Mostrando entradas con la etiqueta Miscelanea. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Miscelanea. Mostrar todas las entradas

viernes, 24 de diciembre de 2010

La manta. (Cuento de Navidad)

El nubio echaba de menos su manta y empezaba a notar esa conocida tirantez la espalda, allá dónde cruzaba una larga cicatriz. Habían sido muchos días seguidos atravesando las ásperas tierras de la Cisjordania, dando rodeos a pesar de que la luz del cielo marcaba la ruta apenas empezaba anochecer. Días de caminar por la noche y maldormir con la luz en los ojos. El gran hombre negro tenía además los pies helados y el frío le iba subiendo por las pantorrillas hacia la espalda. Para entrar en calor comenzó a bascular el cuerpo de un pie al otro, pateando con fuerza la arena. El camello miró de reojo, soltó un resoplido y se movió cansinamente buscando otro matojo que masticar. Uno de los jóvenes se movió entre las sombras de la noche y le tendió algo, tan invisible en su mano oscura como brillantes lucían los dientes de la sonrisa en su cara. Un poco de cecina para masticar y engañar al frío. El enorme nubio se lo agradeció con otra media sonrisa.

Aunque todos estaban cansados, a medida que los amos presentían que su destino estaba cerca, un ambiente extraño mezcla de euforia, alivio e intriga se había ido extendiendo entre la pequeña expedición. La componían los tres amos; tres jóvenes palafreneros; tres persas, mitad guerreros, mitad mayordomos y el enorme nubio, armado como un feroz guerrero cuya presencia imponía temor por dónde pasaban, asustaba y fascinaba por igual a niños y mujeres y amedrentaba a los hombres que bajaban la vista y desaparecían en cuanto podían.

A pesar de su imponente aspecto, y de ser el responsable de protegerla, el nubio se sentía solo y fuera de lugar en esa extraña comitiva. En las largas jornadas había cavilado mucho sobre los motivos que habían llevado a tan altas personas a realizar un viaje peligroso, con tanto sigilo y tan escasa protección. Sin lugar a dudas en caso de peligro poca ayuda podía esperar de los inexpertos persas y su ojo de soldado curtido no hacía más que confirmar su aprensión a pesar de que el viaje se había caracterizado por la ausencia de incidentes, algo tan deseable como extraño.

¿Que hacían los amos en aquél sitio tan pobre?. ¿Qué extraña alianza se traían entre manos?. ¿A quién habían ido a ver?. Desde luego no sería a aquellos pobres refugiados. Había insistido tozudamente en que se tomasen precauciones y él personalmente había entrado en el establo y revisado los pesebres uno por uno. La joven mujer le miró a los ojos, y el hombre se puso en pie, pero, extrañamente, no mostraba el miedo o el asombro que su presencia siempre provocaba. Abrió la boca para preguntar qué hacían allí, pero en ese momento un gemido salió del manto de la mujer, que acunó al niño con suavidad, envuelto en un gastado jubón. El nubio la miró a su vez y de pronto se giró, terminó su inspección y salió a la noche. Al rato volvió con bulto bajo el brazo, extendió su brazo musculoso hacia el sorprendido hombre con una manta de viaje pulcramente doblada y apenas éste la tomó, salió de nuevo sin apenas hacer ruido, ni darle tiempo siquiera a una palabra de agradecimiento.

Había informado a los amos y sus preguntas le habían desconcertado. Como buen soldado y explorador, el nubio era capaz de advertir numerosos detalles que para otro hubieran pasado desapercibidos. No entendía el interés por aquellos refugiados. ¿Qué importaba si el pequeño era niño o niña?. Al final, a pesar de su insistencia, los amos habían dado órdenes estrictas. Sólo ellos entrarían en el lugar y nadie debía molestarles. Partieron llevando bajo el brazo los bultos que tan cuidadosamente protegidos llevaban desde el inicio del viaje y se perdieron en la noche.

La luna había subido ya dos cuartas partes en la noche cuando el nubio empezó a inquietarse tanto por la tardanza como por el frío. Se enderezó, tomó la larga lanza y se perdió en silencio por la noche en dirección al establo notando que los músculos de sus piernas recobraban el calor. Faltaban unos metros cuando la puerta se abrió de pronto y apenas si tuvo tiempo para saltar a un lado y ocultarse tras una roca. Andando sin prisa, los tres amos pasaron junto a él sin verle. No llevaban los bultos, observó, mientras los veía alejarse.

Volvió sobre sus pasos, siguiéndoles, pero de pronto se detuvo. Se volvió, observó el establo y, sin pensarlo, se dirigió hacia la puerta entreabierta. Sin hacer ruido deslizó su enorme cuerpo por el vano y recorrió de nuevo los pesebres. Como antes, sólo los refugiados estaban allí. Un impulso extraño le hizo dirigirse a la mujer. El hombre se sorprendió de nuevo al verle aparecer como una sombra e hizo un ademán para proteger a la mujer y al pequeño. ¿Volvía a por la manta?. El nubio negó con un gesto seco y se acercó al pequeño que dormía tapado con su abrigada manta de viaje. Lo destapó con cuidado y miró a la mujer que le observaba con ojos tranquilos. “Es un niño”, dijo con suavidad. El enorme nubio volvió a colocar la manta, envolviendo al niño y sin más, salió tan sigiloso como había entrado.

Dando un pequeño rodeo llegó al pequeño campamento justo antes que los amos. El alba empezaba a despuntar y aclaraba el cielo. Los amos ordenaron un desayuno rápido y que se levantara el campamento lo antes posible, retornamos a casa. La carrera le había hecho entrar en calor el cuerpo, y mientras recogía su impedimenta supo que las noches de vuelta no iban a ser precisamente calurosas sin su manta. Su bella esposa tendría que tejerle una nueva y ese pensamiento hizo que su corazón también entrara en calor.

Que siempre tengamos un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar dónde ir y alguien a quien querer.
Con mis mejores deseos, Feliz Navidad y Próspero Año 2011.

jueves, 2 de septiembre de 2010

El ojo alargado de Fernando.

Al igual que muchos otros segovianos, tengo algunos pequeños momentos relacionados con Fernando Peñalosa., ese convidado que siempre aparecía cuando había algo que mereciera la pena reflejar y a veces sin que valiese la pena, allí estaba con su bolsa y cámaras en ristre a levantar acta.

Hoy por fin he hecho tiempo para acercarme a ver con calma la exposición de la Alhóndiga y debo decir que me ha emocionado doblemente. En primer lugar porque, como una agradable sorpresa, entre las decenas de instantáneas, hay una de tres jóvenes emprendedores que nos lanzamos a la aventura de Tridimensional y he revivido la emoción de la visita del periodista de El Adelantado, de las fotos de Fernando que vino poco después y la alegría de ver publicado el reportaje de nuestra joven empresa en el especial de aquel jueves de Mayo de 1989.

Entre otros, tengo un recuerdo concreto de una ocasión, hace años, en que una persona que esperábamos para comenzar un acto anunció un pequeño retraso, que ocupamos compartiendo un café y aproveché para preguntarle sobre si merecía la pena comprarse una cámara digital, que entonces empezaban a popularizarse. Me sorprendió vivamente tanto su conocimiento del tema como la pasión que transmitía mientras hablaba. Tras una media hora, apareció el personaje, y volvimos cada uno a su labor. Puntualmente firmadas Foto: F. Peñalosa, por supuesto, El Adelantado al día siguiente publicó las fotos.

Visitando la admirable exposición que la Asociación de Amigos de Fernando Peñalosa han organizado con motivo de su aniversario, he intentado imaginar qué sienten las personas que están presentes en la vida cotidiana de la ciudad y sus personas, que todos sabemos quién son y, sin embargo, apenas conocemos. He pensado entonces en cuántas personas atesoran esos pequeños gestos, esas visitas fugaces de Fernando o de tantos de sus colegas. Ellos, a los que todos conocemos, aprendemos cómo se llaman, que les hemos pedido en innumerables ocasiones  "por favor, sácame esto o aquello""!que se vea el logo del patrocinador!". Ellos que a su manera, con su ojo profesional, han sabido cumplir su cometido con honradez y al tiempo entender y cumplir puntualmente esas peticiones.

Yo no tuve más relación con Fernando que las cordiales conversaciones de los momentos en que aparecía para hacer su trabajo e irse con igual sigilo. Y sin embargo, casi puedo recordar cada una de ellas, bien porque el momento era importante para mi, bien porque la presencia del fotógrafo hacía que lo fuera. No nos damos cuenta de la huella que tantos Fernandos van dejando en las personas, en la sociedad, en la ciudad, hasta que alguien nos pone delante de los ojos, nunca mejor dicho, esas fotografías que, al final, son como un espejo en las que nos vemos reflejados.

Por fortuna, en esta exposición sus amigos han conseguido reunir, aunque sólo sea una pequeña instantánea, lo que sentía Fernando al mirarnos por el ojo alargado de su cámara o a través de su discreta ventana de San Martín.

sábado, 16 de enero de 2010

Un euro por Haití. Objetivo 164.441 €. Muévete, Contribuye, Colabora, Extiéndelo.




Bajo este lema y con mucha ilusión, la Asociación de Jóvenes Empresarios, AJE Segovia ha organizado una campaña de recaudación de Fondos para colaborar con la reconstrucción de Haití, donde un terrible terremoto ha truncado la vida de miles de personas. El objetivo es que cada segoviano done, al menos, un euro y por supuesto, conseguir mucho más.


Entre los días 22 y 24 de enero, la solidaridad será protagonista en Segovia, con la instalación de una gran carpa, espectáculos de magia, música en directo e implicación y participación de ciudadanos anónimos, turistas, empresarios, instituciones, asociaciones, etc.

Todo esfuerzo es necesario y tú puedes poner tu granito de arena con tu aportación, tu presencia y tu participación. Para seguir toda la información del evento, que persigue convertirse en una multitudinaria iniciativa de todos los segovianos se ha habilitado una página web para ir difundiendo las actividades que se están organizando. Además, a través del correo uneuroporhaiti@ajesegovia.com, puedes ofrecer tu colaboración y hacerte voluntarios. La iniciativa ya ha llegado a más de 2.000 personas mediante las plataformas y redes sociales, como facebook, twitter y tuenti.

Colabora en la difusión de la iniciativa imprimiendo el cartel de la convocatoria y poniéndolo en el escaparate, en la ventanilla de tu coche, en tu clase, en el cuaderno o carpeta, en tu puesto de trabajo, en el tablón de anuncios.

Ya están activos los números de cuenta para colaborar con la iniciativa. Los fondos recaudados serán para Cáritas y Cruz Roja. En la página web se ha puesto en marcha un eurómetro, para ir calculando todo lo que se va recaudando.
Caja Segovia: 2069 0001 94 0001894940
Caja Rural de Segovia: 3078 0100 94 2029242720


Muévete, Contribuye, Colabora, Extiéndelo.


(Imagen: AP)

jueves, 14 de enero de 2010

Un año de La Fuentecilla.


Hoy hace un año que empecé este blog. Un año puede ser muy largo o muy corto; suave o intenso; productivo o baldío y desde luego, la percepción fluctúa también a lo largo del año o con los estados de ánimo, así que quizá no sea tan importante sacar conclusiones, como repasar la evolución del blog (y la personal, claro) durante este tiempo.

Acabo de releer la entrada inicial del blog y sigo estando totalmente en sintonía con la sensación de inquietud que me movió a empezarlo y si bien es cierto que los contenidos han ido enfocándose hacia el análisis de la gestión empresarial y la situación de Segovia, -una clara influencia de mi desempeño profesional-, mi objetivo principal sigue siendo transmitir mi punto de vista y mi análisis desde la óptica de mi experiencia personal y mi bagaje profesional y siempre teniendo en cuenta el componente personal de los temas que abordo.

No estoy seguro de si los datos estadísticos del blog durante este año son buenos o malos y tampoco es un aspecto que me preocupe demasiado, por si alguien está interesado, algo más de 9000 visitas en el año y de 700 visitantes. En cuanto a los comentarios, que sin duda enriquecen y dan valor a un blog, pues..., eso, sin comentarios; parece ser que en Segovia es una dura batalla; sin embargo son muchos los que luego me comentan las entradas personalmente. Bien pensado, prefiero el contacto personal, porque creo que no hay nada como el intercambio de ideas y el contacto personal. Como curiosidad, sí me ha llamado la atención que las entradas de las que estoy especialmente satisfecho no siempre se corresponden con las que parecen ser las mejor valoradas.

Desde el principio de La Fuentecilla he tenido claro que éste no es un blog de los que haya que estar pendiente a diario, con varias entradas o continuo lanzamiento de ideas o comentarios, sino un espacio y un tiempo que aprovechar para reflexionar y tratar temas con calma y utilizando la extensión que sea necesaria. Dedicar unas horas a una entrada (sin contar el desarrollo de la idea, escribirla nunca me lleva menos de un par de horas e incluso más), supone emplear después unos minutos, más o menos una vez a la semana, en leerla y eso me parece un buen compromiso entre el esfuerzo y el interés de quién lo escribe y el esfuerzo y el interés de quien lo lee.

Si de algo sirve mi experiencia de este año como bloguero, trasmitir que un blog supone un esfuerzo pero sobre todo un compromiso, especialmente de continuidad. No escribo si no estoy convencido que tengo algo que decir que sea de utilidad para quien lo va a leer, y no siempre lo hay o tengo tiempo para desarrollarlo en condiciones, por eso los temas que trate puede que no sean de rabiosa actualidad, pero creo que ello asegura que sean de interés. Y ese es mi compromiso con todos vosotros.

Gracias por estar aquí, hay tarta para todos.

miércoles, 28 de octubre de 2009

La revolucion de la memoria.


Me ha llamado poderosamente la atención el recién presentado "El gran libro de las nanas" de Carme Riera, una extraordinaria antología de las canciones de cuna españolas, que según afirma "ya no son sólo poemas para niños". Leer la reseña del libro me ha llevado a pensar en la aparente contradicción que supone recoger en un libro algo que, a priori, se ha conservado y tiene sentido precisamente porque se transmite boca a boca y ello me ha movido a reflexionar acerca de que Internet ha sido una revolución comparable a la que en su momento debió suponer la aparición de la escritura, que abrió una nueva vía a la transmisión del conocimiento, que hasta el momento se había hecho por vía oral.

La información en soporte escrito añadía varios factores relevantes, como su permanencia en el tiempo y el que ya no era necesario el contacto personal con quién originaba el conocimiento; un soporte escrito en un lugar podría ser leído en otro sin que mediase más que el mensajero, que se limitaba a mover el soporte, sin modificar la información.

Aún con la inestimable ayuda del libro que impulsó definitivamente la difusión de la información, la capacidad del cerebro y la memoria humana han sido hasta hace tan sólo unas décadas los factores claves que han ido construyendo nuestra cultura y promovido el avance y la innovación constantes en todos los campos. Si la escritura supuso un salto cualitativo en el almacenamiento de la información, Internet ha supuesto el siguiente salto, que en mi opinión es triple: la variedad de los contenidos, su disponibilidad y la capacidad de procesamiento añadido que aportan los sistemas informáticos, es decir, lo que antes debíamos hacer laboriosamente, buscando, descartando y valorando fuentes e informaciones, ahora se realiza casi automáticamente con la ayuda de algoritmos de búsqueda y filtrado.

Esta segunda revolución es la revolución de la memoria y lo creo así porque Internet, o mejor dicho, lo que nos aporta el soporte informático y sus funcionalidades es por primera vez la posibilidad de reunir de modo accesible la memoria conjunta de la humanidad (e incluso como muy bien han reflejado algunos autores de ciencia ficción, casi la de cada individuo) y al mismo tiempo tengo la sensación de que existe el gran peligro de que estemos confiando demasiado en esa memoria colectiva o poniendo todos los huevos en la misma cesta. Es cierto que Internet contiene una ingente cantidad de material y que mucho es información irrelevante, incorrecta e incluso tendenciosa, pero ocurre igualmente en los libros y, por supuesto, también en la tradición oral, algo que sabe cualquiera que haya tenido que hacer alguna investigación o búsqueda de información.

Como casi siempre, la clave está en saber distinguir la información relevante y ser capaces de llegar a conclusiones a partir de ella, con el inestimable concurso de nuestra intuición, creatividad y capacidad de abstracción.

Y sin embargo, esta memoria colectiva no deja de cumplir la misma finalidad que todavía hoy ejerce el mecanismo de intercambio de conocimientos de persona a persona: la transmisión de información relevante para la supervivencia (antes en la naturaleza, ahora en el entorno urbano y social) que debe preservarse y constituye la base fundamental que construye y conforma la base de nuestra cultura como el idioma y las particularidades sociales y culturales. Esta información básica, que constituye nuestro sistema operativosólo se inculca de manera óptima mediante el contacto personal, que es básico e imprescindible para transmitir tanto los contenidos, como los códigos subyacentes con los que procesamos la información y nos sirven de intérpretes de las interacciones sociales.

De ahí que frente a quienes preveían un futuro de máquinas-maestro, cada día se da mayor importancia a la interacción personal de niños y maestros en las escuelas. Los primeros maestros somos los padres, que sabemos que somos ejemplo y guía de nuestros hijos desde que nacen hasta que nos vamos y utilizamos muchos pequeños gestos, como las nanas, que muy probablemente aprendimos de los nuestros.

También mis padres y abuelos me cantaron nanas, que he cantado a mis hijos y, ahora, a mis sobrinos y, espero, lo haré con mis nietos; por ello, el libro de Carme Riera me parece ejemplifica cómo la revolución de la memoria puede ayudarnos a preservar y enriquecer lo más preciado de la condición humana: la necesidad de estar con los demás.

lunes, 13 de julio de 2009

En la Luna.

Veo que TVE emitirá la próxima semana un programa especial sobre la llegada del hombre a la luna y, no he podido resistirme a contar un pequeño, pero importante, episodio de mi vida. El 21 de Julio de 1969 yo tenía casi 9 años. Ese día era el cumpleaños de mi hermano, pero cuando aquel lunes mi padre me despertó suavemente por la mañana, salté corriendo de la cama hacia el salón:
- Hijo, va a empezar en la tele lo de la luna. ¿No querías verlo?.

Me senté delante del aparato en la silla baja que mi madre usaba para coser al lado del balcón y estoy seguro que no pestañeé ni una vez hasta que acabó el programa. Al rato, mi madre me hizo sentar en la mesa, junto a mi padre y nos llevó dos tazones de calostros con azúcar por encima, que me comí despacio, con la cuchara sopera parada muchas veces camino de la boca abierta mientras guiñaba los ojos para intentar adivinar los detalles en aquellas imágenes borrosas. Por esa extraña coincidencia, las inconfundibles voces de Cirilo Rodríguez y Jesús Hermida narrando aquellos momentos están asociadas para siempre a ese dulce sabor a calostros, tan especial, que hace años que no se encuentran.

Sobre la misión del Apollo 11 y la carrera espacial, se ha escrito, contado y novelado. Se ha polemizado sobre su coste, sus consecuencias y los beneficios que ha aportado al bienestar de la humanidad y tengo la impresión que todo lo relacionado con el espacio tiene todavía un sabor agridulce. Cuarenta años después, miro hacia atrás y, aunque quizá con menos intensidad, sigo siendo el niño curioso y asombrado que absorbía todo lo que encontraba sobre los cohetes, las misiones, se sabía de carrerilla los nombres de las tripulaciones y devoraba con avidez aquel magnífico libro "Proyecto Apollo", de Werner Budeler, del Circulo de Lectores, que aún conservo.

Personalmente me he divertido mucho con las teorías que dicen que el alunizaje fue una falsificación y el falso -pero muy entretenido- documental Operación Luna, que "demostraba", con entrevistas a personajes reales que todo era un montaje cinematográfico dirigido por Stanley Kubrick. Como curiosa contrapartida, los incrédulos han logrado que las explicaciones a sus "incómodas" preguntas contribuyan a la difusión y popularización de conocimientos y detalles científicos para el gran público.

Durante años he creído que era un "falso recuerdo" y que mi imaginación había ido llenando los huecos de la memoria, porque aquella retransmisión extraordinaria de TVE, comenzó de madrugada y seguramente yo habría visto alguna repetición posterior. Pero ayer se me ocurrió preguntar a mi madre si era verdad que me levanté de madrugada aquel día y mirándome por encima de las gafas de cerca dijo:

- Yo no quería, te levantó tu padre. Allí estabais los dos comiendo calostros, con la boca abierta como tontos. Y luego llegó Quique, el ordenanza, a preguntar qué pasaba, que se tardaba en abrir la oficina y allí os quedasteis los tres, lelos, mirando la tele. Y, ¿sabes una cosa?, hasta ese día no te gustaban los calostros.

Enlace al documental "Operación Luna"


sábado, 13 de junio de 2009

Tarjeteando

Hace ya unos cuantos años que tengo una PDA de Palm, es un modelo bastante simple sin correo electrónico, pero como se sincroniza con Outlook me resulta muy útil para gestionar la agenda y los contactos. Además tiene la función de escribir con el puntero, la gran virtud de reconocer mi letra, y un excelente diccionario de inglés, así que la saco mucho partido.

Ayer, en un evento de las Jornadas de Empresas en Red, me encontré con una persona que tenía un modelo igual y estábamos comentando las respectivas utilidades, cuando de pronto me dijo, - Si quieres, te transmito mis datos de contacto por infrarrojos. - Estupendo, contesté. Así me evito tener que andar luego transcribiendo los datos de la tarjeta, pensé para mí, y en apenas unos segundos intercambiamos la información. Cuando terminamos, mi interlocutor se guardó la PDA en la cartera y sacando su tarjeta de visita, me dijo: - De todos modos, aquí tienes mi tarjeta.

Por supuesto, yo también le dí la mía y al terminar la jornada conté 18 tarjetas de otras tantas personas, que transcribí a la Palm y después sincronicé con el PC en la oficina. Si todos hubiéramos tenido un sistema por el que intercambiar los datos, compartiríamos los de las más de 50 personas que acudimos, además del tiempo que ahorraríamos al transcribir la información a otros soportes, seguro que resultaría muy útil disponer de ellos.

Así es como se construyen las redes sociales y profesionales. Xing, Linkedin o Facebook, en realidad son el intercambio de "tarjetas" personales y profesionales, lo que ocurre es que ahora los datos que se aportan son mucho más de lo que puede contener una tarjeta de papel y abarcan muchos otros aspectos profesionales y personales. No es de extrañar que lo que se conoce como “data mining” o minería de datos, esté en pleno apogeo.

¿Qué hacer con las tarjetas de papel?. ¿Están condenadas a desaparecer?. Yo las conservo en unos tarjeteros -ya tengo unos cuantos- porque, contrariamente a lo que pueda parecer, contienen mucha información. El diseño, las tipografías, la colocación de los elementos, si notas que quien la ofrece se siente cómodo con ella o no, por ejemplo, dan mucha información sobre el tipo de empresa y personas a las que representan y, cuando has visto unos cuantos centenares, la intuición suele atinar bastante.

Hay guías y consejos para hacer una buena tarjeta de visita, tanto respecto a los materiales, tintas, diseño, etc., como de su "filosofía". Uno de los mejores es no escoger una tarjeta predefinida de un catálogo, a menos que sea exactamente la que desees. En mi opinión, lo más importante es que uno se sienta a gusto con ella y, cuando se refiere a ti mismo, -como tu tarjeta personal, o si, por ejemplo, eres un emprendedor o empresario-, que sea un reflejo de lo que tú eres y quieres transmitir.

Tengo ahora mismo a la vista mi primera tarjeta personal, bastante poco convencional por aquél entonces: papel crema, tinta roja y una tipografía inusual, que hizo refunfuñar al entrañable Avelino, maestro cajista de la imprenta, mientras ajustaba los cuadratines a lo que yo quería. Estoy convencido que fue de ayuda en esos momentos en que comenzaba mi andadura profesional. Las tarjetas forman parte de la personalidad, de la imagen de quien las ofrece y al igual que será muy difícil que los documentos impresos desaparezcan del todo, seguro que a las tarjetas de visita les queda mucho recorrido.

jueves, 4 de junio de 2009

!Mamá, Papá sale en la tele con un tanque!.



Mamá viene al salón secándose las manos con el delantal.
- ¿Que pasa?, que tengo el wok en el fuego.
- Mira, mira, -los niños la cogen del delantal, la llevan frente al aparato y señalan la tele con su índice extendido-, papá se ha puesto delante de un tanque para que no pasen.

Mamá mira a los niños con cara de asombro, luego mira la pantalla y después de un momento, se sienta a cámara lenta en el borde de la mesa, mientras se lleva las manos a la cara.
- !Es papá!, !es papá!.
Los niños saltan frente a la tele. Cuando el hombre se mueve, saltando hacia un lado para evitar que los tanques pasen, ellos hacen lo mismo, como si estuvieran a su lado.
- Pero... ¿que hace en Tiannanmen?, y él solo...
Las lágrimas afloran a los ojos de la mujer, una mano baja lentamente a coger el delantal , mientras la otra cubre la boca para que los niños no se den cuenta de su expresión. De pronto, se levanta de un salto, corre a la cocina y aparta del fuego el cacharro con el aceite humeante protegiéndose la mano con el delantal.
- !Se está subiendo al tanque! -chillan los niños-. !Bieeeen, ha ganado, ha ganado!.
Mamá vuelve al salón y los niños se le abrazan alborozados.
- Si mis niños, ha ganado.
Mientras los niños saltan y ríen, lágrimas redondas le caen a chorros sobre el delantal. Tiene miedo.
Y está orgullosa.

miércoles, 3 de junio de 2009

See you soon Carly.

Dedicated to Carly Caminity, foreign language assistant, OLS, Segovia.
Once upon a time, an american girl from Springfield, Illinois, arrived Segovia to undertake the tough mission to improve the English skills of the pupils from the EOI.
Carly Caminiti soon won them all over her warm and friendly personality, despite she has been shooting us since October with her speed-of-light way of speaking. What a pity, she is gone when we started to understand her!. Finally I pay attention to you and decided to write some in English at my blog.
Thank you Carly, I am very grateful to your commitment and cheerful, and hope with all my heart that everything works out for you wherever you go.
Take care.
Dedicado a Carly Caminiti, lectora de Inglés de la Escuela Oficial de Idiomas de Segovia.
Erase una vez una chica americana de Springfield, Illinois, que llegó a Segovia para abordar la ardua tarea de intentar mejorar el nivel del Inglés de los alumnos de la EOI.
Carly Caminiti se ganó enseguida nuestro cariño con su encantadora personalidad, aunque desde Octubre nos haya estado disparando con su inglés a la velocidad de la luz. Qué pena, se va ahora que habíamos conseguido entenderla. Al final te hago caso y escribo algo en inglés en el blog (aunque lo traduzca).
Gracias Carly por tu compromiso y alegría y espero con todo mi corazón que todo te vaya bien donde quiera que estés.

sábado, 25 de abril de 2009

Invasiones 2009.

Estamos ya barruntando los títeres, y hoy leyendo la noticia del Festival de Intervenciones Artísticas en Entornos Históricos, OXIGEN-arte que se celebrará en verano, me viene a la memoria el primer Festival de Títeres de 1985, que luego se convertiría en Titirimundi. Por aquél entonces, estudiaba en la Casa de los Picos y como alumno del entrañable Paco Peralta participé inténsamente en el Festival.

Mis compañeros de entonces todavía recordarán al par de espontáneos que montamos en el patio de la escuela unas telas y nos esforzamos por divertirnos y divertirles durante un rato con títeres improvisados y un fondo de canciones de Machín. Atesoro la felicitación de Paco como uno de los mejores recuerdos de mi paso por la Escuela.

Aquellos días de abril hubo una agria polémica a costa de unos grandes títeres de madera, obra del malogrado José Manuel Contreras, "Peli", que se colgaron del acueducto y que finalmente provocó que fueran retirados. Escribí entonces una carta titulada Segovia como soporte plástico en El Adelantado (que se publicó en la segunda página acompañada de una curiosa "Nota de la Dirección") defendiendo la utilización de nuestros monumentos como soporte de manifestaciones artísticas.
"No es así como podremos descubrir las posibilidades plásticas que nuestra ciudad nos brinda, y no sólo como marco pasivo a la celebración de acontecimientos culturales, sino como parte activa de los mismos", decía entonces. "Es de esperar que algún día nos libremos de nuestra visión limitada y pensemos con la mente más abierta en lo que el arte, en su más amplia concepción puede hacer por nuestra ciudad y por nosotros mismos", terminaba la misiva. Treinta años después, Titirimundi lleva el nombre de Segovia por todo el mundo y se reinventa la ciudad para que los artistas trabajen sobre ella.

Y ya que estoy haciendo memoria, me acuerdo de otro de mis profesores de la Casa de los Picos: José María García Moro, del que por desgracia no existen enlaces en la web y apenas documentación de sus intervenciones en los paisajes urbanos. He tenido que mirar en la bendita memoria de la hemeroteca de El Adelantado para rememorar sus primeras "Invasiones", en las Ferias y Fiestas de 1977 y recordar cuanto nos divertimos entonces. Amigo Moro, se te echa en falta.

Dejo el enlace a un video de una impresionante charla de Paco Peralta en dónde repasa sus creaciones:

lunes, 13 de abril de 2009

El primero y el único.


Por razones personales el 12 de Abril es un día señalado y, como extraño efecto secundario (mi esposa dice que mi proceso de asociación de ideas tiene una configuración, cuando menos, original), siempre me acuerdo que también fue el día en que Yuri Gagarin hizo el primer vuelo orbital tripulado en la nave rusa Vostok 1.

Gagarin es una figura contradictoria, su aureola de héroe nacional ruso, iluminada por su prematura muerte, contrasta sin embargo con su tumultuosa vida y su deseo insatisfecho de volver a participar en un vuelo, ya que aunque finalmente fue seleccionado para el lanzamiento de la primer Soyuz (que luego se estrellaría con Komarov a bordo), falleció meses antes en un accidente al estrellarse el MIG-15 que pilotaba. Siempre me ha interesado todo lo que se relacione con la tecnología y el espacio y me fascina la época de la llamada "carrera espacial", casi veinte años de lucha entre rusos y americanos por ir por delante, tener la mejor tecnología y llegar el primero a la luna, que fue una de las épocas más fértiles y creativas y en la que se basa gran parte del progreso tecnológico que hoy nos parece "normal".

El presidente John F. Kennedy, en su famoso discurso de 1961 ante el Congreso lanzó a los Estados Unidos de lleno a la carrera, y durante 15 años la NASA lideró un conglomerado de industrias privadas que, a través de concursos, luchaban por conseguir los proyectos para desarrollar las nuevas tecnologías y elementos necesarios. En muchos de los avances y tecnologías que hoy son de uso común estan las necesidades y requisitos de las naves y los astronautas (no hay que olvidar que la NASA ápostó por los programas tripulados y la intervención del hombre), y muchos de los brillantes ingenieros de la NASA y otras empresas siguieron siéndolo en sus cometidos posteriores.

Lugares como el MIT, el Jet Propulsion Laboratory, los Bell Laboratories, Grumman, Lockheed-Martin, McDonnel Douglas, por citar solo algunos tuvieron la suerte de poder recoger y continuar la labor de muchas de estas personas que intervinieron en la NASA y que se distribuyeron entre empresas y universidades cuando, a partir de 1977 se canceló el Programa Apollo y se redujeron drásticamente los fondos disponibles.

Durante años, la NASA apenas si hizo que mantenerse con misiones de claro corte científico, pero poco rédito popular, como las sondas del espacio profundo e incluso hoy, parece persistir esa sensación de despilfarro o poca utilidad con cualquier tema relacionado con las naves tripuladas. Por su parte los rusos, con menos presupuesto, pero no menos presión, emplearon la estrategia de seguir utilizando lo que sabían que funcionaba y trabajar en el control remoto y la automatización, y así hoy en día las viejas cápsulas Soyuz y Progress siguen llevando y trayendo personas y equipo a la Estación Espacial Internacional. Con un diseño de hace más de 30 años, estos "seiscientos" del espacio siguen sirviendo hoy porque los nuevos proyectos no acaban de salir adelante.

Ciertamente, hay muchas sombras en la carrera espacial y siempre se ha criticado la total falta de sentido que tiene el hecho de competir por el espacio y no sé si somos totalmente conscientes de la cantidad de presión política y, por que no decirlo, también popular, que hubo en aquella época y de la ingente cantidad de dinero que se inyectó para conseguirlo y de que existe una parte considerable de la población que piensa que el espacio es sólo una manera de derrochar un dinero que sería más útil en otros lados.

No es fácilmente explicable que los Estados Unidos, Rusia, la ESA europea, Japón, China o la India, tengan programas espaciales propios y no exista apenas colaboración que permita abaratar los lanzadores, unificar y estandarizar las naves y optimizar los recursos mundiales en este ámbito. (Se me viene a la cabeza el ejemplo del CERN dónde más de 50 estados colaboran en desarrollar un proyecto a escala mundial de mucho menor calado popular).

A pesar de todo, me sigue fascinando como ejemplo de la capacidad humana para generar recursos y soluciones cuando las necesidades son lo suficientemente fuertes y en ese sentido, la facultad de la sociedad norteamericana para aunar lo público y lo privado es ejemplar, a pesar del trasfondo de intereses personales, políticos y empresariales. Por mucho que se haya criticado el dispendio, lo cierto es que el resultado ha sido una sociedad mejor en muchos sentidos. La conjunción de mentes brillantes, alta motivación, dinero y presión política y social puede hacer milagros.

Si hemos sido capaces de hacer algo así sólo para satisfacer algunos egos, ¿no vamos a ser capaces de hacerlo para resolver los problemas que son verdaderamente importantes?.

 

viernes, 10 de abril de 2009

Efecto magdalena.

- Eso es el "efecto magdalena".
Al principio me quedé con cara de no entender, pero luego caí en lo de la magdalena de Proust.
- Lo que dices es más bien el "dejà vu".
- No, -insiste-, el "dejà vu" es tener la sensación de que algo ya lo has vivido antes. El "efecto magdalena" es cuando algo te hace recordar una situación similar, que pasó cuando eras pequeño, por ejemplo.

Mientras intentábamos ver la procesión del Cristo del Amor y la Paz cruzar el puente romano de Salamanca, en medio del frío y la gente, con la noche ya caída, se me agolpan las imágenes de otras procesiones vistas en Segovia, en la Plaza para que no se hiciera mucho de noche, con los pies helados porque a los niños no nos dejaban jugar o echar unas carreras para entrar en calor.

Mi abuela con el velo tapando la cabeza y mi abuelo, fumando, con la boina y la bufanda bien apretadas y su mano grande calentando la mía. Mis tías hablando con mi madre en voz queda y mi padre con los hombres, más atrás, charlando también en voz baja, con caras sonrientes y mi tío Toño, recién venido de Alemania, con esos pantalones campana que escandalizaban a mi abuela.

Cuando acababa la procesión nos íbamos todos a casa de los abuelos, al lado de la Plaza, y la abuela nos sacaba bollos y gaseosa de naranja para los pequeños en la cocina y cervezas, vino y rajas de ese chorizo grueso casero, para los mayores, en el saloncito. Mi abuela y las mujeres yendo y viniendo a la cocina y las voces de los hombres hablando alto y riendo.

Después nos metíamos en el seiscientos que estaba helado y mi padre decía que había que esperar a que se calentara para poner la calefacción, con una palanquita que había en el suelo en la parte de atrás. Y cuando llegábamos a casa, como ya casi habíamos cenado en casa de la abuela, nos tomábamos un vaso de leche con una magdalena de Remigio, el panadero, y nos íbamos a la cama.

- Lo dices por las magdalenas de Remigio.
- Claro, hombre.

martes, 17 de marzo de 2009

Hacia lo más alto.

Esta vez no se anda con chiquitas y Francisco Monedero emprenderá el asalto al Everest. No se puede menos que admirar a Paco por su tesón y presencia de ánimo y por esa constancia de hormiguita que le hace conseguir que muchos pocos hagan un mucho y que la colaboración de muchos segovianos le suban a hombros, al menos hasta el campamento base.

Desde allí, mirará la cumbre la noche antes del asalto y, mientras se toma un te caliente, pensará en la emoción que sintió al coronar el Gasherbrum II; luego en los cien metros que le faltaron para el Cho Oyu, y después se dirá que la montaña sólo es esfuerzo y que cumbres mucho más difíciles ha superado en la vida, de esas que siempre se suben sin oxígeno.

Paco conoce el éxito de hacer cumbre y lo que es mejor aún, conoce bien lo que es no coronar, -que no significa fracasar, porque sólo fracasa quien no lo intenta- y estoy seguro que cuando prepare el material, y coloque cuidadosamente en la mochila las cenizas de su hermano Curro, bien arropadas entre las banderas de sus patrocinadores, sólo tendrá en la cabeza llegar arriba, para llevar a su hermano hasta lo más alto, casi, casi, al cielo mismo.

Seguro que desde allí se ve hasta Segovia, por lo menos.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Gracias, Antonia.

Hola Antonia:
Me llena de esperanza que después de cinco años de añorar a tu hermana, de tener los ojos llenos de lágrimas a todas horas, hayas tenido la presencia de ánimo de escribir la carta que hoy publica El País.
Esperanza por tí, porque tú misma comprendes que, después de tocar fondo, estás remontando hacia tu propia vida, aunque nunca será completa sin tu hermana y eres capaz de decir, sin amargura ni verguenza, que sigues necesitando nuestra ayuda.
Esperanza por nosotros, los que no lo sufrimos en nuestras carnes, a los que no nos alcanzó la onda expansiva, pero a quienes nos golpearon las terribles imágenes, los gritos de los familiares, las lágrimas de la Reina, que eran las nuestras. Porque el reconocimiento de la comprensión y apoyo que los españoles de a pie hemos tenido con las víctimas ha hecho posible que hoy veas por fin esa esperanza brillar en tu horizonte.
Todavía queda mucho por hacer, no sólo porque el apoyo, el cariño y la comprensión siguen siendo necesarios, imprescindibles, también porque todavía quedan algunos, espero que cada vez menos, que no han comprendido cuán grande es su extravío y el inmenso daño que siguen provocando.

viernes, 6 de marzo de 2009

Extraños en casa.

Para muchas personas extranjeras que llevan tiempo viviendo en España se está convirtiendo en un auténtico reto continuar aquí y algunas, no pocas, se están planteando, o ya lo han hecho, volver a su país de origen y, sin duda, ello tendrá consecuencias muy diversas. Personas y familias que llevan, quizá, años viviendo en España (y a pesar de la endogamia a la que siempre se tiende cuando se está en un país extraño para aliviar el choque cultural e idiomático), con mayor o menor arraigo, verán de pronto rotos sus vínculos con el entorno social en dónde han vivido y tendrán que adaptarse a uno nuevo.

Aunque se haya mantenido el contacto, el país que abandonaron hace años ya no existe, habrá cambiado y no pocos de los casos el cambio habrá sido sustancial. Sobre todo los jóvenes, tendrán que volver a crear relaciones, adaptarse a otros esquemas culturales, al idioma, a otras sociedades quizás menos permisivas, con otros códigos morales, otras opciones de entretenimiento y diversión. Tengo conocidos que proceden de regiones rurales de Bulgaria, del atlas marroquí, de zonas industriales de Polonia, o de Chicago y cuando lo comentamos, todos ellos tienen parecidos temores, matizados en mayor o menor medida por las diferencias entre los países. Las circunstancias en las que muchos van a regresar a sus países, en paro, sin apenas ahorros, añaden, desde luego, angustia en grandes dosis, no importa su grado de cualificación profesional.

¿Qué pensaban los españoles que volvían de Suiza, de Francia, de Alemania?. Puedo imaginarme lo que pensaba mi tío cuando volvía de Hamburgo a mediados de los 70 con unos pocos marcos en el bolsillo. Tengo muy presente el recuerdo de mi abuela deshaciendo la maleta y enseñándome entre sorprendida y escandalizada los pantalones "de campana" que traía mi tío en el equipaje, mientras saboreaba un poco de ese chocolate belga, tan bueno, que sabía a pecado. Recuerdo su añoranza cuando estaba fuera, pero también recuerdo su mirada extraña al pasear por Segovia, nada más volver.

Sin entrar en honduras sociológicas, el retorno de la inmigración española supuso un soplo de aire nuevo en todos los sentidos: divisas que reforzaron la economía; personas con visiones y experiencias más amplias y acostumbradas a otros modos y costumbres. Para quienes nos dejen ahora, no importa cuál sea el país que se trate, el choque cultural estará presente en mayor o menor medida. El alto ejecutivo de la multinacional, el obrero sin cualificar, el profesional de oficios, la empleada de hogar, todos se encontrarán con una sociedad que es al tiempo la suya y una extraña.

Estarán acostumbrados a un nivel de protección social que ahora no existe en su país o se chocarán con no poder salir de noche a dar un paseo de cañas con los amigos. Volverán a hacer las comidas que añoraban y a las que habrán incorporado ya sin remedio la tortilla de patatas o cualquier otra receta española, o de otro país. No importa dónde sea, intuyo que su vuelta tendrá, a medio plazo, efectos apreciables sobre el conjunto social al que se reintegran.

Las expectativas y exigencias tenderán a igualarse y lo harán sobre el nivel más alto. Quién, por ejemplo, tuvo mejor protección social en España, pedirá tenerla en su país; quien disfrutó de tranquilidad y seguridad, querrá poder disponer de ella también en su ciudad natal y, espero, que todo ello genere una leve corriente que lleve las personas de todo el mundo a mezclarse suavemente.

Un aliento más para la Aldea Global.

jueves, 5 de marzo de 2009

El Real Judión del Real Sitio.

Un par de buenas noticias de La Granja, mejor dicho, del Real Sitio, que así han decidido que se van a llamar en adelante. Me parece muy acertado el cambio de nombre, que hace justicia al espíritu granjeño de ir hacia arriba, como Luis Alonso, cuando entrena corriendo por las cuestas de Navacerrada. La otra es que se van a arreglar las huertas en dónde se cultiva su majestad el Judión de la Granja, que tiene hasta su página en Wikipedia, (la verdad es que quien no tiene ya su página en Wikipedia es porque, todavía no se ha puesto a ello).

Los judiones saldrán seguramente beneficiados de las mejoras urbanísticas y de riego, y la zona ganará en accesibilidad y prestancia, aunque a mi me resulta muy atrayente la zona tal y cómo está ahora, con un punto entre salvaje y rural. Cada vez que paseo por los caminitos ahogados por las zarzas y la hiedra y con las matas de judías estirándo los zarzillos como si quisieran atraparte, la sensación es de estar en el polo opuesto del Real Sitio.

Allá dónde no van los reyes ni los príncipes, dónde campa a sus anchas el pueblo llano, el campesino que redondeaba su sustento quitándole a Isabel de Farnesio, esposa de Felipe V, "el animoso" las habas con las que daba a comer a sus faisanes reales y aprovechándolas primero quizá como forraje y luego para el puchero propio. Supongo que el judión, -que al parecer originariamente era de color negro-, pasó por un proceso de vulgarización y con la aclimatación, entró en las casas del pueblo, era fácil de cultivar y almacenar y, siendo legumbre, alimenticia y agradecida a poco que se le añada al guiso.

Me parecer estar viendo a algún segundon de la corte comentar al rey el estupendo guiso que ha comido en casa, hecho por una cocinera del pueblo con las judías que cultivan en los huertos campesinos y los ojos del rey al exclamar sorprendido: ¿con las habas de los faisanes?. Supongo que al segundon le faltó tiempo para llevar un puchero a la mesa del rey y que éste se relamió, como hacen los turistas en la mesa de Duque los domingos después de pasear por los Jardines del Palacio para reponer las fuerzas perdidas al subir al Mar.

Si el judión pasó así a ser alimento real, las huertas han conservado su espíritu popular gracias al obstinado celo de los hortelanos que las cultivan y las riegan con las aguas que sobran del palacio y jardines. Ahora las adecentan, para que el Rey pueda, al fin, pasear entre ellas y ver, orgulloso, cómo medran las habas que antaño, daba de comer a sus faisanes.

sábado, 28 de febrero de 2009

Una gota en el océano virtual.

Cada vez que empiezo a escribir una nueva entrada, siento que tengo la misma sensación que debió tener Carl Sagan cuando veía despegar la sonda Pioneer X camino del espacio portando una pequeña placa con un mensaje en clave para no se sabe quién, una botella con un mensaje lanzada al océano cósmico. Según me dicen otros blogeros, no es una sensación tan rara como pudiera parecer. Para muchas personas, el mero hecho de compartir nuestras reflexiones supone suficiente satisfacción o realización personal y creo que el objetivo de un blog ha de ir más allá de tener tu "diario" en la red, aprovechando las oportunidades que nos ofrece para "publicar".

Un blog no sólo lo construye el autor, se nutre, crece y enriquece con las aportaciones de los lectores y ya sabemos que los comentarios suelen ser escasos. ¿Quiere eso decir que un blog sin comentarios no vale nada?. ¿Cuántas personas leen un blog?. ¿Cuántos de los lectores dejan un comentario?. ¿Es un blog una gota en el océano?

Mi experiencia como lector es que uno tiende a mirar un pequeño grupo de blogs que nos gustan, de la misma manera que siempre leemos nuestro periódico preferido, o vemos las noticias en un canal concreto antes que en otro. Un lector interesado tenderá a ir ampliando su ámbito de lectura y siempre hay lugares que te llevan a otros y por supuesto, todos tenemos nuestros temas de interés y preferencias. Puede que encontremos algunos blogs demasiado “personales”, otros demasiado “profesionales” y otros que sencillamente no nos interesan, a tu pareja le encantan.

Por otro lado, muchos de mis conocidos leen habitualmente varios blogs y sin embargo no escriben comentarios, de la misma manera que no todos se deciden a crear un blog o no les atrae escribir. La nómina de los autores es infinitamente más corta que la de los lectores. Carl Sagan es uno de mis escritores preferidos. En una de sus frases más citadas, afirmó: “Cuando estás enamorado, quieres contárselo a todo el mundo. Por eso, me parece aberrante que los científicos no hablen de la ciencia para el público”.

Cada vez que escribo, siento que estoy lanzando mi nave a un universo del que sólo sé que está ahí y que existe.

 

martes, 20 de enero de 2009

Que duermas bien.

Para Barak Obama hoy será un día intenso e inolvidable, que culminará dos años de esfuerzo y cuarenta y tantos años de lucha por hacerse un lugar en el mundo. Ya lo tiene y se lo ha ganado a pulso porque ha sido capaz de pulsar el corazón de muchas personas que han escuchado esperanzadas sus palabras.
Emocionalmente similar al famoso discurso "I have a dream" de Martin Kuther King, el "Victory Speech" de Obama le hará pasar a la historia como uno de los mejores oradores y su capacidad de comunicación en las distancias cortas, también parece ser abrumadora. (Por cierto, se ha hablado mucho menos del "Concessión Speech" de John McCain, que me parece otro de los parlamentos que todos los políticos deberían estudiar obligatoriamente).
Obama sabe que tiene crédito, y también sabe que va a empezar a perderlo a chorros desde hoy mismo. Cada paso, cada decisión que tome, cada gesto se analizará con lupa, se diseccionarán sus motivaciones y siempre habrá una voz crítica en cada movimiento que haga. El primer presidente negro ha empezado el curso y todos esperamos que, al final nos enseñe las notas y, según las expectativas tendrán que ser buenas, muy buenas, a pesar de que las asignaturas que tiene hacen palidecer: Oriente Próximo; Guantánamo; Irak; la Economía, el Calentamiento Global... Tanto por delante, tanto por resolver, si es que se puede.
Obama estará rodeado de asesores, de compañeros, colaboradores y sin embargo estará más sólo que nunca. Algún presidente dijo que lo peor de serlo es que la cadena se acababa en uno mismo, no hay nadie más a quien llamar, tú eres el último al que le suena el teléfono y todos esperan tu decisión.
Pienso ahora en el torbellino que tendrá esta noche en la cabeza. Cuando haya dado un beso a sus hijas y se meta en la cama esta noche, ¿se abrazará a Michelle y le dirá "estoy asustado"?. ¿Qué le dirá Michelle: "puedes hacerlo y yo estoy contigo?". ¿Apagará la luz y se quedará con los ojos abiertos pensando en lo que hará mañana?. ¿Conseguirá dormirse enseguida o se rebullirá sin poder conciliar el sueño?.
Duerme bien Barak, te necesitamos descansado, de momento, durante los próximos cuatro años.

miércoles, 14 de enero de 2009

La Fuentecilla

Hace tiempo que tenía la inquietud de crear un espacio personal en la Red, en dónde poder dar suelta a mis intereses y opiniones. Llevaba unos días dando vueltas e intentando ordenar mis ideas sin llegar a ninguna conclusión, cuando el otro día venía de andar un rato y pasé junto a la fuente que está en el barrio de La Fuentecilla, cerca de dónde vivo, tan olvidada (a ver si el Ayuntamiento se acuerda) y como suelo llevar mi cámara hice unas cuantas fotos al chorrillo de agua que sale del tubo.

Tengo fotos de distintas fechas y pensé que era curioso que, a veces mucho mucho, a veces poco, pero todo el año tiene un hilo de agua. Lo que llevaba unos días rondando mi cabeza, encajó de pronto y me di cuenta de que en realidad al igual que La Fuentecilla, siempre estamos generando ideas, pensando en algo, disfrutando con una lectura, una música, opinando de una noticia, comentando algo con amigos, aprendiendo algo nuevo en casa, en la calle en el trabajo...

Poco o mucho, siempre hay algo que mana de nosotros y se une a una corriente mayor. A veces se diluye, a veces se pierde, a veces la enriquece, pero siempre es agradable encontrar una fuente dónde poder apagar la sed o simplemente beber un poco.

Así que aquí está mi Fuentecilla. Te invito a beber, espero que la disfrutes.