miércoles, 31 de marzo de 2010

Segovia vende.

Una de las conclusiones del Encuentro Empresarial organizado por FES: "Oportunidades de negocio en torno a Segovia 2016", que tuve el agrado de moderar hace unos días, ha sido constatar que las empresas piensan que Segovia es una marca que vende.

Segovia, afirmaron los empresarios participantes de muy diferentes sectores, es una marca de prestigio en todo el mundo y las empresas que la asocien a sus productos, servicios, acciones comerciales o empresariales, verán potenciada su propia imagen corporativa o sus marcas comerciales al asociarlas a la imagen de Segovia.

Opino que esta conclusión es más importante de lo que a primera vista pudiera parecer y que tiene varias implicaciones a las que haríamos bien en darle vueltas para intentar sacar partido a las oportunidades que pueden ofrecernos. El propio encuentro ofreció a través de las interesantes opiniones de los asistentes, algunas de las claves para interpretar cómo.

La primera es que la marca "Segovia", como cualquier otra marca, no es estática ni inmutable, sino flexible y dinámica y se va creando día a día a través de lo que hacemos y de cómo se percibe. El ímportante peso de la propia ciudad, sus monumentos y sus indudables atractivos, tienen la contrapartida de que saturan y llenan a corto plazo. Hay que ir creando nuevos contenidos que supongan atractivos adicionales para que la marca "Segovia" se asocie también con la novedad, con el interés siempre cambiante y múltiple y con el aura de vanguardia, cultural y en otras áreas- Y esto abarca mucho más que el turismo; afecta a todos los sectores económicos provinciales.

La segunda es que esos contenidos necesitan el impulso de la iniciativa pública para ponerse en marcha, pero que es la iniciativa privada, las empresas, quienes deben hacerlas suyas y aprovecharlas como oportunidades de negocio para darles el impulso definitivo. Y cuando la empresa las pone en marcha, se crea una corriente que las retroalimenta de manera que se potencia todo el proceso y arrastra a sectores adyacentes.

Es en este sentido en el que los presentes tomaron conciencia (por cierto, ese era uno de los objetivos al organizar el encuentro) de que Segovia 2016 no es sólo una iniciativa del Ayuntamiento, sino un compromiso de toda la sociedad segoviana y muy especialmente de su tejido empresarial, en el que tiene que infiltrarse poco a poco hasta que ambos impulsos se hagan indistinguibles. Como bien apunto Nuria Preciado, la Segovia del futuro estamos empezándola a construir ahora mismo. Si sabemos qué qúeremos ¿porqué no empujar para lograrlo?.

Puede parecer comprensible, aunque no sea lo deseable ni mucho menos, que mientras el proyecto de Segovia no pase el primer corte, allá por Octubre, los apoyos sean tibios. No lo es tanto que las empresas no aprovechen para pensar e intentar descubrir las opciones para colaborar con la promoción de Segovia 2016 (algo tan simple como incorporar el logotipo a nuestra actividad empresarial puede multiplicar la difusión de la candidatura) y al tiempo para generar oportunidades de negocio, directo, indirecto o de aprovechamiento del tirón de la marca "Segovia" como impulso empresarial.

El ambiente que se respiraba al finalizar el encuentro, no daba lugar a dudas de que es uno de los trenes que Segovia no debe dejar pasar y a los primeros que tenemos que vender Segovia es a nosotros, los segovianos.

jueves, 11 de marzo de 2010

Estrategias de innovación en la empresa



Según el informe 2009 de la Red de Innovación de CECALE, para más de un 46% de las empresas el principal problema cara a la innovación, es la necesidad de resolver los problemas habituales. Afortunadamente, cada vez menos empresarios piensan que la innovación sólo tiene que ver con la investigación o la tecnología. La realidad es que innovar va más allá de fabricar o lanzar nuevos productos o servicios, significa trabajar de manera más inteligente, abordando esos problemas cotidianos de manera más creativa y abierta para concebir nuevas soluciones.

Cualquier empresa que quiera ser competitiva en un entorno tan cambiante y agresivo como el actual, se enfrenta a la necesidad imperiosa de ser innovadora y descubrir y aprovechar cualquier oportunidad para aumentar los ingresos y la rentabilidad de su negocio, cuando no sobrevivir. Adoptar estrategias innovadoras en la empresa significa, en primer lugar, construir una organización orientada a asumir riesgos, a generar nuevas ideas con espíritu cooperativo, capacidad de análisis crítico, de participación colectiva, de compartir responsabilidades y, por supuesto, voluntad de perseverar.

¿Cómo conseguirlo?. Por fortuna hay algunas pautas que podemos aplicar de manera flexible y adaptable a nuestro caso concreto.

- En primer lugar, debemos estar convencidos de la necesidad de impulsar la innovación desde la dirección de la empresa. El papel de los responsables es determinante para conseguir crear una cultura empresarial innovadora.

- Hacer explicito y poner en marcha el conocimiento y experiencia de la empresa, favoreciendo la figura del “emprendedor/innovador interno”. El conocimiento implícito de las personas y procesos que conforman nuestra organización debe sacarse a la luz de tal manera que lo importante sea potenciar en grupo las fortalezas empresariales, no el organigrama.

- Apostar por el aprendizaje y la formación permanentes. En lugar del desinterés y el escaso apego a la formación, algo que se acentúa en tiempo de crisis al pensar en la formación como un gasto a prescindir, utilicemos la formación –y, por supuesto, las bonificaciones- como una respuesta estratégica para la mejora de las personas que permita a nuestra empresa ganar ventaja frente a la competencia. En realidad, una formación bien definida y adaptada a las necesidades reales de la empresa es una estrategia de ahorro y, al igual que las bombillas de bajo consumo, la inversión se amortiza con creces por el ahorro económico y el retorno cualitativo que produce de modo inmediato.

- Estudiar el entorno para detectar las necesidades y nichos de oportunidad y definir objetivos concretos a corto y medio plazo, pensando en las posibilidades que la empresa tiene de aprovechar las oportunidades, satisfaciendo necesidades o creando nuevos mercados a partir de ellas. Nuestra experiencia e intuición son importantes en la detección y evaluación de las oportunidades, pero nunca debe obviarse un análisis racional para minimizar el riesgo.

- Planificar, formulando diversas estrategias posibles, eligiendo la más adecuada para lograr que se cumpla con efectividad y controlar su eficacia para que se alcancen los objetivos.

- Por último, considerar que una estrategia innovadora no acaba una vez la hemos puesto en marcha. El proceso sigue y debemos pensar: “¿cómo hago que sea la mejor para mi empresa?”, actuando continuamente para conseguir que efectivamente así sea.

Esta entrada se publica como un artículo en el número de Febrero de la revista "Segovia Empresarial"