lunes, 13 de abril de 2009

El primero y el único.


Por razones personales el 12 de Abril es un día señalado y, como extraño efecto secundario (mi esposa dice que mi proceso de asociación de ideas tiene una configuración, cuando menos, original), siempre me acuerdo que también fue el día en que Yuri Gagarin hizo el primer vuelo orbital tripulado en la nave rusa Vostok 1.

Gagarin es una figura contradictoria, su aureola de héroe nacional ruso, iluminada por su prematura muerte, contrasta sin embargo con su tumultuosa vida y su deseo insatisfecho de volver a participar en un vuelo, ya que aunque finalmente fue seleccionado para el lanzamiento de la primer Soyuz (que luego se estrellaría con Komarov a bordo), falleció meses antes en un accidente al estrellarse el MIG-15 que pilotaba. Siempre me ha interesado todo lo que se relacione con la tecnología y el espacio y me fascina la época de la llamada "carrera espacial", casi veinte años de lucha entre rusos y americanos por ir por delante, tener la mejor tecnología y llegar el primero a la luna, que fue una de las épocas más fértiles y creativas y en la que se basa gran parte del progreso tecnológico que hoy nos parece "normal".

El presidente John F. Kennedy, en su famoso discurso de 1961 ante el Congreso lanzó a los Estados Unidos de lleno a la carrera, y durante 15 años la NASA lideró un conglomerado de industrias privadas que, a través de concursos, luchaban por conseguir los proyectos para desarrollar las nuevas tecnologías y elementos necesarios. En muchos de los avances y tecnologías que hoy son de uso común estan las necesidades y requisitos de las naves y los astronautas (no hay que olvidar que la NASA ápostó por los programas tripulados y la intervención del hombre), y muchos de los brillantes ingenieros de la NASA y otras empresas siguieron siéndolo en sus cometidos posteriores.

Lugares como el MIT, el Jet Propulsion Laboratory, los Bell Laboratories, Grumman, Lockheed-Martin, McDonnel Douglas, por citar solo algunos tuvieron la suerte de poder recoger y continuar la labor de muchas de estas personas que intervinieron en la NASA y que se distribuyeron entre empresas y universidades cuando, a partir de 1977 se canceló el Programa Apollo y se redujeron drásticamente los fondos disponibles.

Durante años, la NASA apenas si hizo que mantenerse con misiones de claro corte científico, pero poco rédito popular, como las sondas del espacio profundo e incluso hoy, parece persistir esa sensación de despilfarro o poca utilidad con cualquier tema relacionado con las naves tripuladas. Por su parte los rusos, con menos presupuesto, pero no menos presión, emplearon la estrategia de seguir utilizando lo que sabían que funcionaba y trabajar en el control remoto y la automatización, y así hoy en día las viejas cápsulas Soyuz y Progress siguen llevando y trayendo personas y equipo a la Estación Espacial Internacional. Con un diseño de hace más de 30 años, estos "seiscientos" del espacio siguen sirviendo hoy porque los nuevos proyectos no acaban de salir adelante.

Ciertamente, hay muchas sombras en la carrera espacial y siempre se ha criticado la total falta de sentido que tiene el hecho de competir por el espacio y no sé si somos totalmente conscientes de la cantidad de presión política y, por que no decirlo, también popular, que hubo en aquella época y de la ingente cantidad de dinero que se inyectó para conseguirlo y de que existe una parte considerable de la población que piensa que el espacio es sólo una manera de derrochar un dinero que sería más útil en otros lados.

No es fácilmente explicable que los Estados Unidos, Rusia, la ESA europea, Japón, China o la India, tengan programas espaciales propios y no exista apenas colaboración que permita abaratar los lanzadores, unificar y estandarizar las naves y optimizar los recursos mundiales en este ámbito. (Se me viene a la cabeza el ejemplo del CERN dónde más de 50 estados colaboran en desarrollar un proyecto a escala mundial de mucho menor calado popular).

A pesar de todo, me sigue fascinando como ejemplo de la capacidad humana para generar recursos y soluciones cuando las necesidades son lo suficientemente fuertes y en ese sentido, la facultad de la sociedad norteamericana para aunar lo público y lo privado es ejemplar, a pesar del trasfondo de intereses personales, políticos y empresariales. Por mucho que se haya criticado el dispendio, lo cierto es que el resultado ha sido una sociedad mejor en muchos sentidos. La conjunción de mentes brillantes, alta motivación, dinero y presión política y social puede hacer milagros.

Si hemos sido capaces de hacer algo así sólo para satisfacer algunos egos, ¿no vamos a ser capaces de hacerlo para resolver los problemas que son verdaderamente importantes?.

 

2 comentarios:

  1. Triste respuesta : sí, lo somos; pero no lo vamos a hacer.
    Siempre conviene mantener activos unos cuantos problemas. Ese es nuestro salvaje modelo de sociedad. ¿ O el sistema de unos pocos imperativa y silenciosamente impuesto?

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  2. Luis Miguel, perdón. La del comentario anterior soy yo , Mmarín. Estaba la cuenta de mi hermano y se grabó, jajaa. Sorry...

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Muchas gracias seguir el blog y especialmente por compartir tu opinión.
Luis Miguel Pascual.