace, es frecuente que vuelvan, reconvertidos, por lo general, al primer grupo.

¿Cómo ayudar a estas personas, faltas de ideas, pero con ganas de emprender?. Lamentablemente, y lo siento por quienes me consultan, no tengo ideas de negocio para repartir (y, además, serían ideas de "otro" y no "propias", lo cual creo que supone una gran diferencia).

Como he mencionado en otras entradas, suelo decirles que no hay recetas infalibles, pero sí pautas eficaces que pueden ayudar a suplir la falta de ideas de negocio, algo perfectamente comprensible por otra parte dado que ahora mismo parece no haber nicho casi para nada, a poco que seamos realistas en nuestro análisis de la situación. Por supuesto que hay una serie de pasos ineludibles: recopilar toda la información posible; enterarse de los programas de ayuda; acudir a todos los organismos y personas disponibles e ir recogiendo poco a poco todos los datos posibles y especialmente los más relevantes sobre la actividad económica general y sectorial, tanto si tenemos ya un idea de negocio, como si no. Esto no nos proporcionará ideas, pero sí que nos dirá cuáles probablemente no funcionen o no podamos abordar, y por qué; eso nos irá facilitando acotar las opciones hasta un número que nos haga posible una elección.

O quizá la cuestión resida en que no vemos ideas factibles simplemente porque estamos utilizando un punto de vista erróneo. Nos centramos en pensar si en este barrio funcionará tal comercio que sí lo hace en el de al lado o si hay hueco para otro de tal gama. Partimos de sí existe o no saturación de mercado y posiblemente no veamos carencias o necesidades que no están cubiertas. Y del mismo modo, nos cuesta mucho trabajo expandir la mente, mirar un poco más allá y extrapolar ideas que podrían funcionar porque son totalmente nuevas, al menos en el ámbito dónde estemos mirando.

¿Ideas para emprender?. No te centres en las que tienes anotadas y empieza a especular. Mira a tu alrededor, averigua cuáles han funcionado en los últimos tiempos y pregúntate por qué lo han hecho. Deja a un lado las razones obvias que seguramente proporcionarán tan sólo ventajas temporales (no había una panadería en mi barrio; ahora hay tres) y fantasea con otras menos evidentes, pero que sí puedan suponer ventajas o valores añadidos. Un ejemplo, una clínica de rehabilitación de mi barrio tiene éxito, en parte porque está a escasos diez metros de una parada de autobús que enlaza con dos líneas, de manera que aunque está lejos del centro, está muy bien comunicada para que sus pacientes puedan desplazarse por sí solos, y habrá otros factores ventajosos, como que el coste del local en esa zona será más asequilble. Seguramente que ha habido un buen análisis de esos factores "no profesionales" que pueden suponer la diferencia. No se trata de lanzarse a la aventura sin red de seguridad, sino todo lo contrario, de averiguar dónde puede estar esa "red" que nos permita empezar sólidamentedetectándola con espíritu innovador.

Cuando no se tiene una idea de negocio o una carrera profesional sobre la que orientar la aventura de emprender, es clave averiguar cuál es el nicho de mercado, preparando sólidamente el escenario como emprendedor y, al tener los ojos y la mente muy abiertos, estar bien posicionados para detectar cualquier indicio que nos pueda dar la clave para emprender con riesgo calculado y posición de ventaja.

jueves, 11 de marzo de 2010

Estrategias de innovación en la empresa



Según el informe 2009 de la Red de Innovación de CECALE, para más de un 46% de las empresas el principal problema cara a la innovación, es la necesidad de resolver los problemas habituales. Afortunadamente, cada vez menos empresarios piensan que la innovación sólo tiene que ver con la investigación o la tecnología. La realidad es que innovar va más allá de fabricar o lanzar nuevos productos o servicios, significa trabajar de manera más inteligente, abordando esos problemas cotidianos de manera más creativa y abierta para concebir nuevas soluciones.

Cualquier empresa que quiera ser competitiva en un entorno tan cambiante y agresivo como el actual, se enfrenta a la necesidad imperiosa de ser innovadora y descubrir y aprovechar cualquier oportunidad para aumentar los ingresos y la rentabilidad de su negocio, cuando no sobrevivir. Adoptar estrategias innovadoras en la empresa significa, en primer lugar, construir una organización orientada a asumir riesgos, a generar nuevas ideas con espíritu cooperativo, capacidad de análisis crítico, de participación colectiva, de compartir responsabilidades y, por supuesto, voluntad de perseverar.

¿Cómo conseguirlo?. Por fortuna hay algunas pautas que podemos aplicar de manera flexible y adaptable a nuestro caso concreto.

- En primer lugar, debemos estar convencidos de la necesidad de impulsar la innovación desde la dirección de la empresa. El papel de los responsables es determinante para conseguir crear una cultura empresarial innovadora.

- Hacer explicito y poner en marcha el conocimiento y experiencia de la empresa, favoreciendo la figura del “emprendedor/innovador interno”. El conocimiento implícito de las personas y procesos que conforman nuestra organización debe sacarse a la luz de tal manera que lo importante sea potenciar en grupo las fortalezas empresariales, no el organigrama.

- Apostar por el aprendizaje y la formación permanentes. En lugar del desinterés y el escaso apego a la formación, algo que se acentúa en tiempo de crisis al pensar en la formación como un gasto a prescindir, utilicemos la formación –y, por supuesto, las bonificaciones- como una respuesta estratégica para la mejora de las personas que permita a nuestra empresa ganar ventaja frente a la competencia. En realidad, una formación bien definida y adaptada a las necesidades reales de la empresa es una estrategia de ahorro y, al igual que las bombillas de bajo consumo, la inversión se amortiza con creces por el ahorro económico y el retorno cualitativo que produce de modo inmediato.

- Estudiar el entorno para detectar las necesidades y nichos de oportunidad y definir objetivos concretos a corto y medio plazo, pensando en las posibilidades que la empresa tiene de aprovechar las oportunidades, satisfaciendo necesidades o creando nuevos mercados a partir de ellas. Nuestra experiencia e intuición son importantes en la detección y evaluación de las oportunidades, pero nunca debe obviarse un análisis racional para minimizar el riesgo.

- Planificar, formulando diversas estrategias posibles, eligiendo la más adecuada para lograr que se cumpla con efectividad y controlar su eficacia para que se alcancen los objetivos.

- Por último, considerar que una estrategia innovadora no acaba una vez la hemos puesto en marcha. El proceso sigue y debemos pensar: “¿cómo hago que sea la mejor para mi empresa?”, actuando continuamente para conseguir que efectivamente así sea.

Esta entrada se publica como un artículo en el número de Febrero de la revista "Segovia Empresarial"

domingo, 28 de febrero de 2010

Reformar el trabajo.

Desde que recuerdo, el espinoso asunto de la "reforma del mercado laboral" parece ser uno de esos temas cíclicos, al igual que el refrán acerca del mes de Septiembre dice: "o seca las fuentes, o se lleva los puentes". (Por cierto, también hay otro que dice "Septiembre y Marzo, ventoleros ambos"). Hay argumentos, opiniones o análisis para todos los gustos y tendencias, y parece que este es uno de esos temas en los que sea cual sea la decisión, difícilmente contentará a todos.

Que el actual sistema del mercado laboral necesita reformas, es una afirmación compartida por la mayoría. La discrepancia está, obviamente, en cuáles deben ser y qué medidas deben abordarse. Difícilmente coincidirá la visión proteccionista de los sindicatos con la más liberal de los empresarios e igualmente habrá de tenerse en cuenta cómo se preservan y protegen los derechos sociales que nuestro sistema tiene la obligación de ofrecer y que se generan del propio trabajo.

En medio de todo este debate técnico y político, hace bastante tiempo que tengo la impresión de que hay un importante sustrato que no se está teniendo en cuenta en la medida que, estimo, sería necesaria y que puede darnos pautas acerca de cuáles deben ser los objetivos hacia dónde debería confluir un nuevo modelo de relación laboral, lo que seguramente ayudará mucho a plantear las medidas.

Por ejemplo, se afirma que hay un bloque de empleo de personas que llevan muchos años en el mercado laboral, con sueldos y despidos altos, que actúan de tapón para las generaciones jóvenes, en su mayoría con mejor preparación académica, abocadas a empleos precarios y escasas posibilidades de ascenso profesional, con las repercusiones personales y sociales que todos conocemos.

Por otro lado, experiencias como las prejubilaciones o despidos masivos de personas de ese primer perfil, cuyos puestos no se han cubierto o se han sustituido por personas jóvenes, con sueldos y condiciones sensiblemente peores, han causado una enorme pérdida de “capital y conocimiento humanos” en sectores y empresas en las que el trato y la atención al cliente son las claves del negocio. ¿Cuántas veces hemos oído la frase: “en mi banco ya no me conocen”?.

En definitiva, mi pregunta es: ¿no sería mejor definir cuál es el modelo de trabajo que queremos, para después poder implementar las medidas adecuadas?. El punto de partida debería estar, entonces, en el análisis de los aspectos que deberían mejorarse, utilizando una mentalidad abierta para plantear estrategias innovadoras: ¿y si lo viéramos desde el punto de vista de la persona?.

Hay estudios, como el de Sylvia Ann Hewlett, en los que se pone de manifiesto que se pueden conciliar los intereses y expectativas de las diferentes generaciones que coexisten hoy en las empresas, porque coinciden en lo fundamental. Sus resultados indican que las ideas básicas son:
- Un entorno laboral con compañeros de calidad.
- Disponer de un trabajo flexible.
- Poder disfrutar de nuevas experiencias profesionales y personales.
- Perspectivas de crecimiento y reconocimiento para los jóvenes.
- Autonomía en las tareas y entorno estimulante para los más mayores.

Leyendo esto, y después de hacer una pequeña búsqueda totalmente empírica, creo que coincide perfectamente con lo que las empresas desearían tener, y que podría resumirse en lo siguiente:
- Trabajadores cualificados y preparados.
- Comprometidos con el proyecto empresarial.
- Con espíritu creativo e innovador.
- Productivos y que aporten valor añadido y competitividad.
- Ambiente laboral estimulante, estable y cooperativo.

Como apuntaba antes, yendo más allá de debates acerca de asuntos como el coste que -para ambas partes- suponen aspectos como el despido, sugiero que nos centremos en definir cuál es el modelo de relación laboral que queremos tener. El modelo de empresa está cambiando porque nuestro entramado social, económico y cultural está evolucionando a pasos agigantados hacia modelos más sostenibles, mientras que los sistemas de relación laboral siguen pautas que vienen prácticamente de la revolución industrial y coexisten sistemas como la función pública, dónde la medida de la eficacia y la productividad parecen estar ausentes o ser inabordables, con la empresa privada, donde son guía y vara de medida.

Y sostenible, hoy, significa mucho más que medioambientalmente respetuoso, también supone serlo en la relación laboral y que el trabajador -¿no lo somos todos?- sea artífice efectivo de los cambios que le tocan. Cambiar el presentismo y las jornadas interminables, por la evaluación de las tareas efectivamente realizadas, supone cambiar la simple medida del desempeño por un sistema de retroalimentación que permita a ambas partes ver dónde se está fallando y cómo corregirlo y dónde se acierta y cómo conservarlo y potenciarlo; o tener muy presente que aspectos como la responsabilidad social corporativa o la conciliación no deben ser meros añadidos, sino estar totalmente inmersos en el modelo de relación entre la persona y la empresa y, lo más importante, que significan que ambos debemos adoptar actitudes de responsabilidad para conseguir la relación laboral ideal.

miércoles, 17 de febrero de 2010

La opción de decidir.

El pasado día 11 de Febrero acudí en Valladolid a la "desconferencia" organizada por la Fundación EXECYL y conducida por Prudencio Herrero denominada: "Cómo tomar las mejores decisiones en la Empresa".  Reflexionando estos días sobre la reunión, debo resaltar en primer lugar lo importante que resulta fomentar estos grupos de trabajo en los que se intercambian experiencias, conocimientos y dudas sobre los temas propuestos. Al final, todos resultamos enriquecidos con las aportaciones de los demás y el que haya tan poco apego a participar en ellas me parece una rémora que debemos luchar por vencer entre todos, animando a los indecisos; a los que no se atreven o piensan que van a quedar en ridículo y, especialmente, a quienes piensan que tienen cosas más importantes que hacer en el día a día, que dedicar un rato a pensar e intercambiar.

La sesión se inició con las sugerencias de Tom Davenport que se pueden resumir en:
- Escoge las 10 mejores ideas (o decisiones).
- Extrapola los escenarios posibles.
- Establece las prioridades, en función del comportamiento que provoca la decisión.
- Actúa.

Prudencio lanzó la pregunta de si seríamos capaces de ayudar a otras personas a tomar mejores decisiones empresariales, y yo que soy de natural optimista, me puse en el grupo de los que osamos decir que sí, y que luego tuvimos tanto que sostener las afirmaciones, como pasar al otro lado y hacer de abogados del diablo. Durante la desconferencia, fuimos los propios participantes quienes expusimos nuestras ideas sobre la toma de decisiones y elaboramos una relación de factores a tener en cuenta, que intentaré condensar a partir de mis anotaciones:
- Reconocer y aprovechar la "ventana de decisión"
- Analizar, reflexionar y escuchar mucho.
- Aprovechar la intuición y la experiencia acumuladas.
- Comprender la situación y las consecuencias.
- Primar la rapidez antes que la precipitación.
- Tener en cuenta el conocimiento interno, que suele ser el más valioso.
- Evitar dependencias externas.
- Reinventar los modelos de negocio.
- Considerar la personalidad de la persona que toma la decisión.
- Promover la autoconfianza y minimizar la incertidumbre.

Con estos datos podemos elaborar una sencilla matríz de toma de decisión como la del siguiente ejemplo (obviamente los conceptos pueden ser otros en función del problema):


Este tipo de matrices de decisión puede ser muy útil y de hecho hay muchas teorías, tipos de matrices, pautas e incluso ayudas informáticas que podemos y debemos utilizar cuando estudiamos un problema o hemos de tomar una decisión y que nos facilitan mucho el análisis disponiendo de una metodología que evalúa las alternativas y les asigna diferentes pesos a considerar en la decisión final. Suelen ser muy prácticas, especialmente cuando están en juego consideraciones, repercusiones o comportamientos propios y ajenos que conviene tener en cuenta con cierto detalle. Obviamente, los aspectos cuantificables (presupuestos, recursos, etc.) suelen ser más facilmente ponderables.

Pero, ¿podemos reducir la toma de decisiones (empresariales y personales) al uso de esta matriz -u otras similares-?. Creo que en absoluto debemos hacerlo así. De hecho, durante la sesión esbocé, como un ejemplo, en mis anotaciones un esquema tridimensional más o menos como el siguiente:


Como muy bien se puede extrapolar, la situación puede complicarse enormemente, al igual que algunas decisiones que hemos de tomar teniendo en consideración variables numerosas o factores difícilmente evaluables. Podemos utilizar otras técnicas: proceder por exclusión; por ponderación; por impacto, etc. Al final, con todos los datos sobre la mesa, es la persona quien decide. Como apunté en la reunión, seguramente no pueda decirle qué decisión tomar, pero quizá si pueda ayudarle a cómo hacerlo.

Sin alternativas no hay decisión. Y a veces no somos capaces de elaborar estrategias eficaces para alcanzar los objetivos, ideales o simplemente satisfactorios, por varias razones, entre las que destacaría:
- Las dificultades de obtener y evaluar la información.
- No estructurar correctamente el dilema decisional.
- Las interpretaciones de las alternativas pueden estar distorsionadas.
- Los vínculos cognitivos nos condicionan.
- No dedicar suficiente tiempo de calidad al análisis.
- No hacer un seguimiento de las repercusiones. 

Desde luego una decisión acertada, que produzca los resultados que se desean, no depende en exclusiva de que la decisión se haya tomado correctamente. No toda la información está disponible; la ventana de tiempo para la decisión es limitada o demasiado larga o dificilmente cuantificable; o los efectos de la propia decisión cambian la situación de tal modo que ya no podemos utilizar los mismos elementos de evaluación y análisis. Y estoy dejando deliberadamente a un lado toda la parte de la interpretación estrictamente personal, de la que podríamos hablar durante días.

La pregunta parece obvia: ¿No acertaremos nunca?. Probablemente así sea, ya que no podemos controlarlo todo; tenemos tendencia a ver la botella medio llena o medio vacía, según criterios que en muchas ocasiones no tienen que ver con una evaluación seria; damos demasiada importancia a nuestro propio juicio o no vemos los costes implícitos. Ello nos cuesta noches sin dormir, antes y después, y a veces el sólo hecho de tener que tomar decisiones importantes provoca una angustia insoportable. Al final, quien decide eres tú y tú eres quien se equivoca o acierta. Pero, no lo olvidemos, también eres tú el que tiene la responsabilidad de hacerlo y por tanto, tienes que ser capaz de mantener una estabilidad personal que te permita dormir con calma, incluso ante elecciones arriesgadas.

Mi sugerencia personal es adoptar un punto de vista táctico, antes que uno técnico. Actuar con táctica significa ser capaz de descubrir y ser conscientes de que debemos centrarnos en las pautas generales que nos ha proporcionado el análisis técnico y, por supuesto, nuestra propia interpretación convenientemente balanceada; estar muy atentos y ser lo suficientemente flexibles para mantener una actitud vigilante y adaptable ante los cambios y reacciones no previstas o indeseables. Dedicar tiempo de calidad a pensar, analizar, cotejar e intercambiar ideas es una de las claves de este planteamiento.

Además, la premisa de acierto de una decisión debe tener en cuenta que no acaba una vez la hemos tomado. El proceso sigue y debemos pensar: ¿cómo hago que sea la mejor para mi empresa?, para conseguir que efectivamente así lo sea.

Un par de lecturas al respecto:

domingo, 24 de enero de 2010

Jóvenes Backberries solidarias.


Llego puntual al despacho, soy el primero. El anfitrión abre la puerta y se vuelve corriendo a su mesa para terminar de enviar unos correos. Escribe en el ordenador mientras comentamos algunos detalles de la reunión que ya debería haber empezado. Poco a poco van llegando los demás. Todos apresurados, uno hablando por la Backberry, saludando con un gesto mientras escucha. Otra con la cara arrebolada arrastrando la mochila con el portátil que de inmediato abre y enciende. Dos más, diez minutos después, con el montón de carteles y pegatinas. Todos comentamos cuánto nos gustan y el excelente resultado que ha dado la colaboración de quienes lo han hecho. Una más llega y se sonroja por los elogios que le dedicamos. Por fin el último, disculpándose por el retraso, mientras termina de escribir un mensaje en su terminal. Me llama la atención que todos tienen una Blackberry.

Suena el teléfono del despacho, llaman de la radio para entrar en directo, sale corriendo a otra sala a atender la llamada. Apenas si hay un minuto de relax entre las blackberries que pitan una tras otra y el portatil que no para de recibir mensajes. Vuelve el entrevistado. Por fin la cosa se serena y se entra en los detalles de la reunión, entre pitido, mensaje, llamada que no se coge o se contesta con un "luego te llamo". Dos horas después, nos levantamos y todos se vuelven al trabajo, algunos comerán algo de camino o tomarán un bocado mientras recuperan algo de tiempo en su mesa de trabajo. Y mientras gestionan su negocio, llamarán a un ayuntamiento para intentar que se sume a la iniciativa, comprobarán si ha llegado el correo que confirma que las huchas estarán a tiempo, enviarán unos cientos de mensajes más para intentar difundirla todavía más, actualizarán la página web, el perfil de Facebook o comprobarán que el diseño para imprimir las camisetas ha llegado y correrán al taller a ponerlo en marcha, mientras atienden la llamada de un cliente o hacen un pedido a un proveedor.

Así ha sido la vida de los organizadores de "Un Euro Por Haití" en las últimas dos o tres semanas. Jóvenes empresarios segovianos, dinámicos, con negocios en marcha, ocupados, volcados en la gestión de su negocio, que deciden poner toda su energía y toda la capacidad de sus negocios para una causa solidaria. Nadie ha mirado el coste de lo que ponen. Ninguno ha pensado en las horas de trabajo, propio y de sus empleados, que han aportado. Sólo han tenido en mente el conseguir el objetivo de obtener un euro por cada segoviano, al menos 164.441 € y se han movido para ello con el mismo empuje, o más aún, que lo hacen cada día en sus negocios para conseguir implicar a una larguísima lista de colaboradores.

Durante todo el tiempo han logrado sacar adelante la iniciativa intentando desatender el trabajo lo menos posible, de forma altruista y sin ánimo alguno de notoriedad. Les admiro, porque han hecho cábalas para hacer las dos cosas y lo han conseguido a fuerza de tirar de Blackberry, mientras tecleaban con la otra mano en el portátil y durmiendo poco o nada, sostenidos por una fuerza que, estoy seguro, sale de un corazón tan grande como el excelente trabajo que están haciendo en pro de la solidaridad con los damnificados de Haití.

martes, 29 de diciembre de 2009

Más manzanas.

 
Me encanta la fruta y siempre me han gustado especialmente las manzanas. Recuerdo el sabor de aquellas reinetas enormes del manzano del patio de Antonio y Manoli, con esa pulpa que se ennegrecía nada más morderlas y dónde encontrar una que no tuviera gusano era casi imposible, a pesar del DDT. Yo suelo llevarme una manzana para comer a media mañana, como acabo de hacer ahora en una pausa frente al ordenador que, por cierto, no es un Apple, sino un PC.

Aunque he simultaneado el trabajo en ambas plataformas y aunque la McIntosh no sea mi variedad de manzana preferida, admito mi afición por los productos de Apple. Mi primer contacto con un ordenador fue con Basic en un Comodore 64; en 1985 descubrí  un Apple 128K y en Tridimensional Diseño incorporé un Macintosh II ya en 1989. Por ello y por mi interés por la tecnología en general me gusta estar atento a las novedades que vienen de Cupertino.

Desde hace tiempo, (varios años o incluso más si tenemos en cuenta el pionero Newton), se viene hablando del esperado "Tablet" de Apple y de hecho parece que el IPod o el IPhone serían unos primeros desarrollos, a los que un inteligente Steve Jobs y su equipo, han sabido sacar un enorme partido, pero estos días las noticias se han disparado ante los insistentes rumores de una inminente presentación de lo que parece se llamará ISlate, algo así como I-Pizarra. (*)

Steve Jobs es un visionario y, sobre todo, un líder capaz de poner a trabajar un equipo, -eso si, de primer nivel-, y a empresas y equipos externos, en pos de materializar sus visiones y aprovechar las sinergias como nadie para colocar a Apple en la primera línea de la tecnología aplicada. Lo verdaderamente fascinante del binomio Jobs-Apple no son sus ordenadores, ITunes o el deslumbrante IPhone, sino la "filosofía" que sustenta todos sus desarrollos, porque si hay algo en lo que Apple es un ejemplo excepcional es en su orientación al usuario.

Pretendimos hacer un ordenador tan fácil de manejar como una tostadora, dijo Jobs al presentar el Macintosh. Es decir, los procesos tienen en cuenta al usuario y aunque las aplicaciones o el sistema operativo sufran cambios, a veces radicales, no afectan a los usuarios más que mínimamente y no se sufren los inconvenientes de otras plataformas, salvo que utilices funciones avanzadas, lo que no hace la gran mayoría. Las noticias sobre el ISlate vienen acompañadas de referencias a una batería de patentes presentadas por Apple en los últimos meses que prometen revolucionar el modo en que interactuamos con los dispositivos electrónicos, de manera similar al que supuso en su momento el interfaz GUI de ratón+iconos del Lisa y el Macintosh.

Las patentes que más me llaman la atención se refieren a avances muy inteligentes en la tecnología multitouch o multitáctil que gestiona el manejo de dispositivos directamente con uno o varios dedos y la mano y en cómo reconoce y reacciona ante los gestos habituales de las personas y no al revés, (es decir, no es el usuario quién debe aprender a hacer determinados gestos cuyo reconocimiento está pre-programado) y que proporcionan retroalimentación en el manejo, como una pequeña vibración o resalte de la pantalla cuando se pulsa una tecla virtual, es decir, una sensación táctil que transmite al usuario el reconocimiento de la acción solicitada y que ésta se ha hecho, de manera similar a cuando pulsamos físicamente un botón o en el teclado convencional. Viendo las dificultades que muchas personas normales tienen para aprender a manejar un ratón o comprender el sistema jerárquico de archivos, por citar lo más básico, parece que cada vez está más cerca el momento en que cualquier persona podrá manejar un ordenador de manera intuitiva sin apenas tener que aprender reglas de manejo.

Apple y Jobs llevan más de treinta años en la vanguardia de la innovación aplicando reglas muy simples, pero enormemente efectivas, que aportan valor añadido y que podemos resumir en:
  • Aumentar la investigación aplicada, utilizando todos los medios humanos y materiales para avanzar en el desarrollo y evolución de los productos y servicios que conecten directamente con las necesidades y expectativas de las personas.
  • Reforzar la capacidad tecnológica, incorporando o generando en la mayor medida posible los nuevos avances.
  • Mejorar y renovar los productos, procesos, servicios y modelos de gestión, de un modo constante con el objetivo de estar por delante de la competencia y a la cabeza del sector.
  • Incrementar las capacidades de marketing y distribución, haciendo hincapié en cómo proporcionamos a nuestros clientes y usuarios los valores añadidos que quieren y pueden utilizar y haciendo que estén disponibles.
  • Estar comprometidos con la eficiencia y el aseguramiento de la calidad, haciendo de ellas virtudes asumidas de forma individual y colectiva e impulsadas desde arriba.
  • Impulsar la dimensión de la empresa, entendida como la verdadera misión de servicio que guía su desempeño.
  • Promover el desarrollo del talento personal, de la capacidad de crecimiento y el potencial transformador que las personas tienen dentro de la empresa al desarrollar plenamente sus capacidades.
Todavía muchos empresarios piensan que las organizaciones y valores tradicionales son las que permanecen, pero nada más lejos de la realidad. Las organizaciones flexibles, con estrategias adaptativas e innovadoras son las que sobreviven en un entorno tan cambiante como el actual. Es más, algunas empresas están modificando ese entorno y alterando las reglas, creando nuevas condiciones en las que pueden evolucionar libremente al ir por delante de la competencia.

Una empresa innovadora se caracteriza por su actitud y su fuerza, por que evoluciona con el tiempo y tiene una mente abierta, lo que le permite ver vías, beneficios y oportunidades en su entorno que otras no atisban. Es evidente en papel que Jobs juega como principal motor de la innovación en Apple y aún lo es más como ejemplo de lo que una dirección que potencia la innovación significa para cualquier empresa. Además, cualquier empresa, no importa su tamaño, puede decidir si apuesta por una estrategia de desarrollo de sus propios productos, servicios o tecnologías; que los adquiere o incorpora como estrategia de negocio, o mezclar inteligentemente ambas opciones. La ventaja competitiva de una empresa es mayor cuando se basa en recursos de conocimiento propios, pero los acuerdos,sinergias y colaboraciones también pueden reforzar sustancialmente nuestra posición.

"One apple a day, keeps doctor away"; Una manzana al día y no necesitarás al médico, dice el proverbio ingles. Aplicar las recetas de Apple en nuestra empresa también beneficiará nuestra salud empresarial.

(*) PD: Como siempre Jobs sorprendió a todos y finalmente el aparatejo se presentó con el nombre de Ipad.