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sábado, 4 de junio de 2011
El corte de digestión no existe.
A veces es muy difícil deshacerse de algunos tópicos que a fuerza de repetición acaban por perdurar a pesar de ser equivocados, como ocurre con el famoso "Corte de Digestión". ¿Quién no recuerda las aburridas horas de espera "para hacer la digestión" después de comer cuando éramos niños?.
Sin ir más lejos, esta misma semana dos periódicos publican sendas noticias cuyo titular incluye éste término como causa del ahogamiento: El Mundo y El Períodico de Aragón, aunque éste último incluye en el texto de la noticia una sucinta explicación: "...la muerte pudo deberse, muy posiblemente, a una hidrocución, familiarmente conocido como corte de digestión. Un shock provocado por la brusca diferencia de temperatura que se produce entre el calor que tiene un cuerpo que ha tomado el sol y el frío del agua. Y se caracteriza por un mareo que hace a la víctima hundirse rápidamente. De hecho, ayer fue un día muy caluroso en la zona.".
Una de las posibles explicaciones de que exista esta denominación es que no es infrecuente que una persona que sufre un ahogamiento tenga vómitos. Aunque la causa está casi siempre en que la víctima ha tragado una gran cantidad de líquido o que las maniobras de reanimación si no se realzian correctamente pueden provocarlo y no en que la digestión haya sido la causante del ahogamiento, contemplar los vómitos de un ahogado es siempre un suceso impactante en un contexto dramático, no es de extrañar que el nombre se haya popularizado y adquirido fuerza con la costumbre de repetirlo.
Aunque hay quienes, como el Dr. Fermin Mearin, especialista en Aparato Digestivo, sistemáticamente contestan a estos titulares, no es menos cierto que la explicación, o no se publica, o se hace de manera que pasa desapercibida frente a un titular con discutible gancho periodístico o simple morbo. Si bien es cierto que cada vez los casos son más esporádicos y que buscando en periódicos como El País, por ejemplo, no he encontrado que se utilice esta expresión, me parece adecuado volver a ofrecer la explicación de porqué se produce este fenómeno.
El Síncope de Hidrocución.
En general, se denomina "Síncope" a un proceso en el que debido a una falta o disminución momentánea del riego sanguíneo al cerebro se produce una pérdida parcial o total de consciencia. En el "Síncope de Hidrocución" se produce este mismo proceso al introducirse en el agua, con el resultado de que la persona no puede reaccionar y fallece por asfixia al quedar sumergida sus vías respiratorias. Lo que diferencia a la asfixia por sumersión de otras amenazas vitales (como una parada cardíaca en la calle o un accidente de tráfico, por ejemplo) es su inmediatez: si no se interviene antes de 5 minutos casi el 90% de las víctimas fallecerán o quedarán con secuelas neurológicas permanentes y esa es la principal razón de la existencia de Socorristas en playas y piscinas.
Hay dos procesos fisiológicos que son normales y que pueden combinarse para provocar un Síncope de Hidrocución, dependiendo de determinadas circunstancias.
El primer proceso normal es el llamado Reflejo de Inmersión. Cuando se sumerge la cara y la cabeza, disminuye la frecuencia cardiaca y se produce la contracción de los vasos más superficiales de la piel, un mecanismo de protección para que el cerebro tenga un aporte preferencial de sangre, este reflejo es más evidente en los niños y de hecho se han informado de casos de muerte súbita en niños por un reflejo extremo que provoca parada cardíaca. Además, la diferencia entre la temperatura corporal y la del agua favorece el reflejo de inmersión de modo que cuanto mayor sea aquella, mayor será éste, puesto que otra de sus finalidades es conservar la temperatura corporal ya que al contraer los vasos sanguíneos de la piel, disminuye la pérdida de calor corporal.
El segundo proceso normal es el proceso digestivo, que no sólo se produce en el estómago, sino que implica a todo el tracto digestivo y por tanto puede durar varias horas. Requiere un gran aporte sanguíneo por lo que los vasos sanguíneos de estómago e intestino se dilatan, lo que va en detrimento del aporte sanguíneo de otras partes del cuerpo, incluido el cerebro, de ahí que tras las comidas, en especial las copiosas, sintamos somnolencia.
Si ambos procesos se combinan, y además se ven favorecidos por otros factores, como una alta temperatura corporal, (por ejemplo, por haber permanecido largo tiempo al sol, haber realizado ejercicio físico); o el sumergirse en el agua de forma brusca, (zambulléndose, tirándose de cabeza o porque caemos o somos empujados), la persona sufre un Síncope de Hidrocución, ya que el cerebro no recibe suficiente riego sanguíneo sufriendo una pérdida de conocimiento de forma más o menos brusca que impide reaccionar ante la sumersión, lo que provoca la asfixia y la muerte por falta de oxígeno. Los niños y las personas mayores son especialmente sensibles a este riesgo.
Aunque el pronóstico de las víctimas de una hidrocución es similar al de una parada cardíaca fuera del agua, hemos de tener en cuenta que este tipo de víctimas es de difícil detección, incluso para un Socorrista experimentado y adecuadamente adiestrado que conoce este proceso y está alerta ante los signos que indican que una persona puede estar en riesgo de sufrirlo. La víctima no hace ruido, se queda inmovila en el agua o apenas se mueve y queda entre dos aguas o en el fondo, lo que hace aún más diíficil su localización.
¿Qué podemos hacer?.
La buena noticia es que la Hidrocución es fácilmente evitable. Los Socorristas están especialmente adiestrados para detectar las personas en riesgo y hacer una labor de prevención, aconsejando la conducta correcta para evitarla que consiste en no tirarse al agua de forma brusca, ducharse previamente para rebajar la temperatura corporal y, en general, no bañarse ni hacer una actividad física intensa (tanto fuera como dentro del agua) hasta que no pase un espacio de tiempo despues de las comidas.
¿Cuánto tiempo?. Dependerá de la cantidad y el tipo de alimento que hayamos ingerido. Un ejemplo: ¿cuáles son los consejos respecto a la alimentación cuando se va a correr?, apliquemos el mismo tipo de sentido común, que será siempre nuestro mejor consejero; vigilemos a los niños y hagamos que sigan todas las medidas de autoprotección en relación al agua.
En caso de duda, pregunta al Socorrista, no te dirá cuanto tiempo tienes que esperar por el bocadillo de tortilla que acabas de comerte, pero sí te aconsejará y te recordará las medidas de prevención.
lunes, 25 de octubre de 2010
Un Camino por recorrer.
Además de disfrutar con la actividad, el paisaje, la compañía y colaborar con la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Segovia, las horas de caminata dan para mucha charla y han surgido algunas interesantes sobre la importancia del Camino para Segovia y la trascendencia que está empezando a adquirir en los últimos años, como bien conocen la Diputación y otras organizaciones de dinamización zonal, como Aidescom o Segovia Sur.
¿Es el Camino una oportunidad para Segovia?. Lo cierto es que en otras zonas el Camino es un elemento que genera un importante movimiento social y económico que, además de un atractivo de primer orden, supone un impulso al desarrollo local y comarcal y contribuye a evitar la despoblación. En Segovia, además de los albergues que tímidamente, pero con fuerza, están surgiendo al amparo público desde el impulso de personas entusiastas, como en Nava de la Asunción, Coca o Villeguillo, otras iniciativas privadas empiezan a sacar partido del lento goteo de peregrinos que vienen de Madrid buscando dónde pernoctar. El Albergue de Santa María la Real de Nieva es un excelente ejemplo, y varias casas rurales que de pronto se han dado cuenta que están situadas en las inmediaciones del Camino, han empezado a considerar al peregrino como lo que es: un cliente que no gasta demasiado, pero que tampoco exige más que lo justo y que es siempre agradecido y difunde los lugares dónde es bien tratado.
Desde luego, el Camino no es ni la panacea ni la solución para muchos pequeños negocios que sobreviven duramente en nuestra provincia, pero puede que sea la gota que suponga la diferencia entre sobrevivir y tener que abandonar algunas iniciativas y desde luego, el boca a boca del peregrino, amplificado hoy por Internet, las redes sociales y las páginas de información del Camino, cada vez más influyentes y completas, puede ayudar de un modo decisivo a potenciar su interés tanto para los habitantes de Madrid y sus alrededores (hay madrileños para todo, apuntaba un compañero de andadura) como para el creciente número de personas, nacionales y extranjeras, que quieren completar los múltiples caminos que recorren la geografía española rumbo al Obradoiro.
¿Merece la pena invertir en el Camino segoviano?. Sinceramente creo que si, y que debe haber una combinación de iniciativa privada y respaldo público. Y quiero añadir un apunte que me preocupa: realmente, me parece cuando menos curioso que, durante gran parte de su recorrido, el Camino discurra casi paralelamente, sin juntarse, aunque cruzándose en algunos puntos, con la antigua vía férrea Segovia-Medina del Campo, desmantelada ya hace más de veinte años y de la que se lleva casi los mismos hablando de crear la via verde Valle del Eresma. Además de que se han abandonado infraestructuras de la vía, como las estaciones que podrían haberse aprovechado para crear albergues, alojamientos u otros equipamientos, hemos perdido veinte años. ¿Cuántos más seguiremos perdiendo si no hay nadie que lo impulse?.
Al igual que en el caso del Camino, que se mantiene, entre otros apoyos, gracias a la impagable labor de los integrantes de la Asociación de Amigos del Camino de Segovia y de otras provincias, que además de repintar las flechas amarillas, mantienen vivo el entusiasmo y el espíritu peregrino, es imprescindible que todos empecemos a apostar fuerte por revitalizar Segovia a través de este tipo de iniciativas que tienen valor añadido en sí mismas y no es necesario dotarlas de contenido, puesto que lo llevan implícito y lograr que, en lugar de una rémora y un olvido, sean motores (y no importa si son pequeños o grandes) que nos impulsen hacia el futuro.
Por
Luis Miguel Pascual
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viernes, 1 de octubre de 2010
Somos. Seremos.
Segovia pasa el primer corte para convertirse en Capital Europea de la Cultura 2016 y los segovianos tenemos razones para sentirnos orgullosos. La euforia que ayer mostró el equipo de la candidatura es merecida y supongo que expresa la satisfacción por el trabajo, la liberación de la tensión y la expectativa que se crea a partir de ahora.
¿Cuál es la expectativa?. ¿A que aspiramos?. ¿Qué esperamos de Segovia los segovianos?. Hoy me he sentido obligado a releer algunas de las entradas que he ido publicando desde el inicio de La Fuentecilla, hace ya casi dos años, como una manera de que la euforia no me impida ver el camino a través del bosque .
No está mal que en Segovia se extienda el "efecto selección" y que empecemos a creernos que somos capaces. Hoy, desde luego, ese era el tono principal de las conversación del día en todos los lados. El trabajo hecho se ha reconocido como muy bueno y por eso hemos estado entre los elegidos. A pesar de las críticas o interpretaciones que se han venido haciendo sobre la orientación o las actividades de la oficina de Segovia 2106, lo cierto es que el enfoque general parece acertado y en gran medida puede ser debido a que no se ha tratado de realizar grandes cosas, sino que se han programado eventos más cercanos a las personas y sobre todo se ha ido creando una imagen de ciudad cultural con gran oferta de ocio y gancho para el visitante en un entorno cercano, bien comunicado y sobre todo asequible, nada que ver con las dimensiones (en el sentido humano del término) de una gran ciudad como puedan ser Madrid o Valladolid.
Deseo de todo corazón que Segovia sea la Capital Europea del 2016 y tener un punto de mira en el horizonte ha de ser una gran ayuda. Corremos, sin embargo, el riesgo de que 2016 se convierta en un punto de destino, en lugar de una estación desde la que partir de nuevo. ¿Cómo es posible?, me decían esta mañana, hay que trabajar por que gane Segovia y luego ya veremos. Por supuesto, es ahora cuando la sociedad segoviana, las personas y las empresas tenemos que apoyar sin tibieza alguna, con todo nuestro calor, la transformación de Segovia; y la capitalidad cultural de Segovia es, como digo, una estación de tránsito hacia nuestro futuro.
Seguro que quienes están planificando esta transformación no encuentran esta idea novedosa, y a mi entender, ahora es precisamente el momento de explicar esa planificación de una manera mucho más detallada. No lo olvidemos, Segovia es, ante todo, de los que vivimos en ella y los que trabajamos y generamos actividad económica en Segovia y que apechugaremos con el coste personal y profesional de llevarlo a cabo, por muchos dineros e inversiones que lleguen ahora o en el futuro. No nos estamos jugando una capitalidad europea puntual, está en juego el futuro de nuestra ciudad. No hace falta buscar mucho, la propia historia de nuestra ciudad y provincia tiene ejemplos más que suficientes para darnos cuenta de cómo una ciudad puede prosperar y caer en picado en el plazo de unos pocos lustros y del coste que ello tiene. La prosperidad es rápida, de la pobreza (económica y social) cuesta mucho remontar el vuelo.
Es el momento de que los responsables abran cauces de comunicación y de que los segovianos los aprovechemos a raudales, rompamos nuestra natural tendencia a esperar a que el otro haga lo que debe, quizá porque somos serios y honestos y damos por hecho que el otro también lo será y cuando no es así, parece que nos lamentamos como un error de nuestro juicio, más que exigir el cumplimiento. !Ay!, la participación, cuanto nos cuesta, incluso cuando supone negocio.
Se trata del modelo de ciudad, pero sobre todo del modelo de vida que queremos tener y el horizonte de 2016 es tan bueno como otro para ponerse objetivos y tenemos la fortuna de que la ilusión es el elemento motivador por excelencia. Hace unos días tuve un interesantísimo debate sobre los modelos históricos de evolución de las ciudades y las pautas de crecimiento y desarrollo social y la conclusión fue que son un útil referente, como lo es la historia reciente de Segovia. Sin embargo, hoy tenemos la oportunidad de crear un nuevo modelo de ciudad y de sociedad aprovechando los muchos factores que no existían hace tan sólo unos años: la mejora en las comunicaciones que reduce las distancias físicas; el desarrollo de las telecomunicaciones que hace los mismo en las distancias personales y sociales; la crisis que ha ralentizado el crecimiento de nuestra ciudad y que como efectos secundarios positivos, está contribuyendo a que se pueda planificar con antelación, en lugar de a posteriori y también al aumento de los emprendedores que fomenta la fijación de actividad económica a través de la búsqueda de nichos de valor sostenibles a largo plazo.
Son días para sentirse alegre, para dormir tranquilo después de la fiesta y estar descansados abordar para lo que nos queda por delante con ilusión y alegría, pensando que los segovianos lo valemos, lo merecemos, lo queremos y lo conseguiremos; porque en gran medida ya lo somos.
¿Cuál es la expectativa?. ¿A que aspiramos?. ¿Qué esperamos de Segovia los segovianos?. Hoy me he sentido obligado a releer algunas de las entradas que he ido publicando desde el inicio de La Fuentecilla, hace ya casi dos años, como una manera de que la euforia no me impida ver el camino a través del bosque .
No está mal que en Segovia se extienda el "efecto selección" y que empecemos a creernos que somos capaces. Hoy, desde luego, ese era el tono principal de las conversación del día en todos los lados. El trabajo hecho se ha reconocido como muy bueno y por eso hemos estado entre los elegidos. A pesar de las críticas o interpretaciones que se han venido haciendo sobre la orientación o las actividades de la oficina de Segovia 2106, lo cierto es que el enfoque general parece acertado y en gran medida puede ser debido a que no se ha tratado de realizar grandes cosas, sino que se han programado eventos más cercanos a las personas y sobre todo se ha ido creando una imagen de ciudad cultural con gran oferta de ocio y gancho para el visitante en un entorno cercano, bien comunicado y sobre todo asequible, nada que ver con las dimensiones (en el sentido humano del término) de una gran ciudad como puedan ser Madrid o Valladolid.
Deseo de todo corazón que Segovia sea la Capital Europea del 2016 y tener un punto de mira en el horizonte ha de ser una gran ayuda. Corremos, sin embargo, el riesgo de que 2016 se convierta en un punto de destino, en lugar de una estación desde la que partir de nuevo. ¿Cómo es posible?, me decían esta mañana, hay que trabajar por que gane Segovia y luego ya veremos. Por supuesto, es ahora cuando la sociedad segoviana, las personas y las empresas tenemos que apoyar sin tibieza alguna, con todo nuestro calor, la transformación de Segovia; y la capitalidad cultural de Segovia es, como digo, una estación de tránsito hacia nuestro futuro.
Seguro que quienes están planificando esta transformación no encuentran esta idea novedosa, y a mi entender, ahora es precisamente el momento de explicar esa planificación de una manera mucho más detallada. No lo olvidemos, Segovia es, ante todo, de los que vivimos en ella y los que trabajamos y generamos actividad económica en Segovia y que apechugaremos con el coste personal y profesional de llevarlo a cabo, por muchos dineros e inversiones que lleguen ahora o en el futuro. No nos estamos jugando una capitalidad europea puntual, está en juego el futuro de nuestra ciudad. No hace falta buscar mucho, la propia historia de nuestra ciudad y provincia tiene ejemplos más que suficientes para darnos cuenta de cómo una ciudad puede prosperar y caer en picado en el plazo de unos pocos lustros y del coste que ello tiene. La prosperidad es rápida, de la pobreza (económica y social) cuesta mucho remontar el vuelo.
Es el momento de que los responsables abran cauces de comunicación y de que los segovianos los aprovechemos a raudales, rompamos nuestra natural tendencia a esperar a que el otro haga lo que debe, quizá porque somos serios y honestos y damos por hecho que el otro también lo será y cuando no es así, parece que nos lamentamos como un error de nuestro juicio, más que exigir el cumplimiento. !Ay!, la participación, cuanto nos cuesta, incluso cuando supone negocio.
Se trata del modelo de ciudad, pero sobre todo del modelo de vida que queremos tener y el horizonte de 2016 es tan bueno como otro para ponerse objetivos y tenemos la fortuna de que la ilusión es el elemento motivador por excelencia. Hace unos días tuve un interesantísimo debate sobre los modelos históricos de evolución de las ciudades y las pautas de crecimiento y desarrollo social y la conclusión fue que son un útil referente, como lo es la historia reciente de Segovia. Sin embargo, hoy tenemos la oportunidad de crear un nuevo modelo de ciudad y de sociedad aprovechando los muchos factores que no existían hace tan sólo unos años: la mejora en las comunicaciones que reduce las distancias físicas; el desarrollo de las telecomunicaciones que hace los mismo en las distancias personales y sociales; la crisis que ha ralentizado el crecimiento de nuestra ciudad y que como efectos secundarios positivos, está contribuyendo a que se pueda planificar con antelación, en lugar de a posteriori y también al aumento de los emprendedores que fomenta la fijación de actividad económica a través de la búsqueda de nichos de valor sostenibles a largo plazo.
Son días para sentirse alegre, para dormir tranquilo después de la fiesta y estar descansados abordar para lo que nos queda por delante con ilusión y alegría, pensando que los segovianos lo valemos, lo merecemos, lo queremos y lo conseguiremos; porque en gran medida ya lo somos.
jueves, 2 de septiembre de 2010
El ojo alargado de Fernando.
Al igual que muchos otros segovianos, tengo algunos pequeños momentos relacionados con Fernando Peñalosa., ese convidado que siempre aparecía cuando había algo que mereciera la pena reflejar y a veces sin que valiese la pena, allí estaba con su bolsa y cámaras en ristre a levantar acta.
Hoy por fin he hecho tiempo para acercarme a ver con calma la exposición de la Alhóndiga y debo decir que me ha emocionado doblemente. En primer lugar porque, como una agradable sorpresa, entre las decenas de instantáneas, hay una de tres jóvenes emprendedores que nos lanzamos a la aventura de Tridimensional y he revivido la emoción de la visita del periodista de El Adelantado, de las fotos de Fernando que vino poco después y la alegría de ver publicado el reportaje de nuestra joven empresa en el especial de aquel jueves de Mayo de 1989.
Entre otros, tengo un recuerdo concreto de una ocasión, hace años, en que una persona que esperábamos para comenzar un acto anunció un pequeño retraso, que ocupamos compartiendo un café y aproveché para preguntarle sobre si merecía la pena comprarse una cámara digital, que entonces empezaban a popularizarse. Me sorprendió vivamente tanto su conocimiento del tema como la pasión que transmitía mientras hablaba. Tras una media hora, apareció el personaje, y volvimos cada uno a su labor. Puntualmente firmadas Foto: F. Peñalosa, por supuesto, El Adelantado al día siguiente publicó las fotos.
Visitando la admirable exposición que la Asociación de Amigos de Fernando Peñalosa han organizado con motivo de su aniversario, he intentado imaginar qué sienten las personas que están presentes en la vida cotidiana de la ciudad y sus personas, que todos sabemos quién son y, sin embargo, apenas conocemos. He pensado entonces en cuántas personas atesoran esos pequeños gestos, esas visitas fugaces de Fernando o de tantos de sus colegas. Ellos, a los que todos conocemos, aprendemos cómo se llaman, que les hemos pedido en innumerables ocasiones "por favor, sácame esto o aquello" o "!que se vea el logo del patrocinador!". Ellos que a su manera, con su ojo profesional, han sabido cumplir su cometido con honradez y al tiempo entender y cumplir puntualmente esas peticiones.
Yo no tuve más relación con Fernando que las cordiales conversaciones de los momentos en que aparecía para hacer su trabajo e irse con igual sigilo. Y sin embargo, casi puedo recordar cada una de ellas, bien porque el momento era importante para mi, bien porque la presencia del fotógrafo hacía que lo fuera. No nos damos cuenta de la huella que tantos Fernandos van dejando en las personas, en la sociedad, en la ciudad, hasta que alguien nos pone delante de los ojos, nunca mejor dicho, esas fotografías que, al final, son como un espejo en las que nos vemos reflejados.
Por fortuna, en esta exposición sus amigos han conseguido reunir, aunque sólo sea una pequeña instantánea, lo que sentía Fernando al mirarnos por el ojo alargado de su cámara o a través de su discreta ventana de San Martín.
Hoy por fin he hecho tiempo para acercarme a ver con calma la exposición de la Alhóndiga y debo decir que me ha emocionado doblemente. En primer lugar porque, como una agradable sorpresa, entre las decenas de instantáneas, hay una de tres jóvenes emprendedores que nos lanzamos a la aventura de Tridimensional y he revivido la emoción de la visita del periodista de El Adelantado, de las fotos de Fernando que vino poco después y la alegría de ver publicado el reportaje de nuestra joven empresa en el especial de aquel jueves de Mayo de 1989.
Entre otros, tengo un recuerdo concreto de una ocasión, hace años, en que una persona que esperábamos para comenzar un acto anunció un pequeño retraso, que ocupamos compartiendo un café y aproveché para preguntarle sobre si merecía la pena comprarse una cámara digital, que entonces empezaban a popularizarse. Me sorprendió vivamente tanto su conocimiento del tema como la pasión que transmitía mientras hablaba. Tras una media hora, apareció el personaje, y volvimos cada uno a su labor. Puntualmente firmadas Foto: F. Peñalosa, por supuesto, El Adelantado al día siguiente publicó las fotos.
Visitando la admirable exposición que la Asociación de Amigos de Fernando Peñalosa han organizado con motivo de su aniversario, he intentado imaginar qué sienten las personas que están presentes en la vida cotidiana de la ciudad y sus personas, que todos sabemos quién son y, sin embargo, apenas conocemos. He pensado entonces en cuántas personas atesoran esos pequeños gestos, esas visitas fugaces de Fernando o de tantos de sus colegas. Ellos, a los que todos conocemos, aprendemos cómo se llaman, que les hemos pedido en innumerables ocasiones "por favor, sácame esto o aquello" o "!que se vea el logo del patrocinador!". Ellos que a su manera, con su ojo profesional, han sabido cumplir su cometido con honradez y al tiempo entender y cumplir puntualmente esas peticiones.
Yo no tuve más relación con Fernando que las cordiales conversaciones de los momentos en que aparecía para hacer su trabajo e irse con igual sigilo. Y sin embargo, casi puedo recordar cada una de ellas, bien porque el momento era importante para mi, bien porque la presencia del fotógrafo hacía que lo fuera. No nos damos cuenta de la huella que tantos Fernandos van dejando en las personas, en la sociedad, en la ciudad, hasta que alguien nos pone delante de los ojos, nunca mejor dicho, esas fotografías que, al final, son como un espejo en las que nos vemos reflejados.
Por fortuna, en esta exposición sus amigos han conseguido reunir, aunque sólo sea una pequeña instantánea, lo que sentía Fernando al mirarnos por el ojo alargado de su cámara o a través de su discreta ventana de San Martín.
jueves, 8 de julio de 2010
El cuento de la palabra.
La verdad es que mi mujer y yo estuvimos a punto y vimos a más de uno tentado de levantar la mano, porque no sé qué tiene la palabra, en esta forma de narración oral que engancha como un anzuelo y te sientes como la trucha que tira del sedal, herido pero sin posibilidad de zafarte, hasta que te rindes y dejas que el narrador te coja con su red, suavemente, con cariño. Y con delicadeza, casi con ternura, te quita de la boca ese anzuelo que escuece y te suelta otra vez en el río de sus palabras, y entonces nadas libre, aún con el escozor en la boca, a favor del río o a contracorriente, buscando el remanso del agua fresca o empujando con fuerza contra la chorrera que sale de su boca.
¿Qué tendrá la palabra?. ¿Qué magia tienen los gestos del que cuenta con los ojos, las manos, los pies y las cejas levantadas?. Será que nos llevan a la cueva, junto a la hoguera, con la boca abierta mirando al que habla y gesticula o en los brazos de la madre, intentando no dormirte mientras el calor del fuego te acuna.
Sera que a mi me transportan de vuelta al pinar, con mi abuelo Matías explicándome cómo se sube a un pino a por piñas. Cogiendo tila con mi abuela Fuencisla que me decía "¿Qué hay que tener" y yo contestaba "Paciencia, abuela, paciencia". En la cocina de casa, subido a un taburete, limpiando las lentejas una tarde de invierno mientras mi madre escucha los seriales de la radio.
Tener un acontecimiento como el Festival de Narradores Orales que ya va por la undécima edición es un lujo que nos podemos permitir, gracias a que existen personas como Ignacio y todos los que han ido pasando por la tarima en estos años que saben vivir y hacernos vivir a través del cuento.
¿Será, Ignacio, que a todos nos gustaría vivir del cuento; de este cuento?.
Programa del XI Festival de Narradores Orales.
domingo, 9 de mayo de 2010
Distinguir entre las voces.
Los domingos abro El País Semanal por la parte de atrás y busco la página de Almudena Grandes. Me enganchan sus pequeñas historias, tan cotidianas, tan bien contadas y cómo es capaz de redondearlas en tan pocas líneas. Hace un par de semanas me llamó la atención "El oficio de escribir", tan a cuento con el día del libro y aparentemente sobre la piratería que también afecta al libro, pero que en realidad es una reflexión bastante amarga de cómo todo lo que rodea al escritor y el negocio que genera y que le permite vivir de sus palabras, está cambiando de un modo tan radical que, en realidad se puede extrapolar a muchas de las realidades empresariales actuales. Y hoy, leo una noticia en la que Obama critica los dispositivos electrónicos, por la presión y la dispersión que la información ejercen sobre nosotros y la sociedad que me ha hecho recordar el otro artículo y reflexionar hacía dónde vamos y si podemos de alguna manera controlar el proceso.
Por desgracia, coincido con Almudena Grandes en que los cambios que se están produciendo en los sistemas de muchos negocios están produciendo revoluciones tan radicales que posiblemente harán desaparecer, incluso el propio modelo de negocio. Pensemos por ejemplo, en la Enciclopedia Britanica, el Larousse o la española Espasa que seguimos teniendo en casa, y que hace no muchos años eran la referencia para cualquier consulta. Hoy la referencia es la propia Red y, como bien señala Obama, la educación es clave para saber distinguir entre las voces.
Que el mundo y los sistemas de referencia han cambiado es evidente y se alzan voces criticando que nos empeñamos en seguir utilizando los mismos referentes en marcos en los que ya están desfasados. Pero ¿realmente los cambios son tan importantes?. ¿Hemos de subirnos ya a la marea que viene o podemos esperar a ver por dónde van las primeras olas?.
No comparto con Almudena Grandes que el escritor vaya a convertirse en poco menos que un esclavo de la venta al por menor de sus escritos en un mercado atomizado y competitivo, pero es cierto que el proceso de cambio ya se ha iniciado, aunque no sepamos claramente hacia dónde vamos. Quizá haya gurús o personas mejor informadas o con capacidad de avizorar más allá que puedan darnos pistas, pero no siempre aciertan, así que de momento la mejor recomendación es que debemos tener los ojos muy abiertos e intentar tener también la mente abierta. Ejemplos como el último libro de Jeff Jarvis Y Google ¿cómo lo haría? pueden ayudarnos a comprender cómo una nueva forma de pensar o de abordar determinados problemas saca partido de las posibilidades de la tecnología, la información contenida en Internet o los contactos de las redes sociales.
Desde luego que quien consigue atisbar las tendencias, a menudo puede sacar un enorme provecho. Si sabemos prever lo que va a ocurrir o dónde vamos a ir a parar, podemos discurrir cómo llegar hasta allí, pero por el camino seguramente seremos tentados por muchas voces de sirena entre las que nos tocará distinguir las que llevan a buen puerto. Mientras tanto, estar atentos, utilizar con inteligencia nuestros recursos, educación y formación y saber discriminar la información relevante, dedicando tiempo a su análisis, también debería proporcionarnos ventajas competitivas.
PD: Gracias a todos lo que habéis contactado conmigo durante el último mes interesándose por la ausencia de entradas, debido a diversas razones simplemente no he dispuesto de tiempo suficiente para escribir con la calma y reflexión que me gusta, agradezco la amabilidad y me anoto las sugerencias de incluir de tanto en tanto entradas más cortas o más inmediatas.
Por desgracia, coincido con Almudena Grandes en que los cambios que se están produciendo en los sistemas de muchos negocios están produciendo revoluciones tan radicales que posiblemente harán desaparecer, incluso el propio modelo de negocio. Pensemos por ejemplo, en la Enciclopedia Britanica, el Larousse o la española Espasa que seguimos teniendo en casa, y que hace no muchos años eran la referencia para cualquier consulta. Hoy la referencia es la propia Red y, como bien señala Obama, la educación es clave para saber distinguir entre las voces.
Que el mundo y los sistemas de referencia han cambiado es evidente y se alzan voces criticando que nos empeñamos en seguir utilizando los mismos referentes en marcos en los que ya están desfasados. Pero ¿realmente los cambios son tan importantes?. ¿Hemos de subirnos ya a la marea que viene o podemos esperar a ver por dónde van las primeras olas?.
No comparto con Almudena Grandes que el escritor vaya a convertirse en poco menos que un esclavo de la venta al por menor de sus escritos en un mercado atomizado y competitivo, pero es cierto que el proceso de cambio ya se ha iniciado, aunque no sepamos claramente hacia dónde vamos. Quizá haya gurús o personas mejor informadas o con capacidad de avizorar más allá que puedan darnos pistas, pero no siempre aciertan, así que de momento la mejor recomendación es que debemos tener los ojos muy abiertos e intentar tener también la mente abierta. Ejemplos como el último libro de Jeff Jarvis Y Google ¿cómo lo haría? pueden ayudarnos a comprender cómo una nueva forma de pensar o de abordar determinados problemas saca partido de las posibilidades de la tecnología, la información contenida en Internet o los contactos de las redes sociales.
Desde luego que quien consigue atisbar las tendencias, a menudo puede sacar un enorme provecho. Si sabemos prever lo que va a ocurrir o dónde vamos a ir a parar, podemos discurrir cómo llegar hasta allí, pero por el camino seguramente seremos tentados por muchas voces de sirena entre las que nos tocará distinguir las que llevan a buen puerto. Mientras tanto, estar atentos, utilizar con inteligencia nuestros recursos, educación y formación y saber discriminar la información relevante, dedicando tiempo a su análisis, también debería proporcionarnos ventajas competitivas.
PD: Gracias a todos lo que habéis contactado conmigo durante el último mes interesándose por la ausencia de entradas, debido a diversas razones simplemente no he dispuesto de tiempo suficiente para escribir con la calma y reflexión que me gusta, agradezco la amabilidad y me anoto las sugerencias de incluir de tanto en tanto entradas más cortas o más inmediatas.
martes, 6 de abril de 2010
Una petición y un reto. ¿Qué puedo hacer yo por Segovia 2016?
A raíz del Encuentro Empresarial "Oportunidades de negocio en torno a Segovia 2016", comentado en una entrada anterior, he tenido un buen número de conversaciones al respecto. Algunas personas se lamentan de que no saben qué hacer al respecto o cómo ver las oportunidades de colaborar con la candidatura y al tiempo quizá aprovechar las opciones que ello les puede ofrecer desde el punto de vista empresarial.
¿Qúe podemos hacer?. ¿Cómo podemos articularlo?. Hay muchas opciones, pequeñas y grandes, empezando por que en ninguna empresa segoviana debería faltar la presencia del logotipo de la Candidatura, en las webs, facturas, folletos, etc., que tendría que estar presente en todo lo que nuestra empresa tenga contacto con el público, especialmente el de fuera de Segovia, de manera que ambas vayan de la mano.
Acabo de ver en Facebook que la empresa Trackter Eventos Especiales ha firmado un convenio de colaboración con Segovia 2016. Y ese hecho ya le ha dado pie a tener presencia en los medios y en las redes sociales. ¿No ha conseguído cumplir ambos objetivos?.
Así que lanzo una petición y un reto: ¿Qué puedo hacer por Segovia 2016?.
Te pido que mediante un comentario, compartas tus ideas sobre qué puedes tú hacer.
Y te reto a que las hagas.

sábado, 13 de febrero de 2010
AnalfabeTICsmo.
Hace poco asistí a una conferencia en la que un reputado especialista hizo una disertación realmente interesante. En un momento de la charla, la presentación de Power Point salió por peteneras y pudimos observar que mostraba un nivel de manejo informático que podríamos calificar piadosamente como de absoluta torpeza. Tuvimos ocasión de charlar al final y al preguntarle amablemente al respecto, comentó que la tecnología le había llegado tarde, que en su campo de actividad él sólo había empezado a utilizarla porque era ya imprescindible para manejar la documentación y el correo electrónico y, además, tenía ayudantes jóvenes que le facilitaban su relación con los ordenadores. Eso sí, recientemente había aprendido a hacer presentaciones sencillas con Power Point aunque otra persona le ayudaba con los efectos y detalles finales.
La verdad, me dio que pensar que una persona tan brillante, sin embargo fuese casi un “analfabeto tecnológico” y me preocupa que esto sea algo bastante común en una porción importante de personas que por su posición, ocupación y nivel cultural deberían haber adquirido, cuando menos, una destreza en el manejo de los ordenadores, Internet o la tecnología más común.
¿Es tan difícil adquirir las -tan aparentemente complicadas- nuevas destrezas que exigen los aparatos tecnológicos?. Mi propio padre, con ochenta años, hace diez que tiene un ordenador y, aunque he tenido que explicarle pacientemente muchas veces algunas funciones sencillas, -muchas de ellas repetidas veces-, poco a poco ha adquirido un manejo más que aceptable, incluso retoca las fotos de la cámara digital con Photoshop. Sin embargo, mi madre creo que no se habrá sentado frente al ordenador más de un par de veces. ¿Porqué algunas personas sí lo hacen y otras no?.
Posiblemente diré una obviedad, pero creo que sólo hay dos razones que separan ambos grupos: motivación y necesidad. Si no existen ambas en una mínima proporción es muy difícil que una persona que no haya tenido contacto previamente, se acerque al mundo de las TICs y ser conscientes de ello puede hacer que consigamos mejorar este acercamiento.
El año pasado tuve oportunidad de participar en la campaña de AETICAL denominada “Un móvil un amigo a mano”, enseñando a grupos de personas mayores a utilizar el teléfono móvil por toda Segovia. El objetivo de la campaña era lograr que los mayores adquirieran una autonomía suficiente en el manejo del aparato que les permitiera incorporarlo a su vida diaria como un elemento de apoyo en sus relaciones y para su seguridad personal.
Fue emocionante ver cómo, grupo tras grupo, personas con un móvil -que sus hijos les habían regalado por su cumpleaños o dado un terminal ya pasado de moda, “para estar tranquilos”-, que sólo utilizaban para recibir las llamadas de la familia, con dedos torpes, vista precaria e incluso poca habilidad lectora, descubrían cómo hacer una llamada o al enviar durante la clase un mensaje a su hija, sonreían cuando llamaba de inmediato a preguntar: tengo un mensaje, ¿pasa algo mamá?, y contestaban con orgullo "que estoy aprendiendo a poner SMS y te cuelgo hija, que estamos en clase". No pocos me han parado después al cruzarse conmigo por la calle a preguntarme todavía alguna duda o a decirme que llaman o se intercambian mensajes con sus nietos o que ya han metido en la agenda todos los teléfonos de sus amigos.
Puede que muchas de las casi trescientas personas mayores que participaron no sintieran antes la necesidad de un móvil, (quizá la necesidad sea la sensación de tranquilidad para quien se lo regalaron), pero al empezar a comprender su manejo todos descubrieron motivos para utilizarlo y en ese mismo momento surgió la necesidad y la conveniencia de tenerlo y usarlo para llamar a familia y amigos; de llevarlo cuando salen a pasear, o se van a la huerta, al pinar o a echar de comer a los animales, en lugar de dejarlo en casa; y saber cómo llamar al 112, si de pronto el otro se pone enfermo.
Por otro lado, me queda un regusto amargo al ver que personas como la que citaba al comienzo no sean capaces de encontrar motivos para vencer la aprensión de enfrentarse con decisión a sus propios miedos y adentrarse en un mundo lleno de posibilidades. Si algo he aprendido, es que (al igual que a aprender a leer, por ejemplo) cualquiera es capaz de comprender y manejar las TICs, a cualquier edad y en cualquier situación personal, sólo hace falta descubrir cómo la tecnología es capaz de interesarle y motivarle y a través de ello hacer que sienta la necesidad de aprender más y, por supuesto, dedicarle el tiempo y la atención necesaria para que sea capaz de asimilarlo a su propio ritmo, no al de quién le enseña y que ello además, puede enriquecer enormemente su vida.
Hay una frase de Oliver Wendell Holmes que lo describe muy bien: "Los seres humanos no dejan de jugar porque envejezcan, envejecen porque dejan de jugar".
La verdad, me dio que pensar que una persona tan brillante, sin embargo fuese casi un “analfabeto tecnológico” y me preocupa que esto sea algo bastante común en una porción importante de personas que por su posición, ocupación y nivel cultural deberían haber adquirido, cuando menos, una destreza en el manejo de los ordenadores, Internet o la tecnología más común.
¿Es tan difícil adquirir las -tan aparentemente complicadas- nuevas destrezas que exigen los aparatos tecnológicos?. Mi propio padre, con ochenta años, hace diez que tiene un ordenador y, aunque he tenido que explicarle pacientemente muchas veces algunas funciones sencillas, -muchas de ellas repetidas veces-, poco a poco ha adquirido un manejo más que aceptable, incluso retoca las fotos de la cámara digital con Photoshop. Sin embargo, mi madre creo que no se habrá sentado frente al ordenador más de un par de veces. ¿Porqué algunas personas sí lo hacen y otras no?.
Posiblemente diré una obviedad, pero creo que sólo hay dos razones que separan ambos grupos: motivación y necesidad. Si no existen ambas en una mínima proporción es muy difícil que una persona que no haya tenido contacto previamente, se acerque al mundo de las TICs y ser conscientes de ello puede hacer que consigamos mejorar este acercamiento.
El año pasado tuve oportunidad de participar en la campaña de AETICAL denominada “Un móvil un amigo a mano”, enseñando a grupos de personas mayores a utilizar el teléfono móvil por toda Segovia. El objetivo de la campaña era lograr que los mayores adquirieran una autonomía suficiente en el manejo del aparato que les permitiera incorporarlo a su vida diaria como un elemento de apoyo en sus relaciones y para su seguridad personal.
Fue emocionante ver cómo, grupo tras grupo, personas con un móvil -que sus hijos les habían regalado por su cumpleaños o dado un terminal ya pasado de moda, “para estar tranquilos”-, que sólo utilizaban para recibir las llamadas de la familia, con dedos torpes, vista precaria e incluso poca habilidad lectora, descubrían cómo hacer una llamada o al enviar durante la clase un mensaje a su hija, sonreían cuando llamaba de inmediato a preguntar: tengo un mensaje, ¿pasa algo mamá?, y contestaban con orgullo "que estoy aprendiendo a poner SMS y te cuelgo hija, que estamos en clase". No pocos me han parado después al cruzarse conmigo por la calle a preguntarme todavía alguna duda o a decirme que llaman o se intercambian mensajes con sus nietos o que ya han metido en la agenda todos los teléfonos de sus amigos.
Puede que muchas de las casi trescientas personas mayores que participaron no sintieran antes la necesidad de un móvil, (quizá la necesidad sea la sensación de tranquilidad para quien se lo regalaron), pero al empezar a comprender su manejo todos descubrieron motivos para utilizarlo y en ese mismo momento surgió la necesidad y la conveniencia de tenerlo y usarlo para llamar a familia y amigos; de llevarlo cuando salen a pasear, o se van a la huerta, al pinar o a echar de comer a los animales, en lugar de dejarlo en casa; y saber cómo llamar al 112, si de pronto el otro se pone enfermo.
Por otro lado, me queda un regusto amargo al ver que personas como la que citaba al comienzo no sean capaces de encontrar motivos para vencer la aprensión de enfrentarse con decisión a sus propios miedos y adentrarse en un mundo lleno de posibilidades. Si algo he aprendido, es que (al igual que a aprender a leer, por ejemplo) cualquiera es capaz de comprender y manejar las TICs, a cualquier edad y en cualquier situación personal, sólo hace falta descubrir cómo la tecnología es capaz de interesarle y motivarle y a través de ello hacer que sienta la necesidad de aprender más y, por supuesto, dedicarle el tiempo y la atención necesaria para que sea capaz de asimilarlo a su propio ritmo, no al de quién le enseña y que ello además, puede enriquecer enormemente su vida.
Hay una frase de Oliver Wendell Holmes que lo describe muy bien: "Los seres humanos no dejan de jugar porque envejezcan, envejecen porque dejan de jugar".
domingo, 24 de enero de 2010
Jóvenes Backberries solidarias.
Llego puntual al despacho, soy el primero. El anfitrión abre la puerta y se vuelve corriendo a su mesa para terminar de enviar unos correos. Escribe en el ordenador mientras comentamos algunos detalles de la reunión que ya debería haber empezado. Poco a poco van llegando los demás. Todos apresurados, uno hablando por la Backberry, saludando con un gesto mientras escucha. Otra con la cara arrebolada arrastrando la mochila con el portátil que de inmediato abre y enciende. Dos más, diez minutos después, con el montón de carteles y pegatinas. Todos comentamos cuánto nos gustan y el excelente resultado que ha dado la colaboración de quienes lo han hecho. Una más llega y se sonroja por los elogios que le dedicamos. Por fin el último, disculpándose por el retraso, mientras termina de escribir un mensaje en su terminal. Me llama la atención que todos tienen una Blackberry.
Suena el teléfono del despacho, llaman de la radio para entrar en directo, sale corriendo a otra sala a atender la llamada. Apenas si hay un minuto de relax entre las blackberries que pitan una tras otra y el portatil que no para de recibir mensajes. Vuelve el entrevistado. Por fin la cosa se serena y se entra en los detalles de la reunión, entre pitido, mensaje, llamada que no se coge o se contesta con un "luego te llamo". Dos horas después, nos levantamos y todos se vuelven al trabajo, algunos comerán algo de camino o tomarán un bocado mientras recuperan algo de tiempo en su mesa de trabajo. Y mientras gestionan su negocio, llamarán a un ayuntamiento para intentar que se sume a la iniciativa, comprobarán si ha llegado el correo que confirma que las huchas estarán a tiempo, enviarán unos cientos de mensajes más para intentar difundirla todavía más, actualizarán la página web, el perfil de Facebook o comprobarán que el diseño para imprimir las camisetas ha llegado y correrán al taller a ponerlo en marcha, mientras atienden la llamada de un cliente o hacen un pedido a un proveedor.
Durante todo el tiempo han logrado sacar adelante la iniciativa intentando desatender el trabajo lo menos posible, de forma altruista y sin ánimo alguno de notoriedad. Les admiro, porque han hecho cábalas para hacer las dos cosas y lo han conseguido a fuerza de tirar de Blackberry, mientras tecleaban con la otra mano en el portátil y durmiendo poco o nada, sostenidos por una fuerza que, estoy seguro, sale de un corazón tan grande como el excelente trabajo que están haciendo en pro de la solidaridad con los damnificados de Haití.
Suena el teléfono del despacho, llaman de la radio para entrar en directo, sale corriendo a otra sala a atender la llamada. Apenas si hay un minuto de relax entre las blackberries que pitan una tras otra y el portatil que no para de recibir mensajes. Vuelve el entrevistado. Por fin la cosa se serena y se entra en los detalles de la reunión, entre pitido, mensaje, llamada que no se coge o se contesta con un "luego te llamo". Dos horas después, nos levantamos y todos se vuelven al trabajo, algunos comerán algo de camino o tomarán un bocado mientras recuperan algo de tiempo en su mesa de trabajo. Y mientras gestionan su negocio, llamarán a un ayuntamiento para intentar que se sume a la iniciativa, comprobarán si ha llegado el correo que confirma que las huchas estarán a tiempo, enviarán unos cientos de mensajes más para intentar difundirla todavía más, actualizarán la página web, el perfil de Facebook o comprobarán que el diseño para imprimir las camisetas ha llegado y correrán al taller a ponerlo en marcha, mientras atienden la llamada de un cliente o hacen un pedido a un proveedor.
Así ha sido la vida de los organizadores de "Un Euro Por Haití" en las últimas dos o tres semanas. Jóvenes empresarios segovianos, dinámicos, con negocios en marcha, ocupados, volcados en la gestión de su negocio, que deciden poner toda su energía y toda la capacidad de sus negocios para una causa solidaria. Nadie ha mirado el coste de lo que ponen. Ninguno ha pensado en las horas de trabajo, propio y de sus empleados, que han aportado. Sólo han tenido en mente el conseguir el objetivo de obtener un euro por cada segoviano, al menos 164.441 € y se han movido para ello con el mismo empuje, o más aún, que lo hacen cada día en sus negocios para conseguir implicar a una larguísima lista de colaboradores.
miércoles, 28 de octubre de 2009
La revolucion de la memoria.
Me ha llamado poderosamente la atención el recién presentado "El gran libro de las nanas" de Carme Riera, una extraordinaria antología de las canciones de cuna españolas, que según afirma "ya no son sólo poemas para niños". Leer la reseña del libro me ha llevado a pensar en la aparente contradicción que supone recoger en un libro algo que, a priori, se ha conservado y tiene sentido precisamente porque se transmite boca a boca y ello me ha movido a reflexionar acerca de que Internet ha sido una revolución comparable a la que en su momento debió suponer la aparición de la escritura, que abrió una nueva vía a la transmisión del conocimiento, que hasta el momento se había hecho por vía oral.
La información en soporte escrito añadía varios factores relevantes, como su permanencia en el tiempo y el que ya no era necesario el contacto personal con quién originaba el conocimiento; un soporte escrito en un lugar podría ser leído en otro sin que mediase más que el mensajero, que se limitaba a mover el soporte, sin modificar la información.
Aún con la inestimable ayuda del libro que impulsó definitivamente la difusión de la información, la capacidad del cerebro y la memoria humana han sido hasta hace tan sólo unas décadas los factores claves que han ido construyendo nuestra cultura y promovido el avance y la innovación constantes en todos los campos. Si la escritura supuso un salto cualitativo en el almacenamiento de la información, Internet ha supuesto el siguiente salto, que en mi opinión es triple: la variedad de los contenidos, su disponibilidad y la capacidad de procesamiento añadido que aportan los sistemas informáticos, es decir, lo que antes debíamos hacer laboriosamente, buscando, descartando y valorando fuentes e informaciones, ahora se realiza casi automáticamente con la ayuda de algoritmos de búsqueda y filtrado.
Esta segunda revolución es la revolución de la memoria y lo creo así porque Internet, o mejor dicho, lo que nos aporta el soporte informático y sus funcionalidades es por primera vez la posibilidad de reunir de modo accesible la memoria conjunta de la humanidad (e incluso como muy bien han reflejado algunos autores de ciencia ficción, casi la de cada individuo) y al mismo tiempo tengo la sensación de que existe el gran peligro de que estemos confiando demasiado en esa memoria colectiva o poniendo todos los huevos en la misma cesta. Es cierto que Internet contiene una ingente cantidad de material y que mucho es información irrelevante, incorrecta e incluso tendenciosa, pero ocurre igualmente en los libros y, por supuesto, también en la tradición oral, algo que sabe cualquiera que haya tenido que hacer alguna investigación o búsqueda de información.
Como casi siempre, la clave está en saber distinguir la información relevante y ser capaces de llegar a conclusiones a partir de ella, con el inestimable concurso de nuestra intuición, creatividad y capacidad de abstracción.
Y sin embargo, esta memoria colectiva no deja de cumplir la misma finalidad que todavía hoy ejerce el mecanismo de intercambio de conocimientos de persona a persona: la transmisión de información relevante para la supervivencia (antes en la naturaleza, ahora en el entorno urbano y social) que debe preservarse y constituye la base fundamental que construye y conforma la base de nuestra cultura como el idioma y las particularidades sociales y culturales. Esta información básica, que constituye nuestro sistema operativo, sólo se inculca de manera óptima mediante el contacto personal, que es básico e imprescindible para transmitir tanto los contenidos, como los códigos subyacentes con los que procesamos la información y nos sirven de intérpretes de las interacciones sociales.
De ahí que frente a quienes preveían un futuro de máquinas-maestro, cada día se da mayor importancia a la interacción personal de niños y maestros en las escuelas. Los primeros maestros somos los padres, que sabemos que somos ejemplo y guía de nuestros hijos desde que nacen hasta que nos vamos y utilizamos muchos pequeños gestos, como las nanas, que muy probablemente aprendimos de los nuestros.
También mis padres y abuelos me cantaron nanas, que he cantado a mis hijos y, ahora, a mis sobrinos y, espero, lo haré con mis nietos; por ello, el libro de Carme Riera me parece ejemplifica cómo la revolución de la memoria puede ayudarnos a preservar y enriquecer lo más preciado de la condición humana: la necesidad de estar con los demás.
La información en soporte escrito añadía varios factores relevantes, como su permanencia en el tiempo y el que ya no era necesario el contacto personal con quién originaba el conocimiento; un soporte escrito en un lugar podría ser leído en otro sin que mediase más que el mensajero, que se limitaba a mover el soporte, sin modificar la información.
Aún con la inestimable ayuda del libro que impulsó definitivamente la difusión de la información, la capacidad del cerebro y la memoria humana han sido hasta hace tan sólo unas décadas los factores claves que han ido construyendo nuestra cultura y promovido el avance y la innovación constantes en todos los campos. Si la escritura supuso un salto cualitativo en el almacenamiento de la información, Internet ha supuesto el siguiente salto, que en mi opinión es triple: la variedad de los contenidos, su disponibilidad y la capacidad de procesamiento añadido que aportan los sistemas informáticos, es decir, lo que antes debíamos hacer laboriosamente, buscando, descartando y valorando fuentes e informaciones, ahora se realiza casi automáticamente con la ayuda de algoritmos de búsqueda y filtrado.
Esta segunda revolución es la revolución de la memoria y lo creo así porque Internet, o mejor dicho, lo que nos aporta el soporte informático y sus funcionalidades es por primera vez la posibilidad de reunir de modo accesible la memoria conjunta de la humanidad (e incluso como muy bien han reflejado algunos autores de ciencia ficción, casi la de cada individuo) y al mismo tiempo tengo la sensación de que existe el gran peligro de que estemos confiando demasiado en esa memoria colectiva o poniendo todos los huevos en la misma cesta. Es cierto que Internet contiene una ingente cantidad de material y que mucho es información irrelevante, incorrecta e incluso tendenciosa, pero ocurre igualmente en los libros y, por supuesto, también en la tradición oral, algo que sabe cualquiera que haya tenido que hacer alguna investigación o búsqueda de información.
Como casi siempre, la clave está en saber distinguir la información relevante y ser capaces de llegar a conclusiones a partir de ella, con el inestimable concurso de nuestra intuición, creatividad y capacidad de abstracción.
Y sin embargo, esta memoria colectiva no deja de cumplir la misma finalidad que todavía hoy ejerce el mecanismo de intercambio de conocimientos de persona a persona: la transmisión de información relevante para la supervivencia (antes en la naturaleza, ahora en el entorno urbano y social) que debe preservarse y constituye la base fundamental que construye y conforma la base de nuestra cultura como el idioma y las particularidades sociales y culturales. Esta información básica, que constituye nuestro sistema operativo, sólo se inculca de manera óptima mediante el contacto personal, que es básico e imprescindible para transmitir tanto los contenidos, como los códigos subyacentes con los que procesamos la información y nos sirven de intérpretes de las interacciones sociales.
De ahí que frente a quienes preveían un futuro de máquinas-maestro, cada día se da mayor importancia a la interacción personal de niños y maestros en las escuelas. Los primeros maestros somos los padres, que sabemos que somos ejemplo y guía de nuestros hijos desde que nacen hasta que nos vamos y utilizamos muchos pequeños gestos, como las nanas, que muy probablemente aprendimos de los nuestros.
También mis padres y abuelos me cantaron nanas, que he cantado a mis hijos y, ahora, a mis sobrinos y, espero, lo haré con mis nietos; por ello, el libro de Carme Riera me parece ejemplifica cómo la revolución de la memoria puede ayudarnos a preservar y enriquecer lo más preciado de la condición humana: la necesidad de estar con los demás.
sábado, 5 de septiembre de 2009
El sabbat.

Comentaba Jonathan Sacks, que más que los judíos hayan conservado el Sabbat, ha sido el Sabbat el que ha conservado a los judíos. "El Sabbat es “re-creación”, tiempo dedicado a todas estas cosas que sostienen una economía de mercado, pero están amenazadas por ella: familia, comunidad, celebración, oración, estudio y reflexión. En una sociedad que honra el Sabbat, la gente se convierte en maestra, no en esclavos del trabajo. El Sabbat está dedicado a las cosas que son importantes pero no urgentes: gastar tiempo con la esposa e hijos, compartir una comida, disfrutar lo que tenemos en lugar de pensar en lo que no tenemos, dar gracias a Dios por sus bendiciones en compañía de los que comparten nuestra fe".
La reapertura del Centro Didáctico de la Judería de Segovia, un lugar casi íntimo, con su apuesta por las nuevas tecnologías y la interactividad, que deslumbra al visitante y por recoleto deja con ganas de más, aporta un nuevo ladrillo a los cimientos de ese edificio turístico que queremos construir en Segovia, pero del que, desafortunadamente, todavía no tenemos los planos.
La reapertura del Centro Didáctico de la Judería de Segovia, un lugar casi íntimo, con su apuesta por las nuevas tecnologías y la interactividad, que deslumbra al visitante y por recoleto deja con ganas de más, aporta un nuevo ladrillo a los cimientos de ese edificio turístico que queremos construir en Segovia, pero del que, desafortunadamente, todavía no tenemos los planos.
Contamos ya con una parte de los materiales de construcción, y también con algunas ideas de qué podríamos empezar a construir, de las que algunas están ya muy elaboradas, como el Plan de Marketing de Segovia. La idea central de reinventar Segovia parece que está empezando a asentar las bases necesarias e iniciativas como ésta contribuyen a que la ciudad tenga cada vez más atractivos para los visitantes y, no nos olvidemos, para los residentes, que somos los que sustentamos la famosa vida cultural segoviana.
Y ahora la pregunta obvia es: ¿quien empieza a levantar los edificios?.
Hagamos un sencillo experimento, escribamos en Google "escapadas fin de semana+segovia"; "fin de semana familiar segovia" o una búsqueda similar y analicemos críticamente los resultados. Para ser sincero, el resultado es, por decirlo suavemente, poco menos que decepcionante, ya que apenas llega a media docena. Podemos envolver la ciudad con un papel precioso y adornarla con un lazo de oro, pero si el paquete está prácticamente vacío, sólo causará estupor o incluso indignación. Las administraciones tienen, ya lo he señalado en varias ocasiones, que esforzarse en proporcionar el sustrato adecuado y los estudios que orienten sobre qué crecerá mejor, pero es la iniciativa privada quien siembra y cuida que crezca.
De ese mismo análisis, por suerte, se desprende que estamos en un momento inmejorable para lanzar iniciativas innovadoras que prosperen y atraigan a clientes que, a su vez, serán nuestros mejores valedores y publicistas, creando corrientes de opinión favorables que atraigan cada vez a más personas. La Agenda Cultural de Segovia tiene multitud de atractivos que poder aprovechar y materializar en propuestas concretas y atractivas, pero parece que las ideas brillan por su ausencia, y eso es lo que me parece realmente preocupante. Además de que hemos de estudiar las iniciativas que ya funcionan en otras ciudades, me permito bosquejar algunas ideas, que aunque parezcan obvias, pueden servir de punto de partida.
La temporada del Teatro Juan Bravo está a punto de comenzar. Propongamos, por ejemplo, paquetes turísticos que incluyan entradas para la función del sábado, cena, noche de hotel y una visita guiada o entradas para el Museo de Segovia, por ejemplo, el domingo por la mañana, con billete del TAV y taxi al hotel si vienes desde Madrid o Valladolid o aparcamiento gratis si acudes con tu coche. O un fin de semana familiar en dónde haya actividades para los todos los públicos o diferenciadas para pequeños y mayores, como una visita teatralizada al Alcázar, o actividades lúdico-didácticas para los niños en el Museo de Segovia, mientras que los mayores visitan las salas.
Y además de los sitios imprescindibles como los castillos, el palacio de Riofrío o los jardines del Real Sitio, incluyamos propuestas novedosas como visitar una fábrica de embutidos, una huerta de judiones, realizar una ruta senderista por los pinares, las lagunas de Cantalejo, el rómanico, las cañadas, el Camino de Santiago... por citar sólo los más obvios. Porque, tras un rato de darle a la imaginación, a mi la lista de posibles ideas me sale muy, pero que muy larga.
Algo a tener en cuenta es que para que sean posibles, este tipo de iniciativas necesitan la colaboración de varias empresas y entidades, que de este modo producen sinergias que benefician a todos los que participan, generan ingresos e impacto económico indirecto y, además, crean y extienden redes de cooperación empresarial, algo de lo que en Segovia estamos realmente muy necesitados.
Algo a tener en cuenta es que para que sean posibles, este tipo de iniciativas necesitan la colaboración de varias empresas y entidades, que de este modo producen sinergias que benefician a todos los que participan, generan ingresos e impacto económico indirecto y, además, crean y extienden redes de cooperación empresarial, algo de lo que en Segovia estamos realmente muy necesitados.
Nuestra guía debe ser diseñar propuestas innovadoras, suficientemente diversificadas, atractivas y asequibles que acierten en las necesidades y aspiraciones de nuestros visitantes actuales y potenciales, con una gran amplitud de miras para plantear actividades capaces de atraer a multitud de personas, que cada día son más afines a lo que señalaba Sacks: dedicar tiempo a lo importante. ¿Qué hay más importante que un tiempo dedicado a tu pareja, familia, amigos o tu actividad preferida?.
Redescubrir el Sabbat en Segovia, puede ser, también, una manera de redescubrir Segovia.
Por
Luis Miguel Pascual
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jueves, 4 de junio de 2009
!Mamá, Papá sale en la tele con un tanque!.
Mamá viene al salón secándose las manos con el delantal.
- ¿Que pasa?, que tengo el wok en el fuego.
- Mira, mira, -los niños la cogen del delantal, la llevan frente al aparato y señalan la tele con su índice extendido-, papá se ha puesto delante de un tanque para que no pasen.
Mamá mira a los niños con cara de asombro, luego mira la pantalla y después de un momento, se sienta a cámara lenta en el borde de la mesa, mientras se lleva las manos a la cara.
- !Es papá!, !es papá!.
Los niños saltan frente a la tele. Cuando el hombre se mueve, saltando hacia un lado para evitar que los tanques pasen, ellos hacen lo mismo, como si estuvieran a su lado.
- Pero... ¿que hace en Tiannanmen?, y él solo...
Las lágrimas afloran a los ojos de la mujer, una mano baja lentamente a coger el delantal , mientras la otra cubre la boca para que los niños no se den cuenta de su expresión. De pronto, se levanta de un salto, corre a la cocina y aparta del fuego el cacharro con el aceite humeante protegiéndose la mano con el delantal.
- !Se está subiendo al tanque! -chillan los niños-. !Bieeeen, ha ganado, ha ganado!.
Mamá vuelve al salón y los niños se le abrazan alborozados.
- Si mis niños, ha ganado.
Mientras los niños saltan y ríen, lágrimas redondas le caen a chorros sobre el delantal. Tiene miedo.
Y está orgullosa.
lunes, 25 de mayo de 2009
Más madera.

La promoción turística de Segovia es un tema que me interesa y que he tratado en varias entradas. Hace unas semanas hacía unas reflexiones en “Plantar un pino” que, veo con agrado, coinciden con las líneas maestras del plan. (Un apunte personal, según me recordó Sofía Collazo, gerente de PROTUR ayer durante la presentación del nuevo logotipo, una “S” mayúscula con una línea superior a modo de “ceja”, el diseñador utiliza líneas argumentales muy similares a las que en 1990 presentamos Carlos Horcajo y yo en Tridimensional en el diseño de la imagen corporativa de PROTUR, que también usaba el mismo recurso gráfico de la línea superior).
Aun sin haber tenido tiempo de estudiarlo con detenimiento, opino que las líneas de trabajo que presentó ayer Claudia de Santos son excelentes, así como los distintos focos de planificación y trabajo sobre los aspectos claves. El concepto de “reinventar” Segovia a partir de lo que el turista valora como los factores atractores diferenciadores (genial la frase: “Hay TitiriMuces”), es la base que lo cimenta y está permanentemente presente, y el hacerlo a través de las experiencias de nuestros visitantes que, no lo olvidemos, se relacionan con nuestros habitantes, aunque no sea una técnica novedosa, es la clave de su aplicación como base del marketing turístico de Segovia, una ciudad que además de “visitarse”, se “vive”.
El lema elegido: “Segovia, ilumina el cielo”, lo dice todo y también deja todo abierto a la imaginación, a la experiencia de cada uno. Del mismo modo que el plan “reinventa” Segovia, los segovianos debemos también reinventarnos. A veces nos sentimos poco cómodos con la invasión de nuestras calles y tendemos a verlo como una molestia necesaria, pero el punto esencial que el plan deja claro que no debemos olvidar es que lo importante en el turismo es “el turista”, y no la hostelería o el comercio, ni siquiera los monumentos o todos nuestros valores distintivos. Sin visitantes, no hay nada de eso y el turismo es riqueza, prosperidad y calidad de vida para una buena parte de los habitantes de Segovia. Si alguien tiene todavía alguna duda, que consulte las cifras de visitas y se pregunte qué alternativas hay para lograr atraer a Segovia una cantidad similar de clientes potenciales.
Tenemos la oportunidad, tenemos los medios para atraer y el mensaje de ayer fue claro: El tren está en marcha y tiene un destino. Hasta dónde llegue, en cuanto tiempo y con cuántos pasajeros va a depender del trabajo y la colaboración que logremos conjuntar por parte de todos los implicados: ayuntamiento y administraciones públicas; empresas e iniciativa privada y ciudadanos para mantenerlo en marcha e ir cumpliendo los objetivos del Plan en los próximos años. Siguiendo con el símil ferroviario, quizá lo mejor que nos aporta, es la perspectiva de dónde tenemos que ir obteniendo el combustible para alimentar la máquina de un modo sostenible.
A diferencia de la memorable escena de los hermanos Marx, no es sólo cuestión de que Pedro Arahuetes pida “Más Madera” para alimentar las calderas. Debemos evitar “quemar” Segovia porque llegaríamos vacíos de contenido. Por el contrario, cada pasajero debe aportar su cuota de energía y empuje para que nuestro tren consiga llegar con fuerza y lleno de pasajeros en el horizonte del 2016 a una estación que nos descubra la Segovia del futuro, esa en dónde todos queremos vivir. Luchemos para hacerla.
sábado, 25 de abril de 2009
Invasiones 2009.

Mis compañeros de entonces todavía recordarán al par de espontáneos que montamos en el patio de la escuela unas telas y nos esforzamos por divertirnos y divertirles durante un rato con títeres improvisados y un fondo de canciones de Machín. Atesoro la felicitación de Paco como uno de los mejores recuerdos de mi paso por la Escuela.
Aquellos días de abril hubo una agria polémica a costa de unos grandes títeres de madera, obra del malogrado José Manuel Contreras, "Peli", que se colgaron del acueducto y que finalmente provocó que fueran retirados. Escribí entonces una carta titulada Segovia como soporte plástico en El Adelantado (que se publicó en la segunda página acompañada de una curiosa "Nota de la Dirección") defendiendo la utilización de nuestros monumentos como soporte de manifestaciones artísticas.
"No es así como podremos descubrir las posibilidades plásticas que nuestra ciudad nos brinda, y no sólo como marco pasivo a la celebración de acontecimientos culturales, sino como parte activa de los mismos", decía entonces. "Es de esperar que algún día nos libremos de nuestra visión limitada y pensemos con la mente más abierta en lo que el arte, en su más amplia concepción puede hacer por nuestra ciudad y por nosotros mismos", terminaba la misiva. Treinta años después, Titirimundi lleva el nombre de Segovia por todo el mundo y se reinventa la ciudad para que los artistas trabajen sobre ella.
Y ya que estoy haciendo memoria, me acuerdo de otro de mis profesores de la Casa de los Picos: José María García Moro, del que por desgracia no existen enlaces en la web y apenas documentación de sus intervenciones en los paisajes urbanos. He tenido que mirar en la bendita memoria de la hemeroteca de El Adelantado para rememorar sus primeras "Invasiones", en las Ferias y Fiestas de 1977 y recordar cuanto nos divertimos entonces. Amigo Moro, se te echa en falta.
Dejo el enlace a un video de una impresionante charla de Paco Peralta en dónde repasa sus creaciones:
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