sábado, 29 de agosto de 2009

La movida.


- Esto se parece a cuando estudiaba en Madrid y estaba la movida madrileña, afirma mi interlocutor con una expresión entre divertida y circunspecta - ¿La movida...?, digo, para que me explique la idea.
- Verás, yo llegué a Madrid y pasé la movida como si fuera una gripe, poco a poco te va subiendo la fiebre y después va remitiendo. Todos los días había algo nuevo, estupendo, que era lo último y, al tiempo, no sabías qué iba a pasar. De hecho, estoy convencido de que nadie lo sabía a ciencia cierta, ni siquiera los mismos que estaban generando la movida, y ahora tengo la misma sensación.

Hablábamos en ese momento de que hay en el aire empresarial una sensación de incertidumbre acerca de cómo va a evolucionar la situación en un futuro inmediato. La economía y la sociedad están sufriendo, al parecer, un tsunami que los ha removido de la misma manera que la movida hizo en los 80, cuestionando muchas de sus, aparentemente, sólidas bases.

Y no es tanto una duda sobre el volumen de ventas o la marcha del mercado, sino que, como en la movida, la incertidumbre se debe a que no somos capaces de adivinar hacia dónde nos dirigiremos finalmente. Señala Eduardo Punset que el ser humano es pésimo haciendo predicciones y, en la incertidumbre, el corazón es quien manda porque cuando sentimos que no tenemos tiempo para sopesar racionalmente todos los factores, al final tomamos decisiones emocionales (aunque ello que no quiere decir que no sean acertadas),

Siempre insisto en que el tiempo para pensar debe ser el primer objetivo de todo empresario que se precie y no son pocos quienes me dicen que bastante jaleo soportan ya y que no tienen tiempo para dedicar tiempo sólo a pensar. Craso error. Si dejamos que las circunstancias nos lleven a fijarnos sólo en la vorágine del día a día estamos afrontando las decisiones de manera emocional sin sopesar la gran cantidad de datos objetivos y mensurables, que nos dan muchas pistas cuando tenemos tiempo y cabeza para estudiarlos con tranquilidad. No es lo mismo mirar unas malas cifras y dejar que los pensamientos negativos nos invadan, que analizar por qué se han producido y cómo podemos afrontarlas con ánimo constructivo.

Ahora, precisamente, es cuando debemos buscar la reflexión, sentarnos a analizar todas las variables, echando mano de cuantas herramientas y apoyos internos y externos dispongamos y pensar en cómo vamos a posicionar nuestro negocio para el futuro inmediato y a medio plazo. A quien le cuesta hacer previsiones, suelo hacerle una sugerencia: piensa en cómo estaba tu empresa en una situación normal, hace por ejemplo dos años y analiza con perspectiva qué deberías hacer y qué necesitarás para recobrarla, o si esa situación se recupera dentro de, por ejemplo, seis o diez meses.

Con esta proyección se parte de lo que ya conocemos y podemos controlar y aunque, como comento, los cambios que están en marcha, de momento sean escasamente previsibles, tendremos una idea clara del posicionamiento que debemos empezar a construir, desde hoy mismo, para afrontar el inmediato día a día siendo competitivos, innovadores y en la medida de lo posible, intentar ser referentes en nuestro segmento. Aunque mi interlocutor se refería a la sensación de incertidumbre y, al tiempo, vorágine, en un plano personal, ciertamente, la movida tiene un extraño paralelismo con la situación económica actual, en ese momento surgieron decenas de grupos musicales y artistas de todo pelo, de los que muchos apenas si duraron.

Hoy recordamos sólo a quienes se mostraron más innovadores y, sobre todo, constantes y de alguna manera fueron quienes construyeron el movimiento con sus creaciones. Es decir, no esperaron a que seguir a los demás, ellos abrieron el camino.

Parafraseando a Enrique Tierno Galván: "Empresas, la que no esté colocada, que se coloque.. y al loro".



1 comentario:

  1. Luis Miguel, cada día me gustan más tus artículos, es un verdadero placer leerte...

    Y sí, yo también comparto la opinión de que se necesita emplear tiempo para sopesar una situación y sus posibles mejores soluciones.Y, como siempre, tus reflexiones sirven tanto para el ámbito empresarial como el personal.

    Empezaré a aplicarme el consejo...
    Un beso

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Luis Miguel Pascual.