martes, 17 de noviembre de 2009

Estadísticas para pensar, o pensar en las estadísticas.


Llevo unos días reflexionando sobre las últimas estadísticas del Observatorio Socieconómico de Segovia porque los datos que periódicamente recopila el equipo que dirige Juan Antonio Folgado son de un inestimable valor y punto de partida imprescindible de cualquier análisis que se quiera realizar sobre la evolución de la economía y la sociedad segovianas; el trabajo del Observatorio y la calidad de sus datos han de tomarse con más cuidado y profundizar en su interpretación, que es al fin y al cabo lo que aporta valor.
Además de la repercusión de la encuesta sobre las necesidades formativas que ha dado lugar a tan llamativos titulares o de las estadísticas turísticas que indican que el negocio turístico se va manteniendo, hay algo que me impulsa a replantearme cómo estamos interpretando esos datos y que deberíamos pararnos a pensar con calma, -piénsalo dos veces, que decía mi maestro Don Jesús-, sobre qué indican realmente.
Que casi la mitad de los empresarios considere innecesarios los cursos de formación; que los empleados digan que no se ajustan a sus necesidades y horarios o, que a pesar del descenso de las visitas, el sector turístico crezca, pueden parecer datos inconexos, pero no es así, (del mismo modo que el número de visitas del Alcázar no es, a mi juicio, un indicador tan fiable como se suele tomar, quizá aporte el índice de nuevos visitantes, pero me pregunto: ¿cuantos provienen de grupos? o ¿cuántos repiten visita?). Cada una de estas estadísticas merece por sí misma un análisis exhaustivo que, una vez realizado, debe cotejarse y realimentarse con el del resto porque sólo en conjunto tendremos un panorama más o menos aproximado de la realidad de nuestra provincia y de cómo abordar el planteamiento de soluciones efectivas.
A primera vista parece que la risa va por barrios, es decir, mientras el panel de expertos dice que la situación se alivia un poco, el turismo parecer crear negocio y mientras los empresarios y los trabajadores parecen no tener mucho interés en la formación, todos los expertos abogan por incrementar la capacitación y la competitvidad empresarial a través de la formación y el talento. Si la empresa tiene interés, los centros de formación estarán, supongo, más que encantados de ajustar sus ofertas a las demandas del mercado.
¿No será que los datos nos indican que en Segovia faltan empresas y trabajadores con inquietudes por ser más competitivos?. ¿Que la situación de las empresas hace que no estén gestionando adecuadamente sus estrategias de posicionamiento para hacer frente a la crisis?.  ¿Que quienes gestionan la formación no son capaces de sintonizar con las necesidades reales de empresas y trabajadores en cuanto a los contenidos formativos y las estrategias (en oferta, horarios y modalidades) que permitan que sea efectiva?. ¿No estará ese odioso "conformismo segoviano" en la raíz de muchos de los problemas y en nuestra aparente falta de cuajo para casi todo?.
Ahora que tanto se habla de la web 2.0 y de la importancia de la participación de los usuarios, sería enriquecedor y seguramente aportaría perspectivas muy valiosas que hubiera un foro dónde se pudieran recoger opiniones al respecto de los trabajos del Observatorio. Sinceramente, me parece que intentamos aplicar recetas desfasadas para solucionar problemas que quizá no conozcamos tan a fondo como creemos, y que la única manera de hacerlos frente es mediante la el análisis, la creatividad y el aprovechamiento inteligente de la experiencia y el conocimiento mediante la innovación.

Franc Ponti plantea siete estrategias para innovar que pueden servirnos de guía y que resumidas son:
1 - Tener tiempo para pensar, y pensar rápido, lento y abundantemente.
2 - Pensar de manera diferente y ser alternativo con las ideas.
3 - Incorporar el talento humano para innovar y dialogar con los demás.
4 - Cambiar de perspectiva y aprender a pensar creativamente en equipo.
5 - Sentir y transmitir emociones para que las personas sientan experiencias diferentes a las habituales.
6 - Motivar a las personas, sentir pasión por el trabajo y disfrutar aprendiendo.
7 - Sumar energía, multiplicar esfuerzos y compartir conocimiento, trabajando en equipo por ideas innovadoras.

Si puedo aportar algo de experiencia a través de mis visitas a empresas, apunto que más veces de lo que desearía, tengo la impresión de que más que dinero, necesitamos tiempo. Tiempo para poder pensar cómo hacer ese dinero imprescindible; aprovechar al máximo los esfuerzos y plantear estrategias que nos permitan rentabilizar nuestras maltrechas economías incluyendo la formación y promoción del talento dentro de las empresas.


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Luis Miguel Pascual.