lunes, 25 de mayo de 2009

Más madera.

Ayer, durante la presentación del Plan de Marketing turístico de la ciudad de Segovia, nuestro alcalde Pedro Arahuetes utilizó el socorrido símil del “efecto locomotora” (yo también lo utilicé al respecto en “Coger el Tren”) para remarcar la importancia de este plan que marca claramente la vía que hemos de recorrer en los próximos años.

La promoción turística de Segovia es un tema que me interesa y que he tratado en varias entradas. Hace unas semanas hacía unas reflexiones en “Plantar un pino” que, veo con agrado, coinciden con las líneas maestras del plan. (Un apunte personal, según me recordó Sofía Collazo, gerente de PROTUR ayer durante la presentación del nuevo logotipo, una “S” mayúscula con una línea superior a modo de “ceja”, el diseñador utiliza líneas argumentales muy similares a las que en 1990 presentamos Carlos Horcajo y yo en Tridimensional en el diseño de la imagen corporativa de PROTUR, que también usaba el mismo recurso gráfico de la línea superior).

Aun sin haber tenido tiempo de estudiarlo con detenimiento, opino que las líneas de trabajo que presentó ayer Claudia de Santos son excelentes, así como los distintos focos de planificación y trabajo sobre los aspectos claves. El concepto de “reinventar” Segovia a partir de lo que el turista valora como los factores atractores diferenciadores (genial la frase: “Hay TitiriMuces”), es la base que lo cimenta y está permanentemente presente, y el hacerlo a través de las experiencias de nuestros visitantes que, no lo olvidemos, se relacionan con nuestros habitantes, aunque no sea una técnica novedosa, es la clave de su aplicación como base del marketing turístico de Segovia, una ciudad que además de “visitarse”, se “vive”.

El lema elegido: “Segovia, ilumina el cielo”, lo dice todo y también deja todo abierto a la imaginación, a la experiencia de cada uno. Del mismo modo que el plan “reinventa” Segovia, los segovianos debemos también reinventarnos. A veces nos sentimos poco cómodos con la invasión de nuestras calles y tendemos a verlo como una molestia necesaria, pero el punto esencial que el plan deja claro que no debemos olvidar es que lo importante en el turismo es “el turista”, y no la hostelería o el comercio, ni siquiera los monumentos o todos nuestros valores distintivos. Sin visitantes, no hay nada de eso y el turismo es riqueza, prosperidad y calidad de vida para una buena parte de los habitantes de Segovia. Si alguien tiene todavía alguna duda, que consulte las cifras de visitas y se pregunte qué alternativas hay para lograr atraer a Segovia una cantidad similar de clientes potenciales.

Tenemos la oportunidad, tenemos los medios para atraer y el mensaje de ayer fue claro: El tren está en marcha y tiene un destino. Hasta dónde llegue, en cuanto tiempo y con cuántos pasajeros va a depender del trabajo y la colaboración que logremos conjuntar por parte de todos los implicados: ayuntamiento y administraciones públicas; empresas e iniciativa privada y ciudadanos para mantenerlo en marcha e ir cumpliendo los objetivos del Plan en los próximos años. Siguiendo con el símil ferroviario, quizá lo mejor que nos aporta, es la perspectiva de dónde tenemos que ir obteniendo el combustible para alimentar la máquina de un modo sostenible.

A diferencia de la memorable escena de los hermanos Marx, no es sólo cuestión de que Pedro Arahuetes pida “Más Madera” para alimentar las calderas. Debemos evitar “quemar” Segovia porque llegaríamos vacíos de contenido. Por el contrario, cada pasajero debe aportar su cuota de energía y empuje para que nuestro tren consiga llegar con fuerza y lleno de pasajeros en el horizonte del 2016 a una estación que nos descubra la Segovia del futuro, esa en dónde todos queremos vivir. Luchemos para hacerla.

 

sábado, 23 de mayo de 2009

Abrir las puertas.


Acudí ayer a la Jornada de Puertas Abiertas de la IE Universidad en el Campus de Santa Cruz. Una estupenda iniciativa que pretende crear vínculos entre la universidad y las empresas y propiciar contactos dentro lo que se conoce como “Transferencia de conocimiento Universidad-Empresa, o Proyecto t-cue”. Disfruté en Santa Cruz porque las presentaciones tuvieron muchísimo interés y algunos debates fueron brillantes.

Además de Cristina Cruz, -que comenté en la anterior entrada- y Rachida Justo quienes hablaron desde una perspectiva novedosa sobre las empresas familiares, me atrajeron especialmente las de Amrou Awaysheh sobre prácticas sociales responsables; Juan Santaló hablando sobre estrategias y gobierno corporativos; un interesantísimo estudio de Daniel Fernández sobre la evolución de las mujeres trabajadoras cuando deciden ser madres; las reflexiones de Tara Wernsing sobre liderazgo; y los “coffee-breaks”, que, como suele ocurrir, son lo más animado de este tipo de eventos y contribuyen decisivamente a crear redes y contactos.

Sin embargo, desde otro punto de vista, la jornada me provocó una inquietud que tuve la oportunidad de comentar con Gayle Allard, Vicerrectora y Patricia Gabaldón de la Oficina de Investigación de la IE Universidad. Si el objetivo era fortalecer los vínculos con las empresas, los invitados brillaron por su ausencia, a pesar de la excelente organización.

Hay varias razones para que no acudieran. Aparte de que el evento tuvo escasa difusión entre las empresas, y a pesar de disponer de traducción simultánea, prácticamente toda la jornada se desarrolló en inglés, algo que favorece el intercambio universitario, pero que sin duda causó el desánimo entre los empresarios. Seamos realistas, de poco nos vale hablar de la importancia del inglés como idioma de negocios, cuando la mayoría de nuestras empresas no lo necesitan para el día a día, ni los empresarios se manejan con él. Puede que sea una pena, pero es la realidad y no sirve cerrarnos puertas.

Por otro lado, muchas ponencias, de indudable interés como he comentado, adolecieron de un excesivo academicismo. Las empresas siempre se han quejado de la “torre de marfil” que mencionaba ayer Gayle Allard y la universidad de que las empresas no apoyan la investigación. Pensando en fomentar la transferencia de conocimiento de y hacia la empresa, hubiera sido deseable que las presentaciones, sin perder su trasfondo académico, hubieran puesto un mayor énfasis en los puntos en que las investigaciones pueden generar puentes que faciliten esa corriente.

Presentar estos eventos de forma más asequible a la mentalidad empresarial, haciéndolas atractivas y resaltando las ventajas que la interacción supone para ambas partes debe ser un objetivo prioritario para nuevas ediciones. Utilizar un código que los empresarios puedan entender captará su atención de inmediato, y en cuanto a los intereses de la universidad, si de algo saben los empresarios es de invertir en recursos que les proporcionen beneficios. Como muy bien señaló Jorge Izquierdo, director gerente de ADE Europa, citando al presidente de Nokia Olli-Pekka Kallasvuo, “hacer I+D es poner dinero para generar conocimiento, e Innovar es poner conocimiento para generar dinero”.

Las empresas, por su parte, deben perder el miedo, ser receptivas y acudir a cuantos eventos tengan a mano, estoy convencido de que la primera experiencia ya supondrá un cambio radical de mentalidad y, aunque hoy parezca difícil, el mero hecho de acercarse a la universidad tendrá la virtud de acercarte a las personas, que son quienes, en definitiva, aportan el talento. En mi opinión la interacción entre las partes debe comenzar incluso mucho antes.

La IE tiene líneas de investigación que pueden y se deben nutrir de la cotidianeidad empresarial para plantear investigaciones que tengan su base en las necesidades reales de las empresas de tal manera que éstas puedan utilizarlas para mejorar y generar más beneficio, pero esas necesidades tienen que transmitirse. Por supuesto, las organizaciones empresariales han de tener en este diálogo un protagonismo esencial en la creación de un ambiente favorable y, principalmente, siendo el conducto que posibilite la transmisión en ambos sentidos, puesto que son quienes mejor conocen las necesidades de las empresas, la situación de los mercados y sectores y dónde la universidad puede suponer el aporte de valor añadido y de innovación del que tan necesitados estamos.

Añado un enlace con información sobre el Proyecto t-cue.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Ejercitar los músculos.


Leo con interés hoy en el Norte de Castilla, una entrevista con Cristina Cruz, profesora de la Cátedra Bancaja de Jóvenes Emprendedores en la IE Universidad de Segovia . Desgrana con acierto los puntos que distinguen al emprendedor: entusiasmo, preparación, oportunidad, necesidad y capacidad de liderazgo. Sus respuestas aportan claves para ayudar a que los nuevos proyectos de empresa tengan éxito y para intuir por qué las empresas familiares sufren especialmente en los cambios generacionales. En otras entradas me he referido a ello desde distintos puntos de vista, y Cristina Cruz acierta en la diana cuando dice que el espíritu y la capacidad emprendedora no se heredan y que los sucesores deben formarse y aprender a generar valor o bien buscar un líder capaz de hacerlo y que un buen proyecto sigue siendo bueno incluso en tiempos de crisis.

De vez en cuando, hay empresarios segovianos que me comentan que sus hijos no se les parecen, que no tienen el espíritu que les mueve a luchar constantemente por la empresa como ellos han hecho y dudan de que su empresa se mantenga como hasta ahora. Muchos, con excelente criterio, han procurado que sus hijos adquieran la preparación que a menudo ellos no tuvieron y han incorporado los hijos al negocio para que lo vivan desde dentro y aprendan sus entresijos. En ocasiones, les han animado a tener otras experiencias fuera de casa, y mi apreciación es que siempre ha supuesto un enriquecimiento muy valioso.

Muy frecuentemente la siguiente generación ha traído innovaciones, incorporado las nuevas tecnologías, métodos de negocio o nuevas ideas para la comercialización y ha supuesto que negocios que de otro modo hubieran quedado obsoletos o desaparecido al hacerlo su fundador, se hayan ido adaptando o crecido a la par que los cambios del mercado y la sociedad. La mejora en la capacitación de los hijos sumada a la experiencia de los padres suele ser una excelente base y la clave puede estar en que la siguiente generación suele ser más flexible en sus planteamientos organizacionales y logre detectar los vacíos de liderazgo que puedan cubrirse con profesionales que sean capaces de llenarlos.

Creo que se puede afirmar sin temor a equivocarse que la gran mayoría de las empresas segovianas que hoy pueden considerarse consolidadas, han surgido del espíritu emprendedor de nuestros abuelos y padres, pero hemos de tener en cuenta a las personas que ahora inician la aventura de emprender sin tener detrás una historia familiar.

Ya sabemos el dicho de que el hambre aguza el ingenio. Las oportunidades sólo esperan a que alguien sepa verlas y se entusiasme con ellas y la innovación está omnipresente en la creación del tejido empresarial, pero al igual que ocurre con nuestros músculos, debe estar ejercitándose continuamente para que mantenga su volumen y esforzarse si queremos que crezca. Cada nueva idea puesta en marcha, cada mejora en un proceso empresarial, cada aporte que nos proporciona mayor rentabilidad, añade fibras que lo refuerzan.

Los nuevos emprendedores, además, lo están haciendo en sectores y con ideas relacionadas, en general, con negocios que no existían hace 50, 40, 20 ó incluso 5 años atrás y por ello es difícil que encuentren quienes les puedan transmitir experiencia en lo que atañe a la misión de su empresa y a muchos excelentes profesionales que ahora trabajan por cuenta ajena la crisis les animará a poner en marcha ideas surgidas de su propia preparación y experiencia.

Si pueden, y deben, ser receptivos a la experiencia colectiva acumulada durante muchos años por emprendedores de todo tipo, a los recursos de apoyo a la innovación y planes de ayuda y, sobre todo, al valor añadido que supone ser innovadores y enfrentarse al reto de creer en una nueva idea y ponerla en marcha, de la misma manera que muchas otras personas lo han hecho en el pasado.

Desde mi punto de vista, esto supondrá un importante salto cualitativo. Los nuevos emprendedores seguramente tendrán muy en cuenta en su Plan de Empresa aspectos como la organización empresarial, la planificación financiera, la responsabilidad social corporativa o destinar recursos para la innovación y cuando consigan llevarlo a cabo, todo eso puede suponer lo que marque la diferencia.

jueves, 7 de mayo de 2009

Motor de futuro.


- ¡Es imposible que se pongan de acuerdo!, dice mi hijo, con toda la fuerza de su edad adolescente. ¡Ferrari seguirá haciendo sus motores¡.

A mi hijo le entusiasma todo lo relacionado con el motor y la conversación sobre la situación del mercado del automóvil, había derivado en una reflexión acerca de si tiene sentido que existan tantos fabricantes, cada uno con desarrollos propios. Parecía que una excelente solución sería unir a todas las marcas para desarrollar motores y equipos que aprovecharan la unión de las experiencias y que se usaran en todas las marcas y también era obvio que una sinergia de este tipo podría producir automóviles eléctricos verdaderamente comerciales a corto plazo en lugar de que cada firma investigase por su lado.

En los últimos días, he experimentado cambios importantes que han hecho que mi vida profesional, aprovechando mi trayectoria y experiencia, se encamine de modo directo hacia la promoción de la innovación en la empresa y quizá por ello, el comentario de mi hijo, me hizo reconsiderar el asunto desde otra óptica.

La sugerencia de crear un grupo de investigación automovilístico conjunto no es en modo alguno descabellado (Renault y Nissan, o el Grupo PSA ya lo están haciendo), supondría un avance tecnológico muy beneficioso y deseable y seguramente lograría importantes resultados a corto plazo. No obstante habría que considerar los efectos secundarios que una universalización de los motores, por ejemplo, causaría en los sectores relacionados como los talleres, las empresas de componentes y recambios, etc. ¿Significaría un impulso?. ¿Supondría la desaparición de, por ejemplo, los pequeños talleres, o su revitalización frente a los servicios oficiales?.

Los efectos globales de una mejora de este tipo podrían ser una revolución o muy negativos y deberíamos estudiarlos y tener previsto cómo afrontar las consecuencias negativas y potenciar la positivas. A modo de ejemplo, y de forma muy esquemática, la introducción de los ordenadores personales en las empresas rebajó significativamente las plantillas debido a la reducción de la carga de trabajo administrativo, pero paralelamente, los ordenadores y sus aplicaciones generaron una enorme demanda de personal técnico.

Como, muy pragmáticamente, diría Paul Krugman, aunque sólo cuando ocurra lo sabremos a ciencia cierta, podemos especular y anticipar ciertas consecuencias que a primera vista no se harían evidentes y puede que ahí hallemos importantes ventajas competitivas que nos ayuden a ganar dinero.

Se dice que muchas empresas segovianas no están interesadas en cambiar y, a veces, el desinterés por la innovación se deja sentir en algunos empresarios. Lejos de creer en ello y aún a pesar de la coyuntura adversa, percibo que hay un sustrato en las empresas segovianas muy favorable a la innovación, en gran parte por el impulso de las nuevas generaciones que se van incorporando a las empresas de sus padres, además de una metalidad más abierta y joven que les hacer ser más receptivos, cuentan con la ventaja de una mejor formación y un factor clave: la experiencia y el conocimiento de las personas que llevan toda una vida luchando por su proyecto.

Por ello, lo más importante es que ese vehemente comentario adolescente, esconde algo que ni debemos, ni podemos olvidar. Necesitamos que algo nos empuje y ponga retos que nos hagan luchar por superarlos. La existencia de un líder, de un listón a superar es uno de los mejores estímulos que podemos tener, pero no debemos olvidar que las empresas, en general, deben conservar en su interior una semilla de inquietud por la mejora y la innovación.

Si esa semilla perdura y algún día germina o, por el contrario, se olvida y se echa a perder, depende en gran medida de las condiciones que la rodeen. Si son propicias, en algún momento germinará y quizá con algo de ayuda externa pueda convertirse en una planta a la que la tocará competir con el resto, en función del entorno, los cuidados y el alimento de que disponga y seguro que algún día, se convertirá en un árbol, pequeño o grande, que generará a su alrededor nuevas semillas.

PD: Yo tenía razón, hay un Ferrari de 90 CV.