Mostrando entradas con la etiqueta Crisis. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Crisis. Mostrar todas las entradas

sábado, 26 de mayo de 2012

La Luna y la salida de la crisis.¿Cuánto llegaremos?



Leo la noticia de que Space X, una empresa privada, ha lanzado el primer vehículo privado que se  acoplará con la ISS, Contrariamente a lo que pudiera parecer, lo más importante de la noticia no es la cápsula que llegará a la ISS, que lleva apenas 500 kilos de masa útil, muy poco en términos de utilidad astronáutica, sino el cohete que la impulsa, el lanzador que es capaz de ponerla en órbita.
¿Porqué es importante que una empresa privada sea capaz de desarrollar un lanzador?. Los Estados Unidos, que fueron capaces de llegar a la luna y de construir en la década de los 60 el lanzador Saturno V que lo hizo posible, no tienen hoy un lanzador ni siquiera parecido y sólo los rusos tendrían la capacidad de poner el órbita la carga suficiente para ello, pero ninguno de los dos tienen vehículos capaces de hacer el vuelo a la Luna y menos de alunizar. Sin duda la pregunta es que cómo es posible que hoy, más de 50 años después, hayan perdido esa capacidad.
Dejando aparte las explicaciones políticas o técnicas (para las que me remito al extraordinario blog Eureka de Daniel Marín, al que me confieso adicto), la explicación tiene que ver con el “punto de no retorno”, algo que por desgracia empiezo a ver muy cerca en muchos aspectos de lo que nos rodea actualmente.
Por definición, el “Punto de no retorno” supone una situación desde la cual es imposible recobrar la situación anterior. Es decir si se desmantelan las fábricas, se dispersan los técnicos y se desmonta la infraestructura que hacía posible fabricarlo, por mucho que sigamos teniendo el conocimiento, es totalmente imposible construir hoy un Saturno V con un Apollo y volver a la Luna.
Estamos siendo testigos de los cortes (y “re-cortes”) que se llevan a cabo en aspectos que son clave en nuestro desarrollo como personas y como sociedad: prestaciones, sanidad, educación, investigación, etc. Sin entrar en su necesidad, urgencia o conveniencia, me parece que lo cierto es que en algunas zonas (y me temo que quizás más de las que parece) no podemos estar seguros de que no estemos llegando al punto de no retorno.
¿Cuánto costará recuperar la sanidad pública?. ¿Cuántos investigadores que se verán obligados a emigrar o desistir de sus líneas de trabajo podemos perder sin llegar a ver comprometida nuestra ya de por si maltrecha capacidad de I+D+I?. Y no sólo está ocurriendo en las áreas estucturales, científicas o sociales, quizá lo más preocupante se está produciendo en el seno de las empresas, dónde se está sustituyendo a personas con capacitación, experiencia y talento por otras de bajo perfil simplemente porque son más baratas. ¿Cuánto “Know-How” se puede permitir perder una empresa sin sufrir daño permanente?. Muchas parecen dispuestas a averiguarlo de la peor manera posible: recorto y luego ya veremos cómo salimos de ésta, sin darse cuenta de que llegados al punto de no retorno, ya no hay manera de recuperarse.
El conocimiento, la experiencia y el talento son las tres patas del banco del trabajo bien hecho, que con el esfuerzo, la motivación y el trabajo en equipo configuran la base del éxito empresarial. Ajustar cualquiera de estos factores exige a los directivos de las empresas medir muy acertadamente los efectos que producirán y determinar con gran cuidado cuáles son las líneas que no se pueden ni deben rebasar. 

domingo, 5 de febrero de 2012

Difíciles decisiones.


Hay un ambiente entre el nerviosismo y la incertidumbre en la pequeña sala de reuniones de la empresa, en la que, a pesar de que apenas si son la mitad que el pasado año, se apretuja la totalidad de la pequeña plantilla. El presidente, que también parece algo nervioso, termina de conectar el proyector y empieza a hablar con voz firme. Comenta los resultados del año anterior; no son buenos y ha habido que hacer duros ajustes de personal y reducir drásticamente los gastos. Las perspectivas para el presente ejercicio tampoco son halagüeñas. Todos tendremos que trabajar el doble, afirma, y si no se consiguen resultados, habrá que seguir haciendo ajustes, concluye.

Este resumen de lo ocurrido en una empresa de un amigo, quién con el desánimo en la cara, me lo contaba hace unos días, ilustra por desgracia cómo se está gestionando la crisis en muchas organizaciones. Creo que nadie discute la dificultad de la responsabilidad que supone dirigir una empresa y más en los tiempos que corren. Los cambios constantes; la complejidad de los efectos; su escasa previsibilidad y la profundidad de sus consecuencias, están haciendo tambalearse cimientos que se creían profundos y resistentes. Todas las personas que forman las empresas nos enfrentamos cada día a retos que desafían y ponen a prueba nuestra capacidad profesional para superarlos.

En las empresas, la toma de decisiones se vuelve compleja y angustiosa. Todos miran hacia arriba, esperando que quienes tienen la responsabilidad sean capaces de dirigir con acierto y coherencia. Y éstos confían en que los demás entiendan y asimilen las decisiones aunque sean duras o arriesgadas. Más a menudo de lo que sería deseable, la crítica y la desconfianza se asientan en el colectivo y adquieren tal arraigo que lo envenenan profundamente.

Las decisiones nunca son fáciles y sólo quien las toma, porque es su responsabilidad hacerlo, se equivoca o acierta, y es muy fácil criticar o hacer análisis a toro pasado. Pero no podemos olvidar que los aciertos o fracasos no dependen sólo de cuál ha sido la elección, de hecho me atrevería a decir que la decisión en sí cuenta sólo un 50%. ¿Dónde está la otra mitad?.

Intuyo que el mayor peso lo tiene el estilo de la comunicación, la forma en el responsable transmite su visión y análisis de la situación y de lo que va a cambiar y lo que no. En segundo lugar, la motivación y la confianza que sea capaz de generar en que determinados valores de la organización seguirán manteniéndose, como el concepto de servicio al cliente, el trato al empleado o la apuesta por el talento y la excelencia personal y empresarial.

Lo peor es la falta de confianza y la desmotivación, dice mi amigo. La sensación de ser visto como un gasto del que se prescindirá si es necesario y no como alguien en el que confiar que hace todo lo posible para salir adelante. Si el presidente hubiera dicho que tenemos que trabajar el doble, haciendo más productivo nuestro trabajo y además luchando para que el compañero que se sienta a nuestro lado continúe allí, estoy seguro que todos apretaríamos los dientes y tiraríamos para adelante, apostilla.

Cuando la situación aprieta, consultamos a un especialista financiero, pedimos consejo a un abogado laboralista para gestionar despidos o un ERE y removemos Roma con Santiago para seguir teniendo opciones de negocio y mantener las ventas. También hay asesores, guías, consejos o libros con recursos para afrontar la comunicación y la gestión de las personas en las situaciones de crisis y, sin embargo, parece que a la hora de la verdad, cuando más se necesita echar mano de ellos y aplicarlos con sensatez e inteligencia, en muchas empresas se hace lo contrario y se deteriora o pierde uno de los mayores activos: el colectivo humano.

Transparencia en la gestión; reducir la incertidumbre; plantear medidas y objetivos concretos; luchar por mantener abiertas las vías de comunicación internas; motivar y apostar hasta el límite por el talento y las personas y buscando vías alternativas pueden ser algunas de las claves con las que conseguir que las decisiones lleguen a ser eficaces al 100%.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Gurús o formación.


Hace unos días, mientras estaba en la cola de la conferencia que Emilio Duró impartió en Segovia sobre su idea del “coeficiente de optimismo”, escuché un diálogo que me dejo preocupado. Unos cuantos compañeros de trabajo, hablaban con conocidos de otra empresa cercana y la esencia de la conversación fue más o menos lo siguiente:
- Hoy todos hemos ido media hora antes, para poder salir a ver la conferencia.
- Pues que suerte tenéis. Nosotros estamos haciendo un curso de Excel y por media hora que salimos antes, nos ponen una mala cara que para qué. Y encima es para funcionar mejor en la empresa. Eso si, nuestro jefe está hoy aquí en primera fila.
- Anda, y el nuestro. Ya verás como mañana los tenemos a todos predicando optimismo.
Aunque esa conversación escuchada al vuelo sea anecdótica, parece que refleja bastante bien la situación de muchas organizaciones empresariales, al menos en la parte que se refiere a la desproporción a la hora de juzgar el valor que se confiere a la formación de los empleados y especialmente la que afecta a los procesos esenciales del funcionamiento de la empresa.
No cabe duda que las conferencias de los “gurús” (dicho sea con todos los respetos, sean empresariales, de las redes sociales, de autoayuda, coaching, innovación, productividad, o de otros temas que parecen estar tan en boga), son útiles y no pocas veces actúan como un catalizador que impulsa a realizar acciones o abrir vías de cambio o de mejora. En la mayoría de los casos, habrán potenciado o sacado a la luz ideas o reflexiones que o bien estaban latentes o bien ya se ha habían “cocinado” y es en ese momento el que se percibe como el punto de inflexión dónde se deciden poner en marcha, quizá también porque hacen que seamos más receptivos a utilizar otros puntos de vista. Otra cosa es que ello se traduzca luego en acciones realistas o eficaces.
No es infrecuente que algunas experiencias de cambios en aspectos claves del funcionamiento interno, como por ejemplo un cambio del programa de gestión, se manejen a base de aumentar, a veces exponencialmente, la carga de horas de trabajo para ir aprendiendo sobre la marcha, en lugar de diseñar un plan de formación realista y enfocado a lograr que las personas adquieran la competencia necesaria en el menor tiempo posible con un aumento razonable y programado de la carga de trabajo porque casi todo el presupuesto se ha invertido en adquirir el producto. Si el estudio y el coste de la implantación no contemplan este punto puede que estemos acertando en la elección del mejor ERP posible y que luego tardemos meses en hacerlo funcionar adecuadamente.
¿Gurús o formación?. Ambos, por supuesto, pero teniendo en cuenta que son complementarios. Acciones como las charlas y similares son interesantes e incluso necesarias como detonantes de cambios e impulsoras de innovaciones, pero es una sólida formación la que proporciona la base necesaria para implementarlo.

Para quienes se perdieron la charla:

martes, 22 de noviembre de 2011

¿Qué hay de lo mío?

Ahora que ya se ha aclarado quién va a dirigir nuestro país durante los próximos cuatro años y que el desempleo es la primera preocupación social, política, y por las circunstancias, también personal, quiero aportar algunas ideas que quizá puedan ser útiles al respecto.
La primera y creo que la más importante, es que la gestión pública del desempleo debe cambiar radicalmente de punto de vista. No digo nada nuevo al afirmar que no podemos seguir gestionando el desempleo como un colectivo cuya masa se mueve a golpe de prestaciones, cursos prefabricados o sistemas de cita telemática con semanas de demora, ni siquiera desde el punto de vista de la gestión administrativa interna de los distintos servicios de empleo. Pero no es menos cierto que ni cuando estuvimos en las mejores cifras de desempleo, el sistema de empleo público ha conseguido trascender de su función gestora, salvo excepciones puntuales.
La óptica a utilizar debe ser necesariamente la del desempleado, la de cada uno de los cinco millones que hoy somos en nuestro país, cada una diferente, particular y necesitada de soluciones a su medida. Es hora de que los sistemas de empleo público se conviertan en verdaderos generadores de empleabilidad para las personas que gestionan, en lugar de meros tramitadores de prestaciones o de cursos genéricos y se reconstruyan en un servicio capaz de analizar con detalle el perfil profesional de cada persona y de sugerir, asesorar y proporcionar los recursos y medios para impulsar una trayectoria profesional adecuada a cada una.

El segundo aspecto es el de la formación. Comentaba en la entrada anterior lo difícil que resulta, por ejemplo, cambiar de sector de actividad o lo poco realista que es la oferta formativa existente, que se mueve entre los cursos prefabricados y los vaivenes de las modas profesionales. Hace unos meses, por ejemplo, gran parte de la formación se centraba en los “Community Managers”. La pregunta ya no es si esa formación fue o no exitosa, sino: ¿qué van a hacer, o qué vamos a hacer con todos los CM que ahora están desempleados?.
En mi opinión, hay que partir de un análisis serio y realista de la composición y las necesidades del mercado de trabajo actual y desde allí hacer una extrapolación de las necesidades de empleabilidad a corto y medio plazo, en cuanto a su volumen y en cada sector de actividad. La clave estará, principalmente, en descubrir cuáles serán los perfiles profesionales que se necesitarán y en proporcionar recursos para que las personas cuyas capacidades actuales encajen mejor con dichos perfiles tengan un itinerario formativo que les permita consolidarlas y ampliar sus opciones profesionales.
Eso sí, considerando el concepto "Perfil Profesional" desde una perspectiva más amplia que la simple enumeración de requisitos y experiencia. ¿Porqué los años de experiencia y la preparación adquirida en el sector X no valen para el sector Y?. ¿Cómo puedo o debo compensarlo?. También es frecuente que para empleos de "perfil bajo" se solicite una licenciatura con un MBA y para otros, aparentemente de mayor responsabilidad, sirva con unos años de experiencia. ¿Quién ocupa finalmente ese puesto?. Las empresas que ofertan puestos deberían a su vez, definir claramente los cometidos del puesto y las habilidades requeridas, antes que enumerar un listado de cualificaciones.

Y para ello hay que atreverse a utilizar recursos e ideas innovadoras, como la posibilidad de que determinados profesionales realizasen periodos de trabajo en sectores no afines para adquirir los conocimientos, contactos y experiencia necesarios para desenvolverse adecuadamente en ellos mientras aplican y comparten los conocimientos y experiencias adquiridos. Suele haber una tendencia a focalizarse y especializarse que fomenta la endogamia y por ello, posibilitar la formación cruzada tendiendo a la inmersión en otros ambientes profesionales y no centrarse tanto a capacitar o mejorar las habilidades comunes quizá tenga la ventaja de proporcionar profesionales multidisciplinares, con variados recursos y capacidad para afrontar con éxito cambios sectoriales y de funciones y la adaptación a ese ambiente laboral cambiante al que parece apuntar el futuro.

Por último, la falta de retorno, un apunte que afecta al mercado de trabajo en general y, en especial, a las agencias y páginas web de búsqueda de empleo que ofrecen la posibilidad de optar a los puestos a cuyo perfil más nos acercamos y un seguimiento del proceso de selección. Ninguna ofrece información relevante sobre los motivos por los que una empresa rechaza una candidatura, lo que deja al candidato en la más completa ignorancia e indefensión sobre sus posibilidades profesionales.
Bien es cierto que quienes las sufragan económicamente ,anunciantes aparte, son las empresas que buscan profesionales, pero quienes las sustentan y por quienes realmente existen son los candidatos. Pues bien, en la práctica totalidad de los casos, éstos se quedan sin conocer las razones por las que su candidatura es rechazada, y sin retorno alguno de información; todo lo más se recibe un escueto: “su candidatura ha sido rechazada”, cuando este feedback es fundamental para que el candidato obtenga información relevante que le permita analizar si su comportamiento en el mercado laboral como demandante de empleo es el más adecuado, como su posición en el mismo y averiguar si necesita potenciar, mejorar o adquirir algunos de sus aspectos profesionales o capacidades.
Es imprescindible, pues, que las plataformas web se pongan como objetivo proporcionar el mayor retorno posible, entre otras medidas, haciendo que se haya de indicar claramente los motivos de un rechazo, que pueden ser tan simples como no cumplir el perfil solicitado por la oferta, que haya candidatos mejor cualificados o mucho más complejos, y dando a las empresas la posibilidad de sumar información complementaria e incluso realizar sugerencias al candidato que le sirvan para mejorar su presencia y valía profesional. De esa manera los demandantes podrían analizar el feedback, reorientar sus búsquedas e iniciar acciones para mejorar sus perfiles.
Ponerse en la piel del demandante y ofrecerle recursos e información de calidad para comprender mejor los requerimientos del mercado laboral y en qué posición está situado profesionalmente enriquecerá exponencialmente la relación empresa-plataforma-candidato y ayudará a generar profesionales mejor posicionados que encajen mejor con las demandas empresariales y a éstas a orientar adecuadamente a aquellos para el mismo fin.
Por último, una reflexión para quienes sumamos las áridas cifras del desempleo. No caigamos en el error de pensar que estamos en una órbita distinta que la del mercado de trabajo. Si algo nos ha enseñado el 15-M, es que podemos generar como colectivo e impulsar individualmente tendencias que sirvan, en este caso, para modificar en clave positiva las políticas públicas de gestión del empleo y también en las agencias y las plataformas privadas y con ello contribuir positivamente a la recuperación.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Empezar en blanco.

Mirando hacia atrás, veo un año duro y difícil en el que el trabajo diario no me ha dejado espacio ni tiempo material, no ya para reflexionar y analizar lo que va ocurriendo, sino para sentarse a compartirlo a través del blog. Ya he comentado en otras ocasiones que escribir en el blog es también una actividad que me ayuda a ordenar, estructurar y enriquecer las ideas, pero un año sin entradas en el blog es tanto tiempo que ahora me parece increíble que haya pasado tan deprisa.
Si a un año largo de una actividad profesional extenuante, a la que se suma un final amargo por la imposibilidad de conseguir los resultados deseados, añadimos un ambiente que no incita precisamente al optimismo y a ser positivos, no es de extrañar que tenga la sensación de que ha sido un año en blanco, al menos en lo que al blog se refiere.
Desde luego no es que el año haya pasado sin hacer nada. Otros temas han absorbido mi atención durante este año. Además del cometido profesional, la preparación de una investigación en Socorrismo que he venido desarrollando durante los últimos años y que presenté en la 2011 Lifesaving Conference de Dublín el pasado Septiembre y otros proyectos relacionados, como el desarrollo de un nuevo texto docente para la Escuela Segoviana de Socorrismo, que todavía está en proceso, han ocupado la mayor de mi tiempo y esfuerzo. En realidad, han sido un agradable interludio en las reflexiones sobre el mundo empresarial que tantos quebraderos de cabeza nos están dando en los últimos meses, o quizá debería decir en los últimos años.
Segovia, por centrarme en lo más cercano, no es ajena a la tónica general y en algunos aspectos está mejor y en otros peor que el resto. Algunos de mis antiguos colegas de trabajo llevan más de dos años sin encontrar no ya un trabajo adecuado a su perfil, siquiera un empleo. De los emprendedores a los que asesore como Agente de Innovación en la FES, estimo que alrededor de un 40% han tenido que abandonar su aventura empresarial por falta de resultados; un 30% tienen serias dificultades y tan sólo un 40% están consiguiendo mantener sus negocios mejor o peor (y, hay que decirlo, algunos bien o muy bien) a base de trabajo, ingenio, agilidad y más trabajo.
Mucho más me preocupa, porque lo sufro en carne propia, la poca perspectiva que se aprecia respecto a las personas desempleadas y a lo que contribuye negativamente la anodina oferta de formación que, salvo excepciones, existe en Segovia y también a nivel general. Está claro que el sistema nacional de empleo y su correspondiente autonómico, ni dan abasto a atender y gestionar el ingente número de parados, solo hay que ver el creciente número de quejas por el funcionamiento del sistema de cita previa para prestaciones, ni parecen tener tiempo para gestionar los perfiles profesionales y encauzarlos adecuadamente. Sugiero una simple mirada al cuadro siguiente para que nos demos cuenta de hacia dónde se han ido agrupando los porcentajes. Muy sencillo: hacia los parados de larga duración.

Fuente: INE Encuesta de Población Activa 2011-2005
Hace unos días, comentaba con Álvaro, un compañero de trabajo, la dificultad de cambiar de sector económico o de encontrar trabajo en una actividad en un sector profesional diferente al que se ha trabajado en los últimos años. Aunque las habilidades necesarias sean las mismas y tengamos competencia suficiente, no es menos cierto que, al menos a partir de ciertos niveles profesionales, la clave no son las competencias, sino el conocimiento del sector, los contactos profesionales y la capacidad de resolver con éxito, en base a la experiencia profesional previa, los problemas cotidianos. No es raro que para los puestos se pida y se valore, opino que en demasía, "experiencia previa en puestos similares".
Sin embargo, la formación se sigue centrando en "capacitar" a las personas en las habilidades y competencias propias de determinados perfiles profesionales, -que por otra parte es sumamente necesario-, y se olvida de proporcionar los recursos que confieren valía profesional en el mercado de trabajo: contactos sectoriales, experiencia profesional directa y conocimiento de la realidad diaria de los sectores: clientes, proveedores, relaciones de valor, etc. algo que puede hacerse de muchas maneras: mediante prácticas en empresas, contacto con profesionales del sector, asistencia a ferias, etc.
En mi vida profesional he cambiado en tres ocasiones de sector profesional y en todas he tenido que aprender desde el principio, cogiendo la escoba y barriendo la casa, a desenvolverme en el sector. Bien es cierto que uno nunca empieza en blanco porque si se aplica a fondo a conocer lo nuevo y se tiene la habilidad de aprovechar lo aprendido en la vida profesional para detectar las necesidades y requisitos del nuevo desempeño con humildad y empeño, casi siempre se sale adelante.
Al igual que en otros aspectos hay que exigir que, desde nuestros gobernantes a los técnicos que están al pie de la calle y del día a día, sean capaces de dar un giro radical a las políticas de empleo e implementen acciones efectivas que las impulsen y, también, concienciarnos de que como trabajadores, debemos ampliar nuestras perspectivas profesionales y conocer nuevos sectores y cometidos profesionales, lo que sin duda nos aportará valor en el mercado de empleo.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Ponte música y sal a correr.

El viernes tuve el privilegio de participar como invitado a la Mesa Redonda del II Encuentro de Emprendedores patrocinado por Caja Segovia y organizado con tanto interés y cariño por Lola Romero, una persona indispensable su apoyo a los emprendedores segovianos durante los últimos años. Resultó emocionante ver a tantas personas explicar sus proyectos con tanta energía y pasión hablando de sus negocios y la mesa redonda sirvió quizá para que los invitados recopilásemos nuestras experiencias en torno al emprendimiento. Me parece interesante recoger el pequeño resumen que había preparado, y que se enriqueció enormemente con las aportaciones de mis compañeros de mesa, en la idea de que sea una ayuda para quien se está planteando iniciar un negocio propio o ya lo ha iniciado.


A mi modo de ver, lo primero que un aspirante a emprendedor debe hacer es un ejercicio de introspección y averiguar si tenemos el cuajo suficiente para abordar todo lo que supone montar un negocio propio y si estamos dispuestos a asumir todo lo que ello implica. María Coco apuntaba la importancia de haber vivido en una familia de emprendedores y también que hay caracteres que de por si son emprendedores, aunque también se puede aprender a ser emprendedor. Según eres como persona es el mejor termómetro de cómo serás como emprendedor. Si no lo sientes, no pasa nada, puede que tu seas mejor en otras funciones y las empresas están deseosas de contar con "emprendedores internos", y cada vez más valoran a personas con iniciativa y empuje.

En segundo lugar, buscar apoyos y utilizar todos los recursos de ayuda y asesoramiento disponibles; integrarse en las redes de apoyo al emprendedor y en grupos de emprendedores, insistir, preguntar y exprimir al máximo todas las opciones y facilidades que podamos obtener. Asistir a cursos de emprendedores que nos ayuden a afinar nuestra idea de negocio, crear nuestro plan de empresa y a analizar los aspectos que se nos escapan. Controlar el gasto, utilizar tácticas de “economía de guerra” y utilizar sólo los recursos que sean necesarios, creando estructuras que puedan redimensionarse con facilidad.

Todo ello nos ayudará a crecer como emprendedores y empresarios, descubriendo los puntos en que necesitamos mejorar y trabajándolos de forma activa, convertirnos en profesionales y posibilitando que podamos crear una base sólida, rodeándonos de personas valiosas que nos complementen y enriquezcan. Es interesante que todos los emprendedores que formaban la mesa redonda empezaron un negocio en singular y ahora, poco tiempo después, casi todos cuentan con empleados que forman parte del valor de su empresa.

Centrarse en el corazón de la idea de negocio. A veces es difícil de adivinar con certeza antes de arrancar si estamos acertados al respecto, pero en cuanto se inicie lo descubriremos con facilidad y podremos reorientarla o afianzarla. Innovar, mirar hacia delante y ser valiente con los pies en el suelo. Los emprendedores que arrancan en Segovia lo hacen pensando en desarrollar su negocio aquí, pero la realidad es que casi todos acaban encontrando negocio (y la mayoría de las veces, muchísimo más) fuera de Segovia. Audacia Comunicación, Iberzal.com o la Alquería de Segovia relataban la dificultad de abrirse camino y lograr la suficiente confianza para lograr encargos, precisamente de aquellos por los que el emprendedor está apostando, los propios segovianos. Se hace muy duro romper las barreras de entrada cuando además concurre la desconfianza en la capacidad del emprendedor.

Por ello es tan importante que entre los emprendedores de Segovia se haya creado una red, aunque todavía sólo ligeramente tejida. Es muy probable que tu primer cliente sea el emprendedor de al lado porque será el que sí que confiarán en tu proyecto, porque te entiende y su apoyo es, al tiempo, un apoyo para él mismo. Angel Luis Llorente utilizó el término “co-competencia” refiriéndose a que trabajar de modo conjunto en determinados proyectos es una manera de enriquecer a las dos partes y posibilitar que ambos sobrevivan en tiempos difíciles.

Plantearse que el futuro empieza hoy mismo y que obtener beneficios a corto plazo, sin el horizonte de varios años que predican en los cursos de emprendedores es otro excelente consejo de los emprendedores más avezados, ¿porqué no obtener beneficios el primer año?. También hay que tener muy claro cual es el punto de no retorno donde debemos crecer y cómo lo haremos. Más que pensar en un horizonte cercano, poner la vista en dónde queremos estar, por ejemplo, dentro de cinco años, y marcarnos unos hitos claros que nos vayan ayudando a conseguir nuestra visión de futuro desde el primer día.

Más difícil es saber qué marca el momento de abandonar. Cristina Torres explicaba que experiencia de La Linterna de Segovia nunca la había considerado como un fracaso, simplemente supo que era el momento de dejarlo y emplear el esfuerzo en otra cosa. Cuando los números no cuadran puede que sea fácil decidir, pero ¿y cuando la idea ya no te llena o el camino se ha desviado demasiado de la primera visión?. No son pocos los empresarios que, años después, con una posición consolidada, vuelven a retomar su primera visión, su proyecto primario.

A pesar de que siempre insisto en que no hay recetas milagrosas, ésta sí es una en la que todos coincidimos tanto en su eficacia como en que debe usarse a menudo, y que resumo con un consejo que citaba Iñaki Berzal: “cuando tengas que pensar, ponte música y sal a correr”. Los que me siguen en este blog saben que el dedicar tiempo de calidad para pensar es algo en lo que insisto a menudo y los estudiosos del cerebro saben que cuando uno se distrae haciendo cosas que le gustan o le relajan, como puede ser el correr, nadar, leer, ver una película o dar un paseo con los tuyos, facilita que los procesos mentales inconscientes trabajen y den paso a que la intuición nos ayude a abordar con éxito los retos.

Por último, contar con el espacio personal. El emprendedor, decía Iñaki, no es libre, está preso de su idea y ello puede convertirse en un lastre personal inasumible. La vida sigue adelante mientras luchamos por nuestro negocio y tenemos amigos, familia, parejas, hijos. No quiero dejar de añadir que, además de las dificultades, por desgracia muy reales que las mujeres tienen a la hora de emprender y como hombre, creo que no soy capaz de apreciar en su totalidad lo que supone el largo proceso de ser madre y empresaria y siempre me siento estimulado por la energía que despliegan a pesar de todo, o quizá debería decir precisamente por el hecho de serlo. Nuestra vida personal es la base que sustenta nuestro equilibrio como persona y como emprendedor y no puede sustituirse por nada.

lunes, 25 de octubre de 2010

Un Camino por recorrer.


A lo largo de los últimos seis sábados, he participado en las Jornadas del Camino de Santiago a su paso por por Segovia, tan estupendamente organizadas por la Diputación Provincial. El Camino de Santiago de Madrid, (como se conoce el tramo que va desde la capital del reino hasta Sahagún, donde enlaza con el Camino Francés) cruza la provincia desde la Fuenfría pasando por Segovia, Zamarramala, Valseca, Los Huertos, Añe, Pinilla Ambroz, Santa María la Real de Nieva, Nieva, Nava de la Asunción, Coca y Villeguillo.

Además de disfrutar con la actividad, el paisaje, la compañía y colaborar con la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Segovia, las horas de caminata dan para mucha charla y han surgido algunas interesantes sobre la importancia del Camino para Segovia y la trascendencia que está empezando a adquirir en los últimos años, como bien conocen la Diputación y otras organizaciones de dinamización zonal, como Aidescom o Segovia Sur.

¿Es el Camino una oportunidad para Segovia?. Lo cierto es que en otras zonas el Camino es un elemento que genera un importante movimiento social y económico que, además de un atractivo de primer orden, supone un impulso al desarrollo local y comarcal y contribuye a evitar la despoblación. En Segovia, además de los albergues que tímidamente, pero con fuerza, están surgiendo al amparo público desde el impulso de personas entusiastas, como en Nava de la AsunciónCoca o Villeguillo, otras iniciativas privadas empiezan a sacar partido del lento goteo de peregrinos que vienen de Madrid buscando dónde pernoctar. El Albergue de Santa María la Real de Nieva es un excelente ejemplo, y varias casas rurales que de pronto se han dado cuenta que están situadas en las inmediaciones del Camino, han empezado a considerar al peregrino como lo que es: un cliente que no gasta demasiado, pero que tampoco exige más que lo justo y que es siempre agradecido y difunde los lugares dónde es bien tratado.

Desde luego, el Camino no es ni la panacea ni la solución para muchos pequeños negocios que sobreviven duramente en nuestra provincia, pero puede que sea la gota que suponga la diferencia entre sobrevivir y tener que abandonar algunas iniciativas y desde luego, el boca a boca del peregrino, amplificado hoy por Internet, las redes sociales y las páginas de información del Camino, cada vez más influyentes y completas, puede ayudar de un modo decisivo a potenciar su interés tanto para los habitantes de Madrid y sus alrededores (hay madrileños para todo, apuntaba un compañero de andadura) como para el creciente número de personas, nacionales y extranjeras, que quieren completar los múltiples caminos que recorren la geografía española rumbo al Obradoiro.

¿Merece la pena invertir en el Camino segoviano?. Sinceramente creo que si, y que debe haber una combinación de iniciativa privada y respaldo público. Y quiero añadir un apunte que me preocupa: realmente, me parece cuando menos curioso que, durante gran parte de su recorrido, el Camino discurra casi paralelamente, sin juntarse, aunque cruzándose en algunos puntos, con la antigua vía férrea Segovia-Medina del Campo, desmantelada ya hace más de veinte años y de la que se lleva casi los mismos hablando de crear la via verde Valle del Eresma. Además de que se han abandonado infraestructuras de la vía, como las estaciones que podrían haberse aprovechado para crear albergues, alojamientos u otros equipamientos, hemos perdido veinte años. ¿Cuántos más seguiremos perdiendo si no hay nadie que lo impulse?.

Al igual que en el caso del Camino, que se mantiene, entre otros apoyos, gracias a la impagable labor de los integrantes de la Asociación de Amigos del Camino de Segovia y de otras provincias, que además de repintar las flechas amarillas, mantienen vivo el entusiasmo y el espíritu peregrino, es imprescindible que todos empecemos a apostar fuerte por revitalizar Segovia a través de este tipo de iniciativas que tienen valor añadido en sí mismas y no es necesario dotarlas de contenido, puesto que lo llevan implícito y lograr que, en lugar de una rémora y un olvido, sean motores (y no importa si son pequeños o grandes) que nos impulsen hacia el futuro.

lunes, 6 de septiembre de 2010

La fortuna de ser audaz.


Audaces fortuna juvat, la fortuna ayuda a los audaces, esta famosa cita del filósofo romano Publio Virgilio la utilizamos a menudo cuando queremos dar a entender que quien asume riesgos es el que obtiene beneficios. Aunque ser audaz en muchas ocasiones conlleva incomprensión o envidia, lo cierto es que sólo quienes se deciden aciertan o se equivocan y es la decisión lo que quizá distingue al audaz.

Audacia y osadía no son lo mismo, aunque hay quienes afirman que la línea que las separa es muy tenue, yo más bien creo que distan un largo trecho. Entre ser audaz y ser osado hay la misma diferencia que entre la genialidad y la locura, o sea, la inteligencia. El audaz, además de inteligente, ha de ser reflexivo. Piensa y sopesa, valora y compara para tomar la mejor alternativa. Y la mayoría de las veces es un camino que hay que abrir, innovador, complementario o paralelo que cuando vemos pensamos ¿y cómo no se me ocurrió a mi?, o bien: ya se me había ocurrido, pero.... El pero es que no nos decidimos, ese el el problema.

No hay nada malo en decidir que no. A diario hablo con personas que no acaban de decidirse a arrancar un negocio; aprobar un pedido; tomar una vía alternativa. Y por supuesto que muchas han reflexionado y sopesado los pros y los contras y deciden no hacerlo porque el resultado del análisis no les empuja. Hacer lo contrario, es decir, lanzarse cuando todo está en contra, sería una osadía o una locura.

Si algo distingue a los audaces, es que cuando los escuchas entiendes perfectamente que su decisión es la más acertada para ellos y sus circunstancias y que aunque haya otras alternativas, suele estar bien fundamentada, basada en un análisis, que a menudo no se hace del todo conscientemente, como Punset tan bien explica, pero que es totalmente válido. Por definición, el audaz tiene los pies en el suelo, es consciente y respeta los límites de su análisis; sabe cuándo roza la osadía y debe parar o retroceder. Está convencido de lo que hace y lucha por conseguir sus objetivos. Como dijo Jackson Brown, lamentaremos más lo que no hicimos, que lo que sí llevamos a cabo.

Lo que quizá no nos demos cuenta es que la fortuna no siempre sonríe y que las lágrimas están presentes en el proceso en igual o incluso mayor proporción y que ambas son inseparables, vienen en el mismo paquete como se suele decir. Por ello tienen todavía más valor y me merecen respeto y admiración todos aquellos que, a pesar de que la realidad les encoja el estómago, deciden emprender aventuras empresariales y personales, tantas veces interconectadas, con la alegría puesta y el ánimo dispuesto a seguir adelante.

Redes 4: La Intuición no es irracional.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Pararse para no parar.

Los últimos datos del paro en Segovia, aún habiendo descendido en el mes Julio un 3,66%, siguen arrojando cifras estremecedoras: 9.190 personas están desempleados, 7.973 hombres y 3.936 mujeres, es decir, aproximadamente el 6% de los segovianos no tienen empleo y son 1.699 más que el paso año por estas fechas.
 Cifras de Paro Julio 2010 en Segovia

Cifras de Contrataciones hasta Junio 2010 en Segovia


Fuente: Servicio Público de Empleo Estatal.

 Creo que merece la pena analizar los indicadores con cierto detalle, puesto que los números y su distribución según los sexos y las áreas de actividad, junto con las cifras de contrataciones de la provincia, pintan un panorama de cómo la situación actual está influyendo sobre las áreas de actividad económica de nuestra provincia y dónde podemos encontrar las áreas en las que las se debe incidir con mayor intensidad.

Es evidente tanto que la actividad económica como el desempleo se centran especialmente en el sector "Servicios", denominación que en Segovia tiene un calado tan amplio que puede dar lugar a interpretaciones muy diversas. Sería deseable tener un mayor detalle de estas cifras que desglosaran, por ejemplo, comercio, hostelería o turismo del resto del sector lo que proporcionaría datos más objetivos sobre el "metabolismo basal" de nuestra provincia y cuáles son las fuentes de movimiento económico reales que no dependen de las fluctuaciones del turismo. De cualquier modo, y aunque las cifras de negocio no se correspondan en su magnitud con los datos de empleabilidad, está claro es que el sector Servicios mueve casi el 80% de las cifras de contratación y sufre más del 50% del desempleo. Es lógico que los cursos del Ecyl se dirijan principalmente hacia este sector y cabe esperar que éste servicio que tiene información de primera mano actúe sobre las actividades profesionales con mayor demanda.

Un vistazo a la gráfica estadística del desempleo, nos sitúa en un escenario básicamente idéntico al de los dos años anteriores, por cuanto la gráfica es similar. Y ello tiene que alertarnos puesto que el segundo semestre es un periodo en el que situaciones estadísticamente parecidas se ha producido un incremento del paro, lo que indica caída en la actividad económica. Esto coincide, además, con las expectativas empresariales de la encuesta del Observatorio Socieconómico del segundo semestre de 2010, que indican que, en general, la situación seguirá igual o empeorará un poco.

Contrastando éstos y otros indicadores y utilizando nuestra experiencia y visión del mercado en que nos movemos, podemos sacar conclusiones útiles que nos permitan orientar nuestras estrategias, tanto colectivas como individuales.

Este trimestre debe ser importante para posicionar nuestra empresa en una situación que nos permita hacer frente a la previsible caída de la demanda y la actividad económica de los próximos dos trimestres, pero también para aprovechar las pequeñas oportunidades que surgen tanto en el sector servicios como en agricultura o industria, los otros dos motores segovianos, aunque sean de menor potencia. De lo que no cabe duda es de que si el "metabolismo basal" económico de Segovia es el sector servicios, será muy difícil recuperar varios miles de puestos de trabajo en base a pequeñas empresas de servicios que ocupan entre 2 y 5 trabajadores, ni siquiera con el desmedido impulso al emprendimiento que se está haciendo, a menos que esté basado en estrategias de negocio, que aunque sean arriesgadas, puedan ser viables.

He insistido a menudo que siempre es buen momento para innovar, pero puede que éste sea el momento idóneo de buscar personas "de calidad" en un mercado laboral con mucha oferta que nos permite seleccionar la persona más adecuada y de potenciar la figura del emprendedor interno y gestionar la innovación para encontrar esas oportunidades. Todo ello debe ir acompañado de una reactivación del conjunto de la economía provincial como el ingrediente necesario para que nuestra economía funcione. Ahora que la construcción y la industria han tocado fondo y que los daños y efectos perniciosos de esta caída, aparentemente, han sido ya asumidos por la economía provincial, es el momento de analizar cómo nuestra economía puede remontar y empezar a pensar en cómo podemos sacarle partido desde nuestro propio negocio a través de inciativas concretas.

viernes, 23 de julio de 2010

Hacen falta más ideas


Parece los últimos apuntes sobre el movimiento empresarial segoviano ofrecen datos neutros con un matiz levemente positivo. Por un lado la AIHS comenta que la temporada turística ha empezado de manera irregular, afirma Cándido López que Junio ha sido bueno, pero que las previsiones para Julio son inciertas debido a la poca antelación con que se hacen las reservas en hostelería y al creciente cambio en los hábitos de consumo que hace que espaciemos y repartamos el gasto en lugar de concentrarlo en el periodo veraniego.

Por otra parte el barómetro de la ACS apunta a una mejora en las expectativas de ventas, y un 40% opina que se mantendrán o mejorarán, aunque no se prevea un aumento importante. Otro dato que puede ser revelador es que la inmensa mayoría, un 83% no ha solicitado financiación y prácticamente el mismo porcentaje, un 84.67%, mantendrá la plantilla. Y aunque bastantes tendrán que soportar contra márgenes la subida del IVA, consideran que ello no influirá sustancialmente en los volúmenes de negocio y que las rebajas tendrán un efecto que suavizará el impacto, aunque lo acentuará a posteriori. El barómetro apunta también que hay dos temas que los comerciantes consideran que pueden dar un impulso positivo si se materializan: el Palacio de Congresos y la Capitalidad Europea de Segovia 2016.

Bien haríamos en sopesar y analizar con detalle estos datos que, en general, concuerdan con lo que aprecio en el marco general de las empresas segovianas, porque pueden darnos importantes pistas sobre posibles vías innovadoras de incrementar el atractivo y con ello el volumen de negocio. Antes, me gustaría aportar que un número importante de pequeñas empresas, incluso con crisis de por medio, están manteniendo o incrementando su facturación y consiguen mantenerse bien posicionadas, a base de esfuerzo, mucho trabajo y replantearse continuamente las estrategias y, ciertamente, en sectores mucho más difíciles y agresivos que la hostelería y el comercio -que, dicho sea de paso, no suponen entre ambos las mayores cifras de negocio de la economía provincial-.

Las claves que rigen la demanda han cambiado sustancialmente y las estrategias clásicas no dan el mismo resultado. Tenemos, pues, que incorporar nuevas estrategias de negocio que tengan en cuenta las premisas que ahora rigen la relación de los clientes con nuestro sector de negocio y con sus hábitos de compra en general. Si por ejemplo, como afirma Cándido, en hostelería las reservas se hacen cada vez con menor anticipación, tendremos que adecuar la oferta y ser dinámicos en proponer alternativas que aprovechen que la toma de decisión se pospone, seguramente porque se busca algo más atractivo o novedoso que haga que se incline la balanza.

Si previsiblemente el fin de las rebajas traerá una caída de las ventas en comercio, planteemos estrategias durante las rebajas para conseguir que el Cliente siga acudiendo a nuestro comercio una vez acabadas, para la nueva temporada, con propuestas y ventajas que enganchen con su perfil de consumo. No se trata, como me comentaba ayer un conocido, de seguir rebajando o de recortar los precios. Dar más por lo mismo nos permitirá mantener nuestro nivel de precios y satisfacer las expectativas de nuestros compradores a través de estrategias no relacionadas sólo con el pricing .

Segovia, a pesar de los últimos recortes en infraestructuras, sigue estando en una posición de clara ventaja frente a otras ciudades de nuestro entorno y con un atractivo de primer orden. El verano y la multiplicidad de eventos incrementan sustancialmente nuestro atractivo y nos estamos consolidando como una ciudad y provincia en las que es fácil encontrar motivos para acudir, no sólo como asueto, también como oportunidad de negocio. Iniciativas sencillas que además estén ligadas a a infraestructura cultural como las propuestas gastronómicas o Vente al Fresco, se revelan como de enorme eficacia para este objetivo. Pero hay que segir trabajando para mantenerlo y mejorarlo.

Es el momento de generar nuevas ideas de negocio con propuestas que nos ayuden a enriquecer nuestra oferta y atractivo, que aprovechen los nichos que sí aprecian quienes vienen de fuera con otra visión y otras perspectivas y, no lo perdamos de vista, muy especialmente como conocedores de nuestras particularidades y del cliente provincial, de poner en marcha nuestra imaginación, mezclada con nuestra experiencia e intuición para aprovechar con pequeñas ideas bien pensadas, realistas e implementables, las oportunidades de posicionarnos, individual y colectivamente de una manera activa. Pero no olvidemos que estas ideas tienen que estar alineadas con nuestra estrategia y visión de negocio, dos aspectos que, visto lo visto, tenemos que replantearnos contínuamente.

martes, 13 de julio de 2010

La Roja destiñe y el beso de Casillas.

Ayer estaba mi vecina tendiendo la colada y me fijé en que las prendas más claras tenían un cierto tono rosa. "Es que mi marido metió anoche la camiseta de la Roja en la lavadora y ha desteñido", me dijo. "Ya ves, hasta la ropa se ha contagiado de la euforia del Mundial", añadió sonriente.

La verdad es que hay una sensación general de que ya nos hacía falta algo que nos elevara la moral y pudiéramos hablar algo más allá del "que mal está todo ¿verdad?", que intercalamos en casi todas las conversaciones desde hace ni se sabe, que ni siquiera la meteorología tan proclive a comentarios que estamos teniendo últimamente nos vale ya de muletilla. Estos días, entre las repeticiones de los momentos del partido, el antes, el después, la llegada de la Selección y demás titulares, se intercalaban los comentarios sobre si la economía mejoraría o el PIB subiría el 0,7 por mil.

Soy simplemente escéptico acerca de los efectos reales que este acontecimiento tendrá en la economía o las cifras del paro o de su repercusión sobre la política española y los conflictos autonómicos. ¿Influirá algo?. Seguramente, porque como muy bien saben los de marketing, la selección es un gancho publicitario de inigualable valía. Además del efecto puntual y el aumento de ventas en determinados negocios, ha habido y habrá campañas, promociones y patrocinios; algunas empresas que así lo publicitaron nos devolverán el importe gastado (ojo a los detalles, pero algo es algo) y habrá una parte del movimiento de negocio que sin duda se aprovechará del tirón e intentará mantener el momento angular de esta sana euforia.

Sin embargo, yo apuesto que el efecto más importante y duradero va a ser lo que un amigo definió acertadamente el domingo como el chute emocional. La inteligente campaña de Cuatro TV "Podemos" es un ejemplo de utilización inteligente en forma de motivación colectiva que no apela a los bajos instintos de la furia española (que además hace referencia a un episodio histórico bastante poco edificante) sino al trabajo de un grupo trabajador, cohesionado, y seguro de sí mismo que, ante la adversidad, tiene la virtud de persistir. Y que se muestran naturales y dejan ver ese lado personal, que es capaz de conectar emocionalmente por igual a mujeres y hombres como el espontáneo beso de Casillas.

La imagen de España en el mundo (y también dentro de España) ha sufrido inevitablemente un importante cambio. De pronto todo el mundo se ha dado cuenta de que hay españoles en la primera línea de casi todo, además del deporte: ciencia, negocios, empresas, instituciones... No sólo la imagen de España va a subir muchos enteros, además se actualizará esa foto fija de sol, playa y pandereta, por la de de una nación moderna que lucha por estar en los puestos de cabeza saliendo de la crisis. De pronto las camisetas rojas que se han visto por todo el mundo empezarán a teñir de rojo muchas coladas y no sólo será en las casas. El campeonato del mundo tiene que darnos pie para aprovechar una oportunidad única que no debemos dejar pasar de ninguna manera para la promoción de España, sus empresas, su oferta de negocios y su capacidad para reinventarse y posicionarse en el mundo en un lugar que nos ganemos a pulso.

En muchas ocasiones me he referido a los cambios y a la capacidad de innovación como motor del crecimiento empresarial. Y también a que el motor empresarial no funciona sin que haya quien lo arranque, lo mantenga en marcha y cuide de que esté en perfecto orden de funcionamiento y que una de las partes más importantes son las personas y su relación con la cultura empresarial. Creo que todos querríamos que nuestra empresa funcionase como lo ha hecho la selección para todas, absolutamente todas las personas que la componen.

Claro que podemos. Y el excepcional grupo de personas jóvenes, dirigidos por un cincuentón experimentado y respaldados por todo el grupo de trabajo, han sido capaces de dar la imagen de lo que debe ser nuestro objetivo: convertir nuestras organizaciones en un conglomerado heterogéneo que coopera, trabaja en grupo, en dónde la creatividad personal enriquece a todos y en el que el resultado del conjunto está por encima de las individualidades.

miércoles, 30 de junio de 2010

Abordar los cambios.

Los motivos que impulsan la toma de decisiones en cada persona son, al tiempo, tan profundamente misteriosos y tan cristalinamente transparentes que, aunque la nuestra nos parezca meridianamente clara, a veces es muy difícil acertar con las decisiones que otro tomará en la misma situación y, querámoslo o no eso condiciona la manera en que presentamos las cosas desde cualquiera de los dos puntos de vista. En estas últimas semanas en que he estado inmerso en el arranque de un nuevo reto profesional, he tenido que responder en bastantes ocasiones a las inevitables preguntas acerca de los motivos que impulsan la toma de decisiones en un cambio laboral. Una respuesta basada en la combinación de una mejora que afecta al aspecto salarial y a los cometidos profesionales satisface la mayoría de las preguntas y muchas personas por cortesía no van más allá o quedan conformes con la respuesta afirmativa a la pregunta: ¿estás contento?.

Hablando con los amigos y conocidos, además de agradecerles los buenos deseos generales para con mi nueva andadura profesional, he podido comprobar que tanto mis explicaciones se adaptaban a la relación, más o menos personal o profesional, con cada uno de modo que, sin perder sinceridad ni veracidad, como que las respuestas y las interpretaciones de ambos lo hacían también de la misma manera. Y sin embargo, bajo todo ello subyacen de alguna manera una serie de premisas que quizá nos den algunas pistas acerca de cómo abordamos un cambio profesional.

La primera es que obviamente el cambio tiene que implicar una mejora en aspectos materiales como los que afectan a la retribución, coche de empresa, móvil, etc. La segunda es que uno debe tener la convicción de mejorar y esa sensación de "estar contento", de satisfacción con el cambio y aquí intervienen una multitud de factores.

Hace unas semanas en una conferencia Manuel Suarez, de Brain Trust, aportaba datos de un estudio empresarial en el que se indicaban las razones con mayor peso en la satisfacción laboral, entre las que, curiosamente, no se encontraba el salario, sino otras relacionadas con el desarrollo personal y profesional, la posibilidad de realización en ambos aspectos, la relación con los compañeros y compatibilizar con la vida personal. La retribución y los aspectos materiales, siendo muy importantes, no son los aspectos que tienen mayor influencia cara a la satisfacción de de una persona con su puesto de trabajo.

Fuente: Brain Trust
Tampoco el volumen, la carga de trabajo o el grado de responsabilidad en sí mismos son factores críticos, a menos que estén ligados con aspectos positivos o negativos que influyen de manera mucho más profunda y en función de la personalidad de cada uno y su respuesta al estrés laboral. Otros aspectos como la novedad, el impulso renovador que siempre se tiene cuando se aborda un nuevo proyecto profesional y hecho mismo del cambio puede que tengan también una influencia significativa.

Todo ello debe servirnos para orientar estos cambios de manera positiva en el ámbito personal y tenerlo en cuenta a la hora de gestionar las personas que están ese proceso. El cambio siempre es conflictivo y angustioso, máxime en momentos como el actual en que los cambios son pocos, a menudo negativos y se ven con renuencia. Buscar y minimizar los aspectos negativos y hallar y reforzar los positivos aportará garantías de éxito.

domingo, 9 de mayo de 2010

Distinguir entre las voces.

Los domingos abro El País Semanal por la parte de atrás y busco la página de Almudena Grandes. Me enganchan sus pequeñas historias, tan cotidianas, tan bien contadas y cómo es capaz de redondearlas en tan pocas líneas. Hace un par de semanas me llamó la atención "El oficio de escribir", tan a cuento con el día del libro y aparentemente sobre la piratería que también afecta al libro, pero que en realidad es una reflexión bastante amarga de cómo todo lo que rodea al escritor y el negocio que genera y que le permite vivir de sus palabras, está cambiando de un modo tan radical que, en realidad se puede extrapolar a muchas de las realidades empresariales actuales. Y hoy, leo una noticia en la que Obama critica los dispositivos electrónicos, por la presión y la dispersión que la información ejercen sobre nosotros y la sociedad que me ha hecho recordar el otro artículo y reflexionar hacía dónde vamos y si podemos de alguna manera controlar el proceso.

Por desgracia, coincido con Almudena Grandes en que los cambios que se están produciendo en los sistemas de muchos negocios están produciendo revoluciones tan radicales que posiblemente harán desaparecer, incluso el propio modelo de negocio. Pensemos por ejemplo, en la Enciclopedia Britanica, el Larousse o la española Espasa que seguimos teniendo en casa, y que hace no muchos años eran la referencia para cualquier consulta. Hoy la referencia es la propia Red y, como bien señala Obama, la educación es clave para saber distinguir entre las voces.

Que el mundo y los sistemas de referencia han cambiado es evidente y se alzan voces criticando que nos empeñamos en seguir utilizando los mismos referentes en marcos en los que ya están desfasados. Pero ¿realmente los cambios son tan importantes?. ¿Hemos de subirnos ya a la marea que viene o podemos esperar a ver por dónde van las primeras olas?.

No comparto con Almudena Grandes que el escritor vaya a convertirse en poco menos que un esclavo de la venta al por menor de sus escritos en un mercado atomizado y competitivo, pero es cierto que el proceso de cambio ya se ha iniciado, aunque no sepamos claramente hacia dónde vamos. Quizá haya gurús o personas mejor informadas o con capacidad de avizorar más allá que puedan darnos pistas, pero no siempre aciertan, así que de momento la mejor recomendación es que debemos tener los ojos muy abiertos e intentar tener también la mente abierta. Ejemplos como el último libro de Jeff Jarvis Y Google ¿cómo lo haría? pueden ayudarnos a comprender cómo una nueva forma de pensar o de abordar determinados problemas saca partido de las posibilidades de la tecnología, la información contenida en Internet o los contactos de las redes sociales.

Desde luego que quien consigue atisbar las tendencias, a menudo puede sacar un enorme provecho. Si sabemos prever lo que va a ocurrir o dónde vamos a ir a parar, podemos discurrir cómo llegar hasta allí, pero por el camino seguramente seremos tentados por muchas voces de sirena entre las que nos tocará distinguir las que llevan a buen puerto. Mientras tanto, estar atentos, utilizar con inteligencia nuestros recursos, educación y formación y saber discriminar la información relevante, dedicando tiempo a su análisis, también debería proporcionarnos ventajas competitivas.

PD: Gracias a todos lo que habéis contactado conmigo durante el último mes interesándose por la ausencia de entradas, debido a diversas razones simplemente no he dispuesto de tiempo suficiente para escribir con la calma y reflexión que me gusta, agradezco la amabilidad y me anoto las sugerencias de incluir de tanto en tanto entradas más cortas o más inmediatas.

domingo, 4 de abril de 2010

Ideas para emprender

Un número apreciable de las consultas que recibo tienen que ver con emprendedores. Aunque las razones que les mueven son variadas, desde la realización de un periplo por todos los puntos de información disponibles, hasta la búsqueda de ayudas, pasando por la recomendación de amigos y conocidos, lo cierto es que por mi mesa pasan bastantes de quienes en Segovia tienen intención de iniciar un negocio y eso me ha llevado a ser un observador interesado en la personalidad y actitud de los emprendedores. Curiosamente, la gran mayoría se pueden encuadrar en tres grandes grupos.

Los primeros suelen explicarme en qué consiste su idea, los pasos que han dado, por qué se han decidido a dar el salto, los recursos con los que cuentan y, por lo general, tienen una idea bastante clara de lo que quieren conseguir, aunque las expectativas no lo estén tanto. Normalmente buscan corroborar que su análisis es correcto, sus decisiones están fundamentadas y agradecen que les manifieste mi opinión al respecto, se muestran muy proclives en repasar su análisis y ver qué otros puntos de vista o aspectos pueden no haber tenido en cuenta o proporcionarles oportunidades de negocio o crecimiento que no habían valorado lo suficiente o considerado siquiera. Buscan ayudas, subvenciones, posibilidades de financiación o impulso a su proyecto y no suelen desanimarse si no las hay, algo que es habitual; de hecho ya lo sabían, pero intentan agotar todas las opciones posibles. Algunos son personas muy preparadas, con ideas muy claras, y otros con menor preparación o nivel de elaboración de su negocio, pero todos tienen clara la "visión" de su negocio y mi intervención se centra en ayudarles en lo posible a definir la "misión", y sugerirles alternativas que pueden enriquecerla e impulsarla de alguna manera o a comenzar con poca tesorería..

El segundo grupo peregrina por los mismos lugares, solicitando información de las ayudas, las opciones de financiación y las posibilidades de ayudas al emprendedor que existen. Explican que tienen intención de iniciar un negocio y, aunque tengan ya una cierta visión, fundamentalmente vienen en búsqueda de un empuje para emprender. Independientemente de las circunstancias individuales de cada cual, y contrariamente al grupo anterior, un punto de desánimo suele aparecer en sus caras cuando no hay posibilidades de ayuda o de una financiación asequible. No tienen definida una idea de negocio, así que dificilmente tienen una "visión" desde la que partir, ni "misión" sobre la que podamos trabajar. Incluso aquellos que están en una buena posición personal y económica como para emprender, traen la carpeta llena de dudas y siempre preguntan: "¿Tienes alguna idea para poner un negocio?".

El tercer grupo muestra una curiosa mezcla. Como los anteriores, no tienen una idea definida pero, como los primeros, tienen muy claro que son emprendedores, lo que ocurre es que no han descubierto todavía la "visión" que les ilumine el camino. Estos también preguntan, pero no piden tanto ideas, como informarse de todas las opciones para poder estar preparados si surge la luz. Y cuando lo hace, es frecuente que vuelvan, reconvertidos, por lo general, al primer grupo.

¿Cómo ayudar a estas personas, faltas de ideas, pero con ganas de emprender?. Lamentablemente, y lo siento por quienes me consultan, no tengo ideas de negocio para repartir (y, además, serían ideas de "otro" y no "propias", lo cual creo que supone una gran diferencia).

Como he mencionado en otras entradas, suelo decirles que no hay recetas infalibles, pero sí pautas eficaces que pueden ayudar a suplir la falta de ideas de negocio, algo perfectamente comprensible por otra parte dado que ahora mismo parece no haber nicho casi para nada, a poco que seamos realistas en nuestro análisis de la situación. Por supuesto que hay una serie de pasos ineludibles: recopilar toda la información posible; enterarse de los programas de ayuda; acudir a todos los organismos y personas disponibles e ir recogiendo poco a poco todos los datos posibles y especialmente los más relevantes sobre la actividad económica general y sectorial, tanto si tenemos ya un idea de negocio, como si no. Esto no nos proporcionará ideas, pero sí que nos dirá cuáles probablemente no funcionen o no podamos abordar, y por qué; eso nos irá facilitando acotar las opciones hasta un número que nos haga posible una elección.

O quizá la cuestión resida en que no vemos ideas factibles simplemente porque estamos utilizando un punto de vista erróneo. Nos centramos en pensar si en este barrio funcionará tal comercio que sí lo hace en el de al lado o si hay hueco para otro de tal gama. Partimos de sí existe o no saturación de mercado y posiblemente no veamos carencias o necesidades que no están cubiertas. Y del mismo modo, nos cuesta mucho trabajo expandir la mente, mirar un poco más allá y extrapolar ideas que podrían funcionar porque son totalmente nuevas, al menos en el ámbito dónde estemos mirando.

¿Ideas para emprender?. No te centres en las que tienes anotadas y empieza a especular. Mira a tu alrededor, averigua cuáles han funcionado en los últimos tiempos y pregúntate por qué lo han hecho. Deja a un lado las razones obvias que seguramente proporcionarán tan sólo ventajas temporales (no había una panadería en mi barrio; ahora hay tres) y fantasea con otras menos evidentes, pero que sí puedan suponer ventajas o valores añadidos. Un ejemplo, una clínica de rehabilitación de mi barrio tiene éxito, en parte porque está a escasos diez metros de una parada de autobús que enlaza con dos líneas, de manera que aunque está lejos del centro, está muy bien comunicada para que sus pacientes puedan desplazarse por sí solos, y habrá otros factores ventajosos, como que el coste del local en esa zona será más asequilble. Seguramente que ha habido un buen análisis de esos factores "no profesionales" que pueden suponer la diferencia. No se trata de lanzarse a la aventura sin red de seguridad, sino todo lo contrario, de averiguar dónde puede estar esa "red" que nos permita empezar sólidamentedetectándola con espíritu innovador.

Cuando no se tiene una idea de negocio o una carrera profesional sobre la que orientar la aventura de emprender, es clave averiguar cuál es el nicho de mercado, preparando sólidamente el escenario como emprendedor y, al tener los ojos y la mente muy abiertos, estar bien posicionados para detectar cualquier indicio que nos pueda dar la clave para emprender con riesgo calculado y posición de ventaja.

jueves, 11 de marzo de 2010

Estrategias de innovación en la empresa



Según el informe 2009 de la Red de Innovación de CECALE, para más de un 46% de las empresas el principal problema cara a la innovación, es la necesidad de resolver los problemas habituales. Afortunadamente, cada vez menos empresarios piensan que la innovación sólo tiene que ver con la investigación o la tecnología. La realidad es que innovar va más allá de fabricar o lanzar nuevos productos o servicios, significa trabajar de manera más inteligente, abordando esos problemas cotidianos de manera más creativa y abierta para concebir nuevas soluciones.

Cualquier empresa que quiera ser competitiva en un entorno tan cambiante y agresivo como el actual, se enfrenta a la necesidad imperiosa de ser innovadora y descubrir y aprovechar cualquier oportunidad para aumentar los ingresos y la rentabilidad de su negocio, cuando no sobrevivir. Adoptar estrategias innovadoras en la empresa significa, en primer lugar, construir una organización orientada a asumir riesgos, a generar nuevas ideas con espíritu cooperativo, capacidad de análisis crítico, de participación colectiva, de compartir responsabilidades y, por supuesto, voluntad de perseverar.

¿Cómo conseguirlo?. Por fortuna hay algunas pautas que podemos aplicar de manera flexible y adaptable a nuestro caso concreto.

- En primer lugar, debemos estar convencidos de la necesidad de impulsar la innovación desde la dirección de la empresa. El papel de los responsables es determinante para conseguir crear una cultura empresarial innovadora.

- Hacer explicito y poner en marcha el conocimiento y experiencia de la empresa, favoreciendo la figura del “emprendedor/innovador interno”. El conocimiento implícito de las personas y procesos que conforman nuestra organización debe sacarse a la luz de tal manera que lo importante sea potenciar en grupo las fortalezas empresariales, no el organigrama.

- Apostar por el aprendizaje y la formación permanentes. En lugar del desinterés y el escaso apego a la formación, algo que se acentúa en tiempo de crisis al pensar en la formación como un gasto a prescindir, utilicemos la formación –y, por supuesto, las bonificaciones- como una respuesta estratégica para la mejora de las personas que permita a nuestra empresa ganar ventaja frente a la competencia. En realidad, una formación bien definida y adaptada a las necesidades reales de la empresa es una estrategia de ahorro y, al igual que las bombillas de bajo consumo, la inversión se amortiza con creces por el ahorro económico y el retorno cualitativo que produce de modo inmediato.

- Estudiar el entorno para detectar las necesidades y nichos de oportunidad y definir objetivos concretos a corto y medio plazo, pensando en las posibilidades que la empresa tiene de aprovechar las oportunidades, satisfaciendo necesidades o creando nuevos mercados a partir de ellas. Nuestra experiencia e intuición son importantes en la detección y evaluación de las oportunidades, pero nunca debe obviarse un análisis racional para minimizar el riesgo.

- Planificar, formulando diversas estrategias posibles, eligiendo la más adecuada para lograr que se cumpla con efectividad y controlar su eficacia para que se alcancen los objetivos.

- Por último, considerar que una estrategia innovadora no acaba una vez la hemos puesto en marcha. El proceso sigue y debemos pensar: “¿cómo hago que sea la mejor para mi empresa?”, actuando continuamente para conseguir que efectivamente así sea.

Esta entrada se publica como un artículo en el número de Febrero de la revista "Segovia Empresarial"

domingo, 28 de febrero de 2010

Reformar el trabajo.

Desde que recuerdo, el espinoso asunto de la "reforma del mercado laboral" parece ser uno de esos temas cíclicos, al igual que el refrán acerca del mes de Septiembre dice: "o seca las fuentes, o se lleva los puentes". (Por cierto, también hay otro que dice "Septiembre y Marzo, ventoleros ambos"). Hay argumentos, opiniones o análisis para todos los gustos y tendencias, y parece que este es uno de esos temas en los que sea cual sea la decisión, difícilmente contentará a todos.

Que el actual sistema del mercado laboral necesita reformas, es una afirmación compartida por la mayoría. La discrepancia está, obviamente, en cuáles deben ser y qué medidas deben abordarse. Difícilmente coincidirá la visión proteccionista de los sindicatos con la más liberal de los empresarios e igualmente habrá de tenerse en cuenta cómo se preservan y protegen los derechos sociales que nuestro sistema tiene la obligación de ofrecer y que se generan del propio trabajo.

En medio de todo este debate técnico y político, hace bastante tiempo que tengo la impresión de que hay un importante sustrato que no se está teniendo en cuenta en la medida que, estimo, sería necesaria y que puede darnos pautas acerca de cuáles deben ser los objetivos hacia dónde debería confluir un nuevo modelo de relación laboral, lo que seguramente ayudará mucho a plantear las medidas.

Por ejemplo, se afirma que hay un bloque de empleo de personas que llevan muchos años en el mercado laboral, con sueldos y despidos altos, que actúan de tapón para las generaciones jóvenes, en su mayoría con mejor preparación académica, abocadas a empleos precarios y escasas posibilidades de ascenso profesional, con las repercusiones personales y sociales que todos conocemos.

Por otro lado, experiencias como las prejubilaciones o despidos masivos de personas de ese primer perfil, cuyos puestos no se han cubierto o se han sustituido por personas jóvenes, con sueldos y condiciones sensiblemente peores, han causado una enorme pérdida de “capital y conocimiento humanos” en sectores y empresas en las que el trato y la atención al cliente son las claves del negocio. ¿Cuántas veces hemos oído la frase: “en mi banco ya no me conocen”?.

En definitiva, mi pregunta es: ¿no sería mejor definir cuál es el modelo de trabajo que queremos, para después poder implementar las medidas adecuadas?. El punto de partida debería estar, entonces, en el análisis de los aspectos que deberían mejorarse, utilizando una mentalidad abierta para plantear estrategias innovadoras: ¿y si lo viéramos desde el punto de vista de la persona?.

Hay estudios, como el de Sylvia Ann Hewlett, en los que se pone de manifiesto que se pueden conciliar los intereses y expectativas de las diferentes generaciones que coexisten hoy en las empresas, porque coinciden en lo fundamental. Sus resultados indican que las ideas básicas son:
- Un entorno laboral con compañeros de calidad.
- Disponer de un trabajo flexible.
- Poder disfrutar de nuevas experiencias profesionales y personales.
- Perspectivas de crecimiento y reconocimiento para los jóvenes.
- Autonomía en las tareas y entorno estimulante para los más mayores.

Leyendo esto, y después de hacer una pequeña búsqueda totalmente empírica, creo que coincide perfectamente con lo que las empresas desearían tener, y que podría resumirse en lo siguiente:
- Trabajadores cualificados y preparados.
- Comprometidos con el proyecto empresarial.
- Con espíritu creativo e innovador.
- Productivos y que aporten valor añadido y competitividad.
- Ambiente laboral estimulante, estable y cooperativo.

Como apuntaba antes, yendo más allá de debates acerca de asuntos como el coste que -para ambas partes- suponen aspectos como el despido, sugiero que nos centremos en definir cuál es el modelo de relación laboral que queremos tener. El modelo de empresa está cambiando porque nuestro entramado social, económico y cultural está evolucionando a pasos agigantados hacia modelos más sostenibles, mientras que los sistemas de relación laboral siguen pautas que vienen prácticamente de la revolución industrial y coexisten sistemas como la función pública, dónde la medida de la eficacia y la productividad parecen estar ausentes o ser inabordables, con la empresa privada, donde son guía y vara de medida.

Y sostenible, hoy, significa mucho más que medioambientalmente respetuoso, también supone serlo en la relación laboral y que el trabajador -¿no lo somos todos?- sea artífice efectivo de los cambios que le tocan. Cambiar el presentismo y las jornadas interminables, por la evaluación de las tareas efectivamente realizadas, supone cambiar la simple medida del desempeño por un sistema de retroalimentación que permita a ambas partes ver dónde se está fallando y cómo corregirlo y dónde se acierta y cómo conservarlo y potenciarlo; o tener muy presente que aspectos como la responsabilidad social corporativa o la conciliación no deben ser meros añadidos, sino estar totalmente inmersos en el modelo de relación entre la persona y la empresa y, lo más importante, que significan que ambos debemos adoptar actitudes de responsabilidad para conseguir la relación laboral ideal.