viernes, 13 de marzo de 2009

Hágase la luz.

Antonio Páez, felicitado tras su elección en la sede de la CEOE. Imagen proveniente de El Adelantado.
No es casualidad que Antonio Páez, haya sido elegido ayer nuevo presidente de ASERLUZ, la asociación de fabricantes de rótulos de España, de la que ya había sido el delegado para Castilla y León durante los dos últimos años. Quienes le conocemos, -en mi caso estrechamente tanto personal como profesionalmente-, nos alegramos sinceramente por este logro, difícil y hace apenas unos años casi impensable en un sector, el del rótulo y la imagen corporativa, en el que unas pocas grandes empresas habían llevado la voz cantante.

Antonio Páez empezó barriendo el taller y además tuvo que comprar la escoba, y ha pasado años trabajando personalmente en un taller que crecía día a día. Llegó al rótulo después de que en 1989, la experiencia de Tridimensional, el primer estudio de diseño profesional de Segovia, del que fuimos cofundadores junto con Carlos Horcajo, le avivase las ganas de profundizar en ese mundo, apoyado por su dominio de los oficios y los materiales y sus primeros años estuvieron llenos de avatares, éxitos y fracasos casi por igual.

Casi veinte años después, el Grupo Tercer Milenio es una de las empresas mejor valoradas en su sector. Antonio Páez tiene una visión de negocio innovadora y enormemente creativa y, lo que es aún más valioso, ha sabido siempre transmitirla a sus clientes y empujar para lograr hacerla realidad, en gran parte porque a sus enormes cualidades como emprendedor une un talento innato para las personas que siempre ha sabido utilizar para rodearse de los mejores profesionales. Por otro lado, Antonio Páez supone un aire renovador en el rótulo, porque a su condición de profesional conocedor como nadie de mundo del rótulo, une la audacia de los emprendedores, la creatividad del artista que lleva dentro y un excelente equipo a sus espaldas.

Durante mis cuatro años de trabajo profesional en GTM codo con codo con Antonio Páez pude comprobar que además de su enorme aportación personal, es capaz como pocos de motivar y dirigir un equipo de manera que el resultado final consiga la excelencia. Los asociados en ASERLUZ lo saben porque Antonio Páez poco a poco ha conseguido el reconocimiento del sector a fuerza de proyectos exitosos caracterizados por la innovación y la apertura de nuevas vías de producto y negocios, incluyendo el uso de las nuevas tecnologías.

Salvo en la media docena de grandes empresas, el sector de rótulo ha tenido siempre su punto flaco en la profesionalización de sus trabajadores. A pesar de existir excelentes profesionales, no ha habido una opción formativa, ni reglada, ni promovida por las propias empresas, debido principalmente a que su composición se caracteriza por la atomización y la dispersión en pequeñas pymes, de las que muchas son talleres de ámbito poco menos que local, de manera que el "oficio" de rotulista se aprendía a la manera gremial, (es decir, empiezas por barrer el taller y luego poco a poco, ya veremos) y el sector se ha surtido tradicionalmente de personas de “oficios” que se iban adaptando a las necesidades variopintas del rótulo y sus derivados.

Como profesional de la imagen corporativa, creo que los objetivos que deben guiar la evolución del sector son claros. Uno de los más importantes es conseguir vías de profesionalización para sus trabajadores, creando un currículo formativo para el que ya se han dado los primeros pasos, potenciando, desde la asociación, la creación de programas de formación e investigación para que los trabajadores del rótulo vayan aumentando su capacitación y obtengan un reconocimiento que ahora no tienen. Otro caballo de batalla será trabajar para lograr de las distintas administraciones la unificación y racionalización de las normativas reguladoras de rótulos y similares, ahora tan dispersas y dispares que crean enorme confusión y problemas a clientes y empresas y por último, luchar por la racionalización de los precios y los servicios que, primero, son muy dispares en función de las empresas y sus ratios de costes y estructura y, segundo, están constantemente presionados a la baja por las grandes empresas por pura economía de escala.

Además, hay que tener en cuenta que el sector de la imagen corporativa pasa desde hace dos años –con más de un año de anticipación al estallido general- por un periodo sumamente crítico, en el que muchas de las pequeñas empresas han desaparecido por la falta de negocio, las medianas tienen enormes problemas para sobrevivir y las grandes han visto mermadas sustancialmente sus cifras de negocio, una situación a la que GTM tampoco es ajena.

A mi juicio, las principales vías de evolución del sector pasan por la racionalización de los productos; el aprovechamiento de las sinergias; la diversificación de servicios y la fidelización de los clientes; el empleo de las nuevas tecnologías, tanto en la fabricación como en los soportes con base tecnológica; y sobre todo en la creación de una plataforma de I+D+I consorciada por ASERLUZ y las principales empresas del sector, que con el impulso de la Administración, sirva de base para la confección y puesta en marcha de los currículos formativos y de especialización profesional y aglutine de modo eficiente los esfuerzos de I+D+I que ahora las empresas sólo pueden hacer de modo puntual para conseguir desarrollar productos novedosos y sostenibles.

El trabajo es arduo y Antonio Páez, no me cabe duda, será la persona adecuada que desde ASERLUZ, dirija un sector que precisa de un líder para buscar y encontrar soluciones innovadoras que supongan la salida a la crisis y seguro que lo hará, como siempre, rodeado de un excelente equipo.

1 comentario:

  1. vaya... empezó "Antonio Páez empezó barriendo el taller" y ha terminado "barriendo a los trabajadores", una auténtica lástima. Espero que por lo menos sirva para quitarle la máscara de una vez. ¡Qué vergüenza!

    ResponderEliminar

Muchas gracias seguir el blog y especialmente por compartir tu opinión.
Luis Miguel Pascual.